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Precaución, Francia estudia recurrir a los fondos de los depositantes
Aviso a navegantes (depositantes)
Francia estudia recurrir a los fondos de los depositantes en una cuenta de ahorros centenaria para financiar parte de un plan de 50.000 millones de euros para construir seis reactores nucleares, uno de los programas energéticos más ambiciosos del mundo.
Reunir financiación para proyectos nucleares es todo un reto debido a los elevados costes que pesan sobre los balances del Estado y a la desconfianza de los inversores privados ante los plazos de construcción, que duran décadas, y los riesgos de seguridad. Por ello, la empresa estatal EDF y el Gobierno francés están estudiando la posibilidad de recurrir a los recursos de la popular cuenta de ahorro "Livret A", según informaron el jueves dos personas al corriente de las conversaciones.
Con unos 370.000 millones de euros en depósitos, los fondos de la cuenta Livret A son utilizados por la Caisse des Dépôts et Consignations (CDC), un banco vinculado al Estado que lleva a cabo proyectos de interés público, como la construcción de viviendas sociales.
La popularidad del Livret A significa que la CDC dispone de fondos adicionales para invertir, y su director, Eric Lombard, ha declarado que debería desempeñar un papel más importante en la financiación de la transición ecológica.
Entre 10.000 y 20.000 millones de euros de fondos del Livret A podrían liberarse para las necesidades nucleares, dijo una de las personas consultadas.
La decisión dependerá, en última instancia, de si otras formas de financiación, como los empréstitos o la emisión de bonos, se consideran más rentables, añadieron estas personas. El diario económico francés Les Echos fue el primero en informar de las conversaciones.
Bruselas deberá pronunciarse sobre la financiación de los proyectos nucleares de EDF para no infringir las normas sobre ayudas estatales. EDF, en proceso de nacionalización total, no ha querido hacer comentarios.
El presidente Emmanuel Macron puso fin a años de incertidumbre sobre si Francia volvería a comprometerse con la energía nuclear cuando esbozó planes para varias centrales nuevas en 2021, pocos meses antes de que la invasión rusa de Ucrania desatara el caos en los mercados energéticos. Eso dio un impulso a la industria a nivel mundial tras el desastre de Fukushima en 2011.
Francia ya genera cerca del 70% de su energía a partir de reactores nucleares, construidos en su mayor parte en los años ochenta y noventa.
La forma en que se financian los reactores influye mucho en la factura final de un proyecto debido a los reembolsos de intereses, que pueden influir en el precio al que se venda después la electricidad.
"El coste de producción depende mucho de cómo se financie la construcción", afirma Valérie Faudon, directora ejecutiva del grupo de presión nuclear francés Sfen.
Gran Bretaña está explorando un complejo modelo de financiación público-privada para la central nuclear de Sizewell C, desarrollada por EDF, que promete a los inversores una forma de ingresos por adelantado y se financia mediante un recargo en las facturas energéticas de los consumidores.
Sin embargo, los detractores del posible modelo de financiación británico han advertido de que los consumidores podrían quedar expuestos si la construcción de las centrales se prolonga más de lo previsto o se sale del presupuesto, como ha ocurrido con frecuencia con los proyectos nucleares europeos.
Francia tiene previsto iniciar la construcción del primer par de reactores en 2027 y terminarla en 2035. Sin embargo, el último reactor que París puso en servicio lleva más de una década de retraso.
Francia estudia recurrir a los fondos de los depositantes en una cuenta de ahorros centenaria para financiar parte de un plan de 50.000 millones de euros para construir seis reactores nucleares, uno de los programas energéticos más ambiciosos del mundo.
Reunir financiación para proyectos nucleares es todo un reto debido a los elevados costes que pesan sobre los balances del Estado y a la desconfianza de los inversores privados ante los plazos de construcción, que duran décadas, y los riesgos de seguridad. Por ello, la empresa estatal EDF y el Gobierno francés están estudiando la posibilidad de recurrir a los recursos de la popular cuenta de ahorro "Livret A", según informaron el jueves dos personas al corriente de las conversaciones.
Con unos 370.000 millones de euros en depósitos, los fondos de la cuenta Livret A son utilizados por la Caisse des Dépôts et Consignations (CDC), un banco vinculado al Estado que lleva a cabo proyectos de interés público, como la construcción de viviendas sociales.
La popularidad del Livret A significa que la CDC dispone de fondos adicionales para invertir, y su director, Eric Lombard, ha declarado que debería desempeñar un papel más importante en la financiación de la transición ecológica.
Entre 10.000 y 20.000 millones de euros de fondos del Livret A podrían liberarse para las necesidades nucleares, dijo una de las personas consultadas.
La decisión dependerá, en última instancia, de si otras formas de financiación, como los empréstitos o la emisión de bonos, se consideran más rentables, añadieron estas personas. El diario económico francés Les Echos fue el primero en informar de las conversaciones.
Bruselas deberá pronunciarse sobre la financiación de los proyectos nucleares de EDF para no infringir las normas sobre ayudas estatales. EDF, en proceso de nacionalización total, no ha querido hacer comentarios.
El presidente Emmanuel Macron puso fin a años de incertidumbre sobre si Francia volvería a comprometerse con la energía nuclear cuando esbozó planes para varias centrales nuevas en 2021, pocos meses antes de que la invasión rusa de Ucrania desatara el caos en los mercados energéticos. Eso dio un impulso a la industria a nivel mundial tras el desastre de Fukushima en 2011.
Francia ya genera cerca del 70% de su energía a partir de reactores nucleares, construidos en su mayor parte en los años ochenta y noventa.
La forma en que se financian los reactores influye mucho en la factura final de un proyecto debido a los reembolsos de intereses, que pueden influir en el precio al que se venda después la electricidad.
"El coste de producción depende mucho de cómo se financie la construcción", afirma Valérie Faudon, directora ejecutiva del grupo de presión nuclear francés Sfen.
Gran Bretaña está explorando un complejo modelo de financiación público-privada para la central nuclear de Sizewell C, desarrollada por EDF, que promete a los inversores una forma de ingresos por adelantado y se financia mediante un recargo en las facturas energéticas de los consumidores.
Sin embargo, los detractores del posible modelo de financiación británico han advertido de que los consumidores podrían quedar expuestos si la construcción de las centrales se prolonga más de lo previsto o se sale del presupuesto, como ha ocurrido con frecuencia con los proyectos nucleares europeos.
Francia tiene previsto iniciar la construcción del primer par de reactores en 2027 y terminarla en 2035. Sin embargo, el último reactor que París puso en servicio lleva más de una década de retraso.