Ciudadanos: alternativa,...,bisagra,..., ¿irrelevante?
En las pasadas elecciones del 24M se produjo la previsible convulsión electoral, aunque de menor magnitud de lo que anticipaban las encuestas. A pesar de ello, muchos de los medios de este país, que más que informar actúan como agentes propagandísticos de sus partidos afines (como el grupo PRISA de un lado, o “La Razón”, “ABC” o 13TV del otro) pusieron los pies en el suelo y se dieron cuenta de que a pesar de sus informaciones sesgadas, encuestas manipuladas y opiniones tendenciosas la crisis de los dos principales partidos no ha hecho más que acrecentarse.
Baso mi opinión en los siguientes datos comparativos que se dieron en los dos últimos comicios a nivel nacional (europeas de 2.014) y municipales del pasado mes (obviemos las autonómicas):
1.En las europeas de 2.014 PP más PSOE pasaron del 80% de 2.009 a no alcanzar el 50% el pasado año, con una participación en ambos comicios que rondó el 45%.
2.En las municipales el retroceso fue de más del 65% a un 52% con unas participaciones que rondaban el 65% del cuerpo electoral.
Una primera interpretación atendiendo solo al porcentaje de voto total que suman ambas formaciones es que han mejorado de las europeas a las municipales, aunque conviene tener en cuenta dos elementos:
1.La participación en las municipales es muy superior a la que se produce en las europeas. Conocido es que las europeas (cuyos parlamentarios elegimos para que cobren estupendos salarios, se paseen en primera por los cielos europeos y poco más habida cuenta sus limitadísimas competencias) se suelen utilizar como voto de protesta de la ciudadanía (recordemos a un tal Ruíz Mateos). Elecciones donde hay más en juego provocan más participación que otorga más fiabilidad y robustez a unos resultados.
2.Las formaciones alternativas principales, Podemos (en sus múltiples variantes) y Ciudadanos, no se han presentado por falta de estructura en muchas localidades.
A partir de ahí se podría concluir que la crisis de los dos grandes partidos más que confirmarse se ha acentuado. A pesar de ello (en este caso en las autonómicas) hay que destacar que Podemos no ha conseguido dar el sorpasso en ninguna de ellas (salvo Navarra, en todo caso), aunque sus afines se han hecho, entre otras, con las dos principales ciudades de este país y pasará a ejercer poder real. Ciudadanos por contra pisará poca moqueta y pasa a asumir el papel de partido bisagra light. El voto alternativo ha quedado más disperso de lo previsible y esa es la única lectura positiva que pueden sacar PP y PSOE.
La gestión de los resultados por los dos partidos emergentes ha sido dispar y considero más inteligente la de Podemos. En Podemos no parece que estén muy versados en Económicas pero también es cierto que hay mucho doctor en Políticas. Podemos (o sus franquicias) se ha dejado de transversalidades y se ha ubicado en la izquierda. Ha mantenido su coherencia anticorrupción y se ha limitado a apoyar o ser apoyado (principalmente con PSOE) sin entrar en gobiernos de coalición, aunque ello les haya costado perder relevancia en Andalucía, por ejemplo. El PSOE es un partido históricamente dispuesto a pactar (aunque sean pactos múltiples) con tal de conseguir cargos políticos con las consecuencias negativas que ello le ha reportado (Cataluña, Baleares, etc.). Quizá de estos movimientos el más beneficiado sea Podemos.
Ciudadanos, por el contrario, se ha situado en la centralidad y aunque mantiene su discurso anti corrupción ha apoyado explícitamente o va a hacerlo, entre otros, a PSOE en Andalucía y a PP en Madrid; craso error estratégico en mi opinión. Es cierto que con algunas condiciones de regeneración (realmente cosméticas más que otra cosa), sin entrar en los gobiernos y con un loable discurso de sentido de Estado. Pero ha asumido el papel de partido bisagra y este tipo de partidos terminan acabando en la marginalidad en nuestro país. Eso fue lo que le sucedió al CDS cuando se echó en brazos del PP y podría significar algo parecido para Ciudadanos, aunque vaya de equidistante. Rosa Díez, política estirada aunque experta, así lo entendió y evitó que la vincularan con ninguno de los dos grandes partidos para subsistir. Su error fue otro, ningunear a Ciudadanos con un claro interés personalista no fuera que Rivera le arrebatara el liderazgo, y eso ha provocado la práctica desaparición de UpyD. Ciudadanos, en cambio, con su política de apoyos a izquierda y derecha parece que está cavando su propia tumba. Máxime cuando realmente van a ejercer poco poder efectivo.
Estas elecciones no han sido más que un entremés preparatorio para las próximas generales. Podemos tendrá la ocasión de demostrar si son o no capaces de realizar políticas viables donde gobierne y esto tendrá gran influencia en el electorado a finales de año. Ahí se verá si pueden ser alternativa o se convertirán en flor de un día (nada extraño en formaciones sin estructura). El PP, por mucho que pretenda vender la moto de la recuperación económica (parece que el crecimiento podría ser robusto en los próximos años), de momento ha de ser consciente que por más que presuman de batir marcas de reducción de desempleo la inmensa mayoría de los nuevos empleados lo están en unas condiciones de precariedad, exiguos salarios y subempleo (muchos contratos son a tiempo parcial) que no parecería que les animaran a votar PP, ya que las personas trabajan para ganarse la vida dignamente y no por amor al arte; la época de la esclavitud parecía superada. A este partido solo le quedan seis meses para obrar un milagro real. El PSOE que continua en su cuesta abajo, ya debiera ser consciente de las consecuencias históricas de su cortoplacismo por conseguir poder. Y Ciudadanos ha renunciado a ser alternativa aceptando su papel de partido bisagra lo que unido a su falta de estructura podría significar su futura irrelevancia a nivel nacional a no muy largo plazo. Sus votos se podrían repartir entre PP (los más a la derecha), PSOE (los socialdemócratas), Podemos si resiste (los anti corruptos) y algunos les quedarían. Por tanto se mantendrá la incertidumbre y habría que estar al tanto de las novedades judiciales en Andalucía, Madrid y Valencia principalmente; de la gestión de las nuevas fuerzas, y de la percepción económica de las familias hasta entonces (como decía Clinton lo más importante, aunque ya quede poco tiempo). En estos momentos parece ser que vencería el PP y podría gobernar con la permisividad del PSOE (una cosa son pactos a nivel local y hasta autonómico, y otra aceptar las propuestas económicas de Podemos a nivel nacional a no ser que las moderen sustancialmente).
Concluyo dejando constancia de que, en cualquier caso, mal que le pese a la derecha mediática, la izquierda ha ganado las elecciones con la diferencia de que aparece fragmentada y necesita de pactos. Querer hacer creer a los ciudadanos, como hacen prácticamente desde estos medios, que lo democrático solo es que gobierne la lista más votada no es más que pretender manipular a la opinión pública, ya que la derecha ha participado en la elaboración de nuestro sistema político (y bien que presumen de ello) y saben que se eligen concejales o diputados, y son a estos y no a otros a los que les corresponde elegir alcaldes o presidentes. La ley D'Hondt ya favorece suficientemente la concentración de votos en una formación (como el PP) como para que tengan más queja. Lo que sucede es que el PP no tendría extrema derecha con que pactar, entre otras razones, porque ya la tiene integrada en su seno.