" pertenezco a una minoría de la sociedad con una visión crítica y vigilante ante lo que entiendo que es una pretensión por parte de la Iglesia de mantener privilegios que no le corresponden".
Yo, sin embargo, pertenezco a una minoría de la sociedad que acude con frecuencia a la iglesia y tiene una visión crítica y vigilante ante lo que entiendo que es una pretensión por parte de grupos de poder y de sus seguidores de ocupar el espacio social y moral que la Iglesia ha venido ocupando secularmente.
"Simplemente, ruego que se reconozca que existe gente que piensa como yo."
Una parte de la sociedad española está harta de oir gritos de gente que, en cualquier lugar, sea apropiado o no, se lanza a criticar inmisericordemente a la Iglesia Católica. Televisiones, diarios, radios y ahora también foros económicos se llenan a diario de personas que insultan y faltan al respeto a la Iglesia y a sus fieles. Usted es, por supuesto, otro más de ellos, de esa mayoría "políticamente correcta" de personas "informadas" que se creen con derecho de "ayudarnos" en la tarea de conocer curas pederastas, obispos dilapidadores y cardenales adictos al lujo.
"La Iglesia está en su perfecto derecho de pedir a sus feligreses que marquen su casilla, y para ello ya hace sus campañas profesionales de Marketing. Quien en mi opinión no tiene derecho a hacer lo mismo es Renta 4."
Curiosamente, los que creemos en el libre mercado y en la libertad de empresa, no creemos que estas dos cualidades del capitalismo sean malas si no están de acuerdo con nuestro ideario social o político. Creemos en ellas y las defendemos. Y entre esas cualidades, el hecho de que R4 se diriga a sus clientes para pedir o recomendar ayuda para la bella causa de la Iglesia es, por supuesto, loable, legal y engrandece a la empresa.
Considero, finalmente, que ha sido usted fuertemente irrespetuoso con los representantes de una fé que arropa a millones de personas. Monseñor Rouco representa a los miles de fieles de su congregación, su desprecio menosprecia, del mismo modo, a quien se arrodilla a su paso en la Iglesia o le besa la mano en la eucaristía. Sintomáticamente, además, critica la libertad de empresa cuando no le conviene o interesa a sus ideas. Un anticlerical con animadversión a la libertad de empresa. Jurásico y demostradamente equivocado es lo más elegante que se me ocurre decir ante semejante discurso.
