Buenas noches @Elsuperamic , lo primero muchas gracias por tu comentario. Tenía mis dudas sobre si ir subiendo capítulo a capítulo o dejároslo entero para que fuérais vosotros los que lo adaptarais a vuestro propio ritmo de lectura. Evidentemente, comentar un libro entero... es difícil que sea breve (y más cuando pretendo explicar correctamente- a saber si lo habré logrado- cada punto).No puedo estar de acuerdo en tu reflexión de que la Iglesia se pueda asociar con la economía de mercado, no sólo el papa San Juan Pablo II lo admitía en la encíclica Centesimus Annus (contraponiendo dicha definición a "capitalismo", aunque tendamos a equiparar ambos términos), es que nuestra Escuela de Salamanca ya lo admitía. El problema no es el mercado en sí, es un buen sistema para lo que es. El problema es pensar que el mercado es un buen sistema para todo. Piensa que las almas hay que salvarlas, también, en su práctica diaria, no sólo cuando acudimos a misa, sino en el resto de nuestra vida cotidiana (de hecho, la Escuela de Salamanca solía escribir de estos asuntos económicos en sus manuales de confesores). Serán nuestros actos, también los económicos, terrenales los que nos permitan acceder a la vida eterna.Mi problema en este asunto no es defender bajos impuestos, un estado relativamente pequeño y poco endeudado, libertad de crear empresas y pocas trabas en el mercado, etc... mi problema es que, según qué políticas económicas se sigan, tienen consecuencias sobre terceros que hace que los cristianos debamos protestar. Espero que el esfuerzo de leerlo hasta el final te sea leve y, sobre todo, te sea útil. El libro de Sirico es muy hermoso, el problema es que, algunos puntos, conviene- creo- explicarlos mejor porque si no, los cristianos podemos caer en graves errores. Como digo desde hace tiempo debemos defender la libertad, no el liberalismo... pues no son, ni de lejos, lo mismo.Un fuerte abrazo desde León