Apostar por el fin del mundo es el peor negocio conocido. Vez tras vez todos los que han apostado por el fin del mundo han perdido, y aún así muchos continúan haciendolo.
Los primeros cristianos estaban convencidos de que el fin del mundo iba a suceder en su generación. Era una creencia básica. Ya se fueron desengañando. El año 1000 provocó una oleada de pensar en el fin del mundo, y la peste de 1300 ya ni te digo, aunque en este caso con más fundamento. Luego tenemos el 1500, a Nostradamus, el 2000, y ahora el 2012.
Todo ello se basa en una premisa que no puede ser más incorrecta. El fin del mundo no puede estar relacionado con el número de año, por la sencilla razón de que el número de año es arbitrario, diferente de una cultura a otra, y encima en la nuestra mal puesto, porque Jesucristo debió nacer hacia el año 4 antes de sí mismo. Habla de ser prematuro, y en una época sin incubadoras.
Los mayas no tenían ni puta idea de nada, al igual que los europeos de la época. Sabían un poquito de matemáticas y un poquito de astronomía, pero muchísimo menos de lo que sabemos ahora. Es imposible que supieran nada importante que no sepamos ahora. Por no saber ni siquiera vieron venir su propia decadencia y caída a pesar de estar viviéndola.
Estoy dispuesto a apostarme 50.000 € a que el fin del mundo no es en el 2012. Menudo chollo. 99,99...% de probabilidades de ganar y encima si pierdo no tengo que pagar.
Un saludo.