El mercado de renta fija corporativa (Revista Finantia Nº12)
La huída hacia la calidad durante el 2008 ha disparado los precios de la deuda estatal, una situación que en momentos puntuales no se descarta que vuelva a aparecer durante los próximos meses si los tipos de interés siguen cayendo (recordemos que ante bajadas de tipos de interés-rentabilidad, los precios del bono se comportarán inversamente).
Pero realmente, y con los precios tan inflados, empieza a no ser muy recomendable. Por eso se apunta de nuevo a la deuda empresarial como activo sustitutivo.
¿Por qué invertir en Renta Fija Corporativa?
A día de hoy, ante la dificultad que sufren las empresas para conseguir financiación a través de los canales de crédito habituales y la volatilidad e incertidumbre que dominan nuestro entorno económico, la Renta Fija Corporativa se ha convertido en un mercado de oportunidades nunca visto anteriormente.
En el caso de la Renta Fija Gubernamental, al ser un activo seguro en términos de baja probabilidad de impago por el respaldo del Estado que tiene cada papel de deuda soberana, ha tenido un impacto muy positivo en este escenario de crisis. Es decir, los inversores, al huir del mercado de Renta Variable y de Renta Fija Privada ante la creciente incertidumbre, han recompuesto sus carteras de inversión tomando más Renta Fija Pública, lo que ha elevado muy significativamente el precio de estos papeles y con ello han reducido su rentabilidad (precio y rentabilidad responden en sentido inverso). Tasas de retorno para el inversor tan altas, vienen justificadas además de por el cupón que la empresa está dispuesta a pagar por financiarse, por el momento de volatilidad e incertidumbre que vivimos.
Los garantes de esta devolución de estas inversiones en Renta Fija son los propios emisores, es decir, las compañías que necesitan financiarse, por ello es tan importante a la hora de realizar nuestras inversiones, seleccionar compañías con sólidos balances y buena solvencia. El término fija, se refiere a la renta y no al precio, que está sujeto a las oscilaciones del mercado aunque no tan pronunciadas como sucede con las acciones. La variación en los tipos de interés y en el riesgo crediticio de las empresas (rating) provoca oscilaciones en el valor de las obligaciones.
Muy importante en la selección del título será revisar la calificación crediticia que le han asignado, recordando que por debajo de BBB deberíamos tomar ciertas precauciones. Agencias de rating independientes son Moody's Investor Service, Standard & Poor's (S&P), Fitch Ratings, In, las cuales en función del plazo de la emisión y su seguridad, son clasificadas cada una siguiendo su propia nomenclatura, de este modo, podemos cuantificar el riesgo de la inversión. Cuanto menor sea el rating, más alto será el tipo de interés que paguen.
La liquidez o disponibilidad que tenemos de nuestro dinero en este tipo de inversiones, es la misma que en el mercado de acciones, es decir, diariamente se pueden deshacer estas posiciones y tener total disponibilidad de nuestro dinero. A diferencia del mercado de acciones, éste no está "asegurado". Se trata de un mercado OTC, es decir, contratación telefónica. Es fundamental y clave de éxito si nos decantamos por un activo de este tipo, que la compañía no tengas probabilidades de quiebra (algo que mide el rating); por ello empresas tipo eléctricas o telecos, nos pueden ofrecer un cupón del 4 % más que interesante en los tiempos que corren. Para los más arriesgados, existe el mercado High Yield europeo, donde la media de las compañías está pagando rentabilidades de dos dígitos.
Se puede acceder a la Renta Fija Corporativa de diversas formas. Se puede suscribir en el momento de la emisión en el mercado primario o bien en el mercado secundario. Ambos mercados guardan distintos perfiles; el mercado primario es aquél en el que se emiten y ofrecen al público los títulos de Renta Fija por primera vez mientras que en el mercado secundario, el bono pasa de un comprador a un vendedor.
Sin embargo, acudir al mercado primario de deuda no es fácil para los inversores particulares. El mercado primario se beneficia de unos descuentos interesantes pero las colocaciones suelen ser muy rápidas y al final acaban en manos de los inversores institucionales que son los que han acudido a las últimas emisiones.
Actualmente, el riesgo mayor de la deuda corporativa es la posibilidad de default (impago), por lo que, la recomendación de los expertos pasa por hacer una selección correcta de los emisores de deuda y meterse sólo en activos líquidos.
Pero ¿por qué pensamos que este será el año de este tipo de activos? Porque la dificultad que sufren las empresas para conseguir financiación a través de los canales de crédito habituales y la volatilidad e incertidumbre que dominan nuestro entorno económico está haciendo que muchas compañías solventes y con fuertes balances estén viéndose obligadas a pagar unos intereses muy elevados (no olvidemos que el spread, o diferencial, que actualmente tienen los mercados de deuda corporativa respecto al de deuda pública se encuentra en niveles de la Gran Depresión de los Años Treinta).
Por otro lado, la fuerte caída de la inflación hace que los cupones que ofrecen estas emisiones de Renta Fija se vuelvan muy atractivos. Recordemos que con inflación alta, lo ideal es invertir en activos que estén correlacionados con ésta, como por ejemplo en Renta Variable, ya que las empresas, ante subidas de inflación, reaccionan subiendo el precio de sus bienes, en materias primas o en bonos ligados a la inflación.
Los bonos corporativos y los bonos high yield (alto rendimiento), son activos que recogen en rentabilidad la recuperación económica de una manera muy fuerte, ya que las empresas, de vuelta a la normalidad, tienden a financiarse cada vez más barato, y sus nuevas emisiones serán a unos tipos de interés más bajos, mientras siguen obligadas a pagar a sus inversores tipos antiguos más altos.