El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha asegurado que el banco central está listo para actuar, una intención que ya ha expresado en alguna ocasión. Además, ha manifestado que está dispuesto a emplear medidas no convencionales, además de los tipos de interés, como herramientas para reparar la economía de la zona euro.
"Hay muchas otras medidas -la política de tipos de interés estándar y medidas no convencionales- que podemos desplegar y que desplegaremos si las circunstancias lo justifican", afirmó el italiano durante una conferencia en Jerusalén.
El presidente del BCE, al que en ocasiones se ha criticado por no emprender acciones de mayor calado para influir en la economía como hacen sus homólogos estadounidense o japonés, ha asegurado que se va analizar esta opción con la "mente abierta". "Son especialmente eficaces en nuestra estructura institucional y están dentro de nuestro mandato", afirmó Draghi.
Con estas mismas palabras se refirió el banquero central a la posibilidad de rebajar a terreno negativo la tasa de depósito (el dinero que el BCE paga a la banca por aparcar su dinero allí), una de las medidas que se barajó para la pasada reunión del BCE del mes de mayo. Según declaró entonces, la institución tenía la "mente abierta a un posible tipo negativo" sobre los depósitos.
Algunos riesgos
Y al igual que ya advirtió hace un mes, hoy ha vuelto a explicar que se trata de algo que tienen que estudiar con cautela, porque algunas de estas medidas pueden tener consecuencias no deseadas, aunque destacó que esto "no significa que no deban ser utilizadas". "Lo que quiere decir es que tenemos que ser conscientes de esas consecuencias y gestionarlas adecuadamente", añadió.
"La política monetaria ha recuperado la capacidad de dirección, que se perdió en grandes partes de la zona euro a mediados de 2012. Este es un importante acontecimiento positivo", aseguró el presidente del BCE, quien defendió su reciente decisión de bajar los tipos de interés al 0,5%, un mínimo histórico, y su programa de compra de activos soberanos. Este mecanismo, conocido como OMT, ha logrado recomponer la calma en el mercado de deuda sin haberse puesto en marcha y lidiando con la firme oposición de Alemania.
En este sentido, hace unos días Draghi lanzaba un mensaje tranquilizador a Berlín subrayando que no se utilizará con el fin de salvaguardar la solvencia de los países, sino de preservar la moneda común, y que tampoco buscará la inflación para arreglar la crisis de deuda.