La tormenta emergente sólo ha comenzado.
Personalmente, y en mi humilde opinión, ésta vez la tormenta no ha hecho más que empezar...
1º) Muchos de los países emergentes tradicionales han abusado del crédito en muy pocos años. Con penetraciones crediticias de hasta 30 puntos de PIB en cuatro años, hay muy pocos precedentes en la historia que no acaben muy mal.
2º) El crecimiento del PIB de muchas economías emergentes tradicionales, que en la primera mitad de la década de los 2.000 se basaba en un aumento sano basado en exportaciones y en poca deuda, se ha transformado en un crecimiento enfermo basado en intensidades de crédito alarmantemente altas y una composición del PIB muy dependiente de inversiones, sobre todo en construcción.
3º) Como consecuencia de los dos puntos anteriores, se ha desarrollado una peligrosa burbuja inmobiliaria en las grandes ciudades, con relaciones entre precios de la vivienda y rentas brutas en niveles estratosféricos, muy superiores a los vividos en las burbuja de España.
4º) Como consecuencia de los puntos anteriores, los sistemas bancarios han procedido a realizar incrementos fuertes de los créditos espoleados por un crecimiento económico que reducía la morosidad y unos precios inmobiliarios al alza. Como muy dolorosamente hemos aprendido en España, las bondades se tornan maldades cuando el ciclo cambia, y ahora que está cambiando, será difícil que una crisis inmobiliaria y crediticia no provoque una fuerte crisis bancaria que afecte también al riesgo soberano.
5º) Muchos de los países emergentes tradicionales, que eran exportadores netos de capital hacia el resto del mundo han visto empeorar su situación competitiva mediante fuertes subidas salariales no compensadas con subidas de productividad. Como consecuencia, sus saldos comerciales han empeorado, llevando a muchos países hacia déficit de cuenta corriente. Estos países que acumulan un alto endeudamiento y una necesidad neta de financiación están en el punto de mira, como España en 2.008.
6º) Muchos emergentes tradicionales no han aprovechado los años buenos para diversificar su base exportadora, que sigue siendo extremadamente dependiente de las materias primas. En un contexto de menor demanda marginal por parte de China, y una mayor producción consecuencia del superciclo alcista de los últimos años, las materias primas se comportarán a la baja, lo que agravará aún más la situación de dependencia de cuenta corriente de muchas economías emergentes.
7º) Con todo ello, la presión sobre las divisas emergentes es una realidad que sigue ahí....