Dios existe, pero los correos de Blesa no, o la justicia está hecha unos zorros.
Entre lo prescrito, lo inexistente y lo no probado, la justicia está hecha unos zorros. Si a ello añadimos lo indultado, la ineficacia se consuma. La Fiscalía afirma que no se puede abrir investigación sobre los correos de Blesa porque son jurídicamente inexistentes. Toda España los conoce, pero la justicia no. Es como lo de las verdades oficiales y las reales. Como lo que no sale en televisión, que no existe si no sale. Negar lo evidente, como aconsejan que deben hacer quienes hayan delinquido.
El rigor en las formas hace quebrar la justicia. Se puede escribir una novela negra con esos correos, pero no sirven para descubrir al culpable. Sostiene el fiscal que esos 8.777 correos de Blesa han sido obtenidos ilegalmente. Como los conseguidos por Garzón con las escuchas en el caso Gürtel, que le llevaron a la su condena por prevaricación. Como miles de correos, como miles de escuchas policiales. O sea que si de refilón se descubre quién asesinó a alguien o quién voló un edificio causando cien muertos no se les podrá condenar porque la prueba se ha conseguido ilegalmente. La legalidad, esa turbia alcahueta que negocia a voluntad. No importa que todas las grandes pruebas de la Historia se hayan alcanzado espiando, defraudando o matando. La legalidad, tan sospechosa y tan arbitraria.
La justicia no puede humillar al pueblo. No le puede ocultar lo que éste ve y lee con sus ojos. Por mucho derecho procesal que se acumule. El primero que no se podrá librar de esos correos será el propio señor Blesa, que, aunque no lo investiguen, nunca se liberará de ellos y sus intríngulis. Serán la sombra de una sospecha que públicamente le acompañará durante el resto de su vida. Es como la no imputación de la Infanta, como también el recurso del fiscal contra la imputación de la esposa del presidente de la Comunidad de Madrid por el ático de Marbella. Los fiscales se han constituido en los auténticos sheriffs de la justicia. Los fiscales, es decir, el Gobierno, por aquello de la verticalidad y sujeción al superior.
Como Matas, como Del Nido, como el kamikaze, y como las contabilidades B y los borrados de discos duros, sindicales andaluces incluidos. Todo ha prescrito o no ha sido probado o no existe o es indultado. Para los poderosos, naturalmente.
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.