Efectivamente, parece que este índice va por delante al superponer las series. De hecho, es un indicador adelantado del mercado y funciona como buen barómetro de la economía mundial. Si desglosamos los datos de PMI, vemos que por un lado, las economías desarrolladas se han mantenido en zona de expansión (por encima de 50) mientras que el PMI de las economías emergentes ha profundizado sus caídas, perforando incluso la tendencia del Baltic Dry index y desde el tercer trimestre del 2015 mejora, aunque aún en zona de contracción. Por otro lado, este índice de fletes tiene en cuenta no sólo el número de contratos, sino los precios que se cierran. En este sentido, ha seguido muy de cerca la tendencia del precio de las materias primas (CRY Index). Parte de la caída del índice baltic Dry también puede venir explicada por el fuerte aumento de capacidad en barcos de carga.
Por tanto, si juntamos la actividad manufacturera global, más centrada en economías emergentes, los precios de las materias primas y la sobrecapacidad en el transporte marítimo nos sale la ecuación. ¿Qué podemos esperar? Por parte de la sobrecapacidad se puede esperar que haya tocado techo y que a partir de ahora se vaya corrigiendo, pero en la medida en que todos los cierres de capacidad que existen en unas cuantas industrias van a llevar consigo una pérdida de puestos de trabajo considerable, probablemente sea un proceso más lento de lo que cabría esperar. Por el lado del precio de las materias primas, en lo que llevamos de año las caídas han venido de la mano del petróleo y gas principalmente (las agrícolas también aportan negativamente, aunque en menor medida), sin embargo, los metales han recuperado niveles, con la excepción del cobre que está más sujeto que el resto a movimientos especulativos y que sigue más de cerca el movimiento del precio del crudo. Los metales industriales también son un indicador adelantado de la actividad global y o bien podemos estar ante un cambio de tendencia (que no vemos aún hasta que los mercados emergentes entren en un nuevo ciclo expansivo) o ante una corrección de un exceso producido. Por el momento, en casi todos los metales también existe una situación de sobreoferta que se espera se corrija entre este año y el siguiente. Por lo tanto, al igual que en el caso de la energía, podemos pensar que por el lado de la oferta estamos ante una situación de posible suelo o muy cercano a él. Por el lado de la demanda, sin embargo, seguimos teniendo fuerzas que van a seguir presionando a la baja, como es el caso de China, pero no contemplamos un escenario de desaceleración fuerte. Si bien no pensamos que China vuelva a ser la fábrica del mundo, sí pensamos que su cambio de modelo hacia una sociedad de consumo puede ser aprovechado por otras industrias, sectores y economías emergentes y desarrolladas. Todo ello, nos hace ser más posibilistas acerca de la evolución de la economía mundial (aunque tampoco podemos perder del punto de mira que EE.UU. lleva ya unos cuantos años de expansión, moderada, pero expansión).