Ya que dices que eres un letrado sabrás que las cláusulas suelo han sido el último escándalo que le ha estallado a la banca española por mala comercialización de productos. Durante la crisis, las entidades se han visto obligadas a rascarse el bolsillo y devolver dinero a sus clientes. La factura total supera los 12.000 millones, teniendo en cuenta que el impacto de los topes hipotecarios ascienda finalmente a unos 4.200 millones (cifra calculada por el Banco de España).
En la lista de productos colocados de manera irregular, según los tribunales, se encuentran bonos, créditos multidivisa, euribor, derivados y, sobre todo, preferentes y acciones de Bankia. El golpe puede ser mayor en función de cómo evolucionen algunos procesos, porque la causa de la manipulación acaba de empezar y la venta de títulos a inversores cualificados por parte de Bankia se encuentra en una fase preliminar, por ejemplo.
Pero las pérdidas para el sector serán mucho mayores. Se estima que van a dejar de ingresar en torno a los 8.000 millones de euros por la retirada de las cláusulas suelo tras la decisión del Tribunal de Justicia de la UE de esta semana, que obliga a las entidades a devolver todo lo cobrado de más en aquellas que sean poco transparentes, desde el inicio de su aplicación y no desde mayo de 2013. Algunas entidades ya habían anulado de su cartera este tope, al haber sufrido un varapalo judicial, como BBVA y Popular, o para anticiparse a los acontecimientos, como Bankia o CaixaBank.
La consultora Analistas Financieros Internacionales estima que entre 2016 y 2019 el margen de intereses de la banca española se verá mermada en unos 6.200 millones por la supresión de la cláusula, ya que los clientes abonarán una menor cuota hipotecaria a partir de ahora, beneficiándose así de la caída del euribor. Éste indicador se encuentra en negativo. Eso sí, las entidades ya han llegado a acuerdos con una parte de sus clientes para eliminar de su contrato esta cláusula y reducir el impacto de una sentencia desfavorable, y han establecido tipos fijos para el resto de años en que esté vigente el crédito, que suelen ser más elevados que en tasas variables.
Entre 2013 y 2015, las entidades han dejado de ingresar en intereses unos 1.800 millones. Sólo BBVA en 2013, cuando retiró todas las cláusulas suelo tras la condena del Tribunal Supremo, sufrió un descenso en sus márgenes de casi 500 millones de euros.
Aluvión de reclamaciones
La banca ha ido reservando dinero, en torno a 1.500 millones, para llevar a cabo los desembolsos por las cláusulas suelo. Pero estos fondos no son suficientes para atender a todas las peticiones que se prevén. El aluvión de reclamaciones ya ha comenzado en las oficinas y también en los despachos de abogados.
Las propias entidades y las casas de análisis indican en que el sector tendrá que realizar dotaciones extraordinarias de unos 2.500 millones de euros para tapar este agujero. La bomba que ha estallado esta semana limitará, según los expertos, la capacidad de algunos grupos, especialmente los más débiles, para repartir dividendos a sus accionistas.
Las asociaciones de consumidores estiman que más de 1,5 millones de clientes cuentan en sus hipotecas con cláusulas suelo y otros tantos, que ya se han librado de ella, reclamarán por intereses cobrados de más hasta su retirada, a no ser que hayan llegado a acuerdos con la entidad para cambiar las condiciones.
Los escándalos por la mala praxis del sector ha sido una constante a lo largo de los últimos años y todavía no han terminado. El más significativo de todos fue el de las preferentes, que afectó principalmente a las entidades que tuvieron que ser rescatadas. El sector ha tenido que gastar más de 6.000 millones para reembolsar dinero a más de 500.000 personas, buena parte de las cuales eran de edad avanzada. El Gobierno, ante el aluvión de protestas de los afectados, tuvo que abrir procesos de arbitraje para acelerar las devoluciones y evitar un aluvión de demandas judiciales.
No todos los afectados acudieron a estos sistemas, ni todos pasaron el filtro de condiciones, por lo que el goteo de denuncias en los tribunales continúa a día de hoy. De hecho, BFA-Bankia ha tenido que incrementar este año las dotaciones para hacer frente a eventuales condenas.
El grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri ha sido el que ha soportado la mayor carga de las preferentes. A través del arbitraje devolvió a unos 130.000 afectados, algo más de la mitad, unos 1.162 millones, según detalló el presidente del fondo de rescate, Jaime Ponce, recientemente en el Congreso de los Diputados. Para afrontar los juicios había acumulado ya otros 1.531 millones, de los cuales ha gastado una parte importante.
Los arbitrajes de Novagalicia y CatalunyaCaixa beneficiaron a más de 120.000 usuarios, el 70 por ciento de los perjudicados. El Ejecutivo tuvo que salir al rescate de los afectados, después de que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) -hucha de la propia banca- tuviera que abonar 1.900 millones para dar liquidez a los particulares.
El problema, como en el de Bankia, surgió por la aplicación de quitas en la inversión realizada por los particulares. Los descuentos llegaron en algunos casos al 80 por ciento tras unas duras negociaciones con Bruselas por la inyección de ayudas a las antiguas cajas.
Caja EspañaDuero, asimismo, tuvo que abrir un arbitraje para sus preferentes, pero gran parte de los inversores acudieron a los tribunales para recuperar su dinero.
En este caso, como en el resto, el Estado ha tenido que asumir una parte del coste, como exigencia de las entidades que se han hecho cargo de las más débiles salvo Bankia. Abanca en Novagalicia, BBVA en CatalunyaBanc y Unicaja en Ceiss exigieron al Frob esquemas contra pérdidas por esta contingencia, que a día de hoy sigue abierta.
Acciones de Bankia
La otra gran bomba que estalló ha sido la comercialización de acciones por parte de Bankia en 2011. Esta año la entidad ha tenido que devolver cerca de 1.700 millones, incluido intereses de demora y costas judiciales, a los particulares que adquirieron títulos de la entidad y luego sufrieron pérdidas. Abrió un proceso rápido de reembolsos en las sucursales para ahorrar gastos en los tribunales una vez que el Supremo declaró nula la colocación de acciones a minoristas al considerar que las cuentas con las que debutó en el mercado no eran las correctas. En mayo de 2012, Bankia percibió unas ayudas de 18.000 millones adicionales y fue nacionalizada.
La entidad llevó a cabo provisiones de algo más de 1.800 millones, cantidad que cubre una parte del riesgo que todavía existe sobre las demandas que han iniciado inversores institucionales, como Iberdrola, Festina Lotus o Meliá. La doctrina sobre una devolución a estas empresas no está clara y se resolverá en los próximos meses. Bankia podría tener que destinar otros 1.200 millones de euros más, en caso de perder, por el fiasco que supuso su salida a bolsa.
Saludos