Comentario de fin de año:
Las acciones chinas cerraron el cuarto trimestre en territorio negativo. A principios del trimestre, el mercado experimentó un fuerte repunte tras el anuncio del Banco Popular de China (PBoC) de un paquete integral de estímulo, que incluía recortes de las tasas de interés y medidas para apoyar y estabilizar el mercado inmobiliario. Sin embargo, los inversores reaccionaron negativamente a la ausencia de medidas políticas adicionales que muchos esperaban que impulsaran aún más la economía de China, ya que se consideraron insuficientes para superar los problemas internos del mercado inmobiliario y de confianza. Además, las preocupaciones sobre los posibles aranceles comerciales bajo la administración de Trump en los EE. UU. se sumaron a los desafíos. En el frente macroeconómico, el estancamiento del crecimiento económico de China fue evidente con datos de actividad más débiles de lo esperado en noviembre, que se vieron agravados por caídas en los precios de la vivienda y cifras de préstamos moderadas. Después de una fuerte expansión en octubre, el impulso de crecimiento en las ventas minoristas también se moderó durante noviembre. Mientras tanto, la inversión en activos fijos estuvo por debajo de las expectativas, liderada por una debilidad en la inversión inmobiliaria. La actividad fabril se mantuvo en territorio expansivo durante diciembre, ya que el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero Caixin de China estuvo por encima de 50. Sin embargo, la actividad manufacturera mostró signos de declive en comparación con el mes anterior en medio de la creciente incertidumbre en torno a los nuevos pedidos de exportación y los posibles aumentos arancelarios de EE. UU.
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