Yo creo que es normal la reacción de la gente, cuesta mucho trabajo y mucho tiempo conseguir tener tu casa, tu coche o un bien y cuesta muy poco perderlo, cualquier negocio que te vaya mal y lo conseguido en 15 o 20 años se te va al garete en pocos meses, así que entiendo perfectamente la reacción de la gente, la impotencia que se siente, el desgaste de ir un día y otro al banco intentando buscar soluciones, el clavo ardiendo, es muy complicado en ese estado tener la cabeza fría para pensar con ella y no con el corazón, pero evidentemente Tristán lleva razón. Yo en su día, por un mal negocio ya perdí una vivienda, un bajo comercial y una casa en la playa, que se lo repartieron entre hacienda, seguridad social y la financiera de los camiones, al menos no fueron ejecuciones hipotecarias y se consiguió saldar casi todo con las subastas, y tuve también la suerte de que esas subastas fueron en el 2005, cuando todo estaba por las nubes y los subasteros pujando aun sabiendo la hipoteca que tenía la casa de la playa, de 20 millones de pesetas.
Pero haciendo hincapié en las hipotecas, desde luego que si yo no pudiese pagarla y me fuesen a subastar la casa me faltaría tiempo para poner mil y un anuncios y contactar yo personalmente con cualquier subastero, inmobiliaria y lo que fuese, que hayan tropecientas personas interesadas, que una ejecución hipotecaria de esas te puede marcar de por vida, que te subasten la casa y todavía le debas al banco prácticamente la misma cantidad que tenías de préstamo hipotecario, y si te vas a meter en abogados hacerlo antes de que lleguen los embargos, antes incluso de provocar los impagos, porque hay bastante maneras de evitarlos, pero en este pais tenemos la costumbre de acordarnos de Santa Bárbara cuando truena. Es un fastidio perder en un plis plas lo que has conseguido en años, los subasteros nos caerán antipáticos y los bancos serán muy "coloque aqui su descalificativo", pero peor es quedarte con una mano delante y otra detrás y además seguir debiendo un pastón, luego te metes a trabajar por ahí y te embargan nóminas, adiós a tener cuentas corrientes a tu nombre, adiós a solicitar subvenciones, a vivir en negro y olvidarte de jubilaciones.
Lo dicho, es muy muy difícil mantener la mente fría cuando algo así te pasa, pero si quieres seguir teniendo una vida normal es lo que hay, en estos asuntos no hay "enemigo" que valga, y si tan mal caen los bancos, lo primero que hay que hacer es no pisar ninguno para NADA.