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D. Leopoldo es un cahondo muy lúcido

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D. Leopoldo es un cahondo muy lúcido

ME VOY DE BANCOS POR EUROPA

Leopoldo Abadía 21/10/2011 06:00h

El Comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Olli Rehn, ha dicho que estemos tranquilos. Y que los bancos también tienen que estar tranquilos, porque en los próximos días se va a alcanzar un acuerdo sobre “un plan muy serio”, ya que “existe un fuerte sentido de urgencia”.

No acabo de estar tranquilo, pero si lo dice el señor Rehn, que, en la foto que he visto, tiene pinta de hombre serio, voy a esperar a los próximos días.

Cuando se hizo, ya hace mucho, el primer test de estrés, leí que se trataba de ver qué tal andaban estos señores, en cuanto a solvencia, liquidez y calidad de los activos.

Por todas las noticias que me van llegando, creo que la contestación es muy simple:

MAL.

Y ya está.

Ahora me pregunto: MAL, ¿por qué?

Pues mal, en primer lugar, porque la calidad de los activos no es como para presumir. Estos señores han puesto dinero en dos cosas peligrosas:

1. La cosa inmobiliaria, que les hizo ganar muchas perras, pero que luego se los llevó por delante.

2. La deuda soberana. Prestaron dinero a unos cuantos países, partiendo de la base de que esos países no podían hacer default, que es una manera elegante de llamar a la suspensión de pagos. (Mi amigo de San Quirico dice que, ahora que había aprendido a llamar concurso de acreedores a la suspensión, van y le llaman default.)

Las dos cosas, la inmobiliaria y lo de la deuda soberana, aparecían en los Activos de los Bancos y les daban un cierto brillo. El Presidente del Banco que acabará quedándose con la Caja de Ahorros de San Quirico salía a la calle con sus amigos, les enseñaba varios edificios en la calle más chic de la ciudad y les decía: “los he financiado yo”.

Luego iba por la calle esa con sus amigos y les decía: “y todo esto -y señalaba el aire, el cielo, los montes- también lo he financiado yo”. (“Todo esto” quería decir esta nación. Y cuando ya les tenía totalmente boquiabiertos, añadía: “y otros muchos montes y ríos y cielos de otros países, porque a todos les he prestado dinero yo”. En aquel momento pasaba el AVE y decía: “eso también.”)

¡Pobrecico! Se le había olvidado aquello de que “por la boca muere el pez”. Y aquello de que “callado, estarías más guapo”.

Porque aquel señor no sabía -quizá lo sospechaba, en su fuero más interno- que todos aquellos edificios se los iba a tragar, uno detrás de otro y algunos, a la vez. Y que algún país se iba a poner en un peligro de default tan gordo que no le permitiría dormir en una década.

Como consecuencia, ahora, aquel pobre señor pone cara seria y mantiene el tipo, o sea: mantiene los activos inmobiliarios en su Activo y de vez en cuando, les pega un tajo y al tajo le llama “provisión por depreciación de activos dudosos”. O sea: pérdidas.

Luego se entera de quién es el Santo Patrón de Grecia y le empieza a rezar para que Grecia no haga una quita superior al 50 %, cuando los que somos de Zaragoza sabemos, y no por información privilegiada, que con un 60 % de quita, o sea, recuperando el 40 % de lo que prestó, se daría con un canto en los dientes.

Además, ahora dicen que el dinero que le prestó a España, en un alarde de patriotismo, igual vale solo el 80 %. Y que, para la Banca española, eso representaría una pérdida de 44.000 millones de euros. Y a él, los 44.000 millones no le importan nada. Los que le importan son los que le tocan a él.

Mientras tanto, como ya le han llegado unos euros para ir arreglando las cosas, el señor ese dice que de crédito, nada. Que él se los guarda en el BCE, porque, aunque no le den mucho interés, están más seguros que si se los presta a un tío que -¡será desgraciado!- dice que los necesita para su negocio.

Como las malas noticias nunca llegan solas, se encuentra con que

1. La gente quiere que no se lleve bonus a casa ni que los reparta a sus empleados.

2. En algún caso, incluso le exigen que devuelva lo que se llevó. (Y piensa: “pero, ¿dónde vamos a parar?”)

3. Y hablan de ponerle impuestos especiales.

4. Y-¡el colmo de los colmos!-, piden sanciones penales para él y para otros como él, ¡con la cantidad de cosas buenas que, desinteresadamente por supuesto, ha hecho en su vida!

5. Encima, ese pobre señor tiene fama de rico y los que están en campaña electoral dicen que ¡a por los ricos!

6. Además, no puede pasar por la Plaza Mayor de su pueblo, porque está ocupada por unos tíos a los que les llaman indignados. Y él sospecha que están indignados, entre otros, contra él.

7. El pobre Presidente del Banco que se va a quedar con la Caja de Ahorros de San Quirico piensa que esto, con Franco, no pasaba. Y que, desde que nos dio por la democracia, suceden estas cosas. Y que ya es mayor para dedicarse a otro negocio. Y que lo que le apetece es prejubilarse. Pero que, tal como está las cosas, bastante hará con que no le echen (a patadas).

8. Luego lee que Bruselas (que no sabe quién es, pero que, por lo que parece, manda mucho) pide sacrificios a varias autonomías, entre ellas a la suya.

9. Por si faltaba algo, lee que “el PP obligará a la banca a sanear su lastre inmobiliario”. O sea, a “anotarse las correspondientes pérdidas”. Y él, que es del PP de toda la vida, ya no sabe si votar al PP o al Partido Nacionalista de San Quirico (PNSQ), que no sacará ni un solo escaño, pero que, por lo menos, en este tema no se ha definido, porque bastante tiene con digerir el aeropuerto que se construyó en los alrededores, gracias a su voto.

Y le agradece a la Ministra Salgado que solicite prudencia. Y agradece a Trichet que diga que no quiere “demoler” los Bancos”.

Luego se da cuenta de que, prácticamente, Trichet es el ex Presidente del BCE, y la señora Salgado, la ex Ministra de Economía, y no sabe cómo serán los que vengan y si a alguno le apetecerá cepillarse a su Banco, en cuyo caso quedará palpablemente demostrado que él, que presumía de tantas cosas, AVE incluido, no era más que un besugo.

Y eso, a ciertas edades, duele.

P.S.

1. Al Presidente del Banco se le ocurre, como última tabla de salvación, ofrecer a sus clientes unos productos de esos raros, que nadie entiende, pero que, a veces, cuelan.

2. Cuando ya ha encargado que invente algo a un directivo que es muy sofisticado porque una vez pasó por Harvard en un viaje organizado, va y lee que el ESMA (autoridad europea de los supervisores de mercados de valores) “estudia endurecer los criterios sobre los ETF y productos estructurados en el formato europeo de fondos (UCITS)”.

3. Como no entiende nada en absoluto de lo que he escrito en el párrafo anterior, copiándolo de Expansión, se queda muy intranquilo.

4. Y se queda todavía más intranquilo cuando se entera de que hay quien opina que, “ya sean de réplica sintética o física, los ETF son fondos UCITS con una operativa simple”.

5. En este momento, el Presidente del Banco le dice al directivo que pasó por Harvard que no siga con sus trabajos.

6. Y él se echa a llorar.

http://www.cotizalia.com/opinion/desde%2Dsan%2Dquirico/2011/10/21/me%2Dvoy%2Dde%2Dbancos%2Dpor%2Deuropa%2D6174/

Hoy puede ser un gran día, pero tb podría ser el último. Intenta... ser feliz.