Difiero.No dudo de que tu puedas ser la gran excepción.Para eso eres mi nieto!Pero tu generación es la de cristal.La presente la de los ofendiditos.La siguiente prefiero ni saberlo
Si para ti ya sé que es agradable..Cómo lo es para todos los zampabollos, de los hijos de tantos matrimonios que conozco, que no valen para hacer la O con un canuto, con cuarenta y tantos.Los Padres siempre defendiendo lo que vale el "Niño". pero es que el mundo es cruel, y nadie les da una oportunidad.Y fíjese si mi "Niño" vale oiga, que tiene carrera, y es Lizensiado....Pero es que no le sale nada de lo suyo, y no ha estudiado tanto, para ser un camarero...... Por eso sigue con nosotros, aunque tampoco pasa nada si quiere tener hijos, que para eso tiene aquí a sus Padres que tanto le quieren, y ya le críamos nosotros al nieto....Y así es como hemos conseguido, la maravillosa generación de cristal....Y cuando no se podía empeorar, la generación de los ofendiditos...
Siento disentir.Las más férreas voluntades, creencias, éticas, códigos de honor, y valores, quedan enterradas en la más tenebrosa de las necesidades vitales, durante un conflicto armado.No hablamos de una escaramuza, ni de operaciones concretas, sino de una guerra a largo plazo, donde van sucediendo continuos eventos, y nadie sabe cuando, ni cómo va a acabar.Un abrazo,
No pretendo contradecirte, pero desertar no era una opción.Desde nuestros acomodados ojos, donde la renuncia pasa por cambiar de canal de tv o contenido, es prácticamente imposible, ponernos en los zapatos, de la situación diaria que vivían esas personas.Cuando hoy día se habla de mobbing, depresiones, ansiedad por el trabajo... que no tendrían que decir ellos, que vivierón esa guerra.Cómo dice un amigo mío, en perfecto castellano viejo:Estamos amariconándonos por momentos.....
Al respecto de tus palabras, existen unas declaraciones de un general nazi, cuando le juzgaban en Nuremberg.Y eran algo así:Sentía verdadera compasión y pena por todos ellos (familias Judías)Lo que les estábamos expoliando haciendo, no tenía perdón de ninguna clase.PERO. Cuando me ví con cincuenta soldados, masacrando a dos mil de ellos, y tratando al resto de supervivientes que aún eran más, a mi total antojo, sólo sentí desprecio por ellos...Unas personas que se resignan a morir, de una manera tan indigna, sin la menor resistencia, sólo hacía que provocase en mi, un sentimiento de rechazo indescriptible hacia su cobardía.....Cada vez que recuerdo esas palabras, crean en mi un gran y eterno debate interno.Un abrazo amigo,