En un sistema plutócrata como el que padecemos un simple cambio de cromos no es suficiente para quedar liberados de vicios, corruptelas y otras lacras endémicas que el propio funcionamiento de su engranaje engendra.
Votar es participar en el funcionamiento anómalo del sistema, en el que el poder lo detenta (de manera ilegítima) una minoría elitista que no eliges. Es posible que si la mayoría de los ciudadanos no participásemos en el funcionamiento de la instituciones y mecanismos de perpetuación de un sistema corrupto, éste quedase en evidencia y totalmente deslegitimado.
Votar, en estas condiciones, no es más que una falsa apariencia, el espejismo de participar en la elección democrática de tus representantes. Nada más lejos de la realidad.
Si el sistema no cambia, si no se regenera, tu voto es, en mi opinión, papel mojado.