Si quiebra la banca holandesa, ¿qué pasa con los ahorros en ING Direct?
Se trata de una pregunta legítima que tiene una respuesta rotunda: lo mismo que si la quiebra fuera española. Protección hasta un importe y pérdida, salvo disposición en contrario, a partir de ahí para el titular Sin embargo, el ejemplo de la entidad holandesa puede servirnos para desmontar, por la vía del ejemplo cercano, la demagogia argumental en la que se ha instalado parte de la progresía española, aquella que ha recibido con una sonora ovación la decisión de los ciudadanos islandeses de negarse a pagar lo que deben sus quebrados bancos a impositores de Holanda y Reino Unido. Por fin, lo hemos conseguido, exclaman, las pérdidas para el que se arriesga, no para el Estado, que ya está bien. ¡Cuándo aprenderemos en España! Plas, plas, plas, me quito el sombrero.
Me van a permitir que haga unas cuantas reflexiones sobre el particular. Al final de ellas, les invito que lleguen a sus propias conclusiones y las plasmen en el foro. El uso de ING Direct es solo a modo de ejemplo, no extrapolen realidades muy alejadas de la solvencia de esta firma y de la seriedad de su territorio de origen. Yo me despido aquí.
1.
El origen de la reclamación parte de una oferta realizada por Icesave, filial de Landsbanki, a ciudadanos residentes en Reino Unido y Holanda en los que les ofrecía una alta rentabilidad por sus ahorros. Es lo que hace ING en España a través de su filial ING Direct. Cuando quiebra el banco islandés, los acreedores afectados son, con carácter general, gente corriente, no malvados tenedores de bonos que estrangulan financieramente al deudor. Hasta 320.000 sin ir más lejos entre las dos naciones. Islandia pidió ayuda al FMI.
2.
Icesave podía ofrecer dicha remuneración del pasivo porque los tipos de interés de intervención en Islandia eran notablemente superiores a los de Reino Unido y los de la Eurozona. Así, desde 2006 y 2008 ofreció en UK y Holanda un 5,25% y un 6% respectivamente. En ese periodo, la referencia nacional osciló entre el 10% y el 15%, mientras que sus letras a corto estuvieron siempre por encima de los retornos que el banco ofrecía. En función de los plazos el spread que podía obtener era notable. En España, por el contrario, sabemos que a día de hoy se ofrecen rendimientos a empresas y particulares que cuestan dinero a las entidades ofertantes. ¿Será, por eso, que el gobierno, en un alarde intervencionista más, quiere evitar un suicidio colectivo del sector financiero?, me pregunto.
3.
Icesave operaba en Reino Unido y Holanda con pasaporte europeo y estaba sujeto a la supervisión de su país de origen, de acuerdo con el principio de confianza recíproca que al mismo subyace. Vamos como ING Direct que es mera Sucursal en España.
4.
Como ocurre en ING Direct España con Holanda, los depósitos estaban garantizados por el fondo de contingencias islandés. De ahí que, cuando se produce la quiebra, Reino Unido y Holanda adelantaran el dinero de sus ciudadanos a la espera de recuperar el importe cuando el país nórdico pudiera y en los términos que mutuamente se acordaran.
5.
Islandia ha decidido cumplir con sus nacionales pero ha negado en la última votación el derecho de los extranjeros a percibir, siquiera, los 20.887 euros de cobertura con los que protege localmente a cada impositor. Y eso que se han suavizado sustancialmente, en términos de tipo de interés (del 5,5% al 3,2%) y plazo, las condiciones que se establecieron preliminarmente y que fueron rechazadas por el 93% de la población (frente al 60% actual) el año pasado. Este pago mínimo era el recomendado por las autoridades europeas que supervisan el mercado interior (EFTA). Es como si España adelantara el dinero de una potencial quiebra de ING a los depositantes de ING Direct en su territorio y el estado holandés se negara a abonar después lo anticipado, en los términos fijados en el seno de la Unión. Por cierto, para su tranquilidad: no hay discriminación; el nivel de cobertura de ambos países es idéntico: 100.000 euros por persona y por banco. Salvo situación a la islandesa, que no parece, el riesgo en caso de quiebra es equiparable al de los fondos en bancos nacionales.
6.
El coste para Islandia se había minimizado notablemente ya que gran parte del pago se derivaría de la liquidación de los activos de Landsbanki. El acuerdo había sido cerrado por las partes y ratificado por el Parlamento. El pueblo ha hablado en sentido contrario.
7.
Las consecuencias para el país son terroríficas ya que el mensaje que lanza es “no cumplo con mis obligaciones”, como nos recuerda el gran Remo del Blog Salmón en este post de similar enfoque, algo que tiene importantes consecuencias en términos de cierre de tratados bilaterales o multilaterales, por ejemplo la entrada en el euro, y/o necesidad de implantar controles de capital ante la falta de financiación foránea. No solo eso, se verá afectada su moneda y el coste de sus importaciones y entrará en una dinámica judicial que puede tener importantes consecuencias futuras. Casi nada.
Miel sobre hojuelas, como ven. Ya pueden seguir con sus aplausos. Plas, plas, plas, bien por los islandeses que acaban de cavar su propia tumba: al final pagarán y el coste para la isla de una paralización sangrante de su actividad como la que provocará esta decisión va a ser ingente. Ellos mismos. Que siga palmeando el coro...