Por supuesto que sí interesa. Puede que no la necesites nunca, pero cuando la necesites, vaya si agradecerás tenerla.
Yo la tenía contratada después de que a mi padre le dejara tirado su coche y gracias a la asistencia en carretera pudimos volver a casa. Mi padre se consideraba un conductor prudente que llevaba puntualmente el mantenimiento del vehículo, pero bastó que reventara un p*t* manguito para que el motor se pegara un calentón y nos dejara tirados.
Y este verano tuve ocasión de no lamentarlo. Mi coche me dejó tirado un viernes a las tres de la tarde en plena operación salida de Madrid. El ataque de ansiedad que sufrí fue de libro, de estos que sabes lo que te está ocurriendo pero no lo puedes evitar: hiperventilación, náuseas, temblor en las manos, ganas de llorar como un niño ... Lo peor es que hasta había HP que al pasar al lado se burlaban.
La vida me dió que apareció mi ángel guardian en forma de un motero que se paró y me ayudó a llevar el vehículo al arcén. Nunca podré agradecerle suficientemente su ayuda.
Luego llegaron la GC y la grua que llevó el coche al depósito en espera de que que decidiera a qué taller llevarlo. En el depósito me esperaba el taxi en el que cargué mi equipaje y volví a casa.
Ojo, que los del seguro, muy cucos ellos, me ofrecieron en lugar del taxi un coche de alquiler (que les salía mucho más barato), ¡como que yo estaba entonces en condiciones de conducir!
y encima tenía que dejar 100€ de fianza de mi bolsillo y asumir la tarea extra de devolver el vehículo.
Y no te fies de que tu vehículo sea nuevo. Te puede dejar tirado también, y créeme, se pasa muy pero que muy mal y es mucho mejor que estés asegurado frente a esa contingencia. Yo antes le quito el seguro de incendio o robo que el de asistencia en viaje. Es una faena que te roben el coche o que te lo incendien, pero no te pilla normalmente en medio de la carretera.