(Continuación ....)
Bien, ¿quién entre los analistas financieros, está dispuesto a desafiarme en un debate público? Venga!!! ¡Mi desafío es contra todos vosotros y a la vez! Aunque tengo claro que ninguno de vosotros estará dispuesto a enfrentarse a mí porque destrozaré vuestros análisis financieros. La próxima vez que algún financiero saque un informe a la luz diciendo que el petróleo fluirá otra vez sin límites, que los precios bajarán a los niveles de antes y que el consumo sin límite volverá solo si nosotros dejemos de preocuparnos, hazle comerlo.
Ahora, cualquier que esté por ahí, con un par de neuronas todavía en condiciones operativas, escucha una observación que he tenido claro desde hace mucho tiempo. “La destrucción necesaria” ha llegado a ser la prioridad no solamente para paliar el fenómeno de Peak Oil, sino también de calentamiento Global. Los Estados Unidos, con un 5% de población mundial, consumen el 25% de la energía del mundo. Si uno quisiese destruir la demanda, ¿como podría hacerlo? Destrozando la economía, naturalmente. Los sin techo, sin empleo, los refugiados, no compran gasolina, no hacen viajes de ocio, no vuelan en aviones ni compran electrodomésticos (hechos con energía y que además requieren energía para funcionar). Tampoco utilizan el aire acondicionado porque no lo pueden pagar. Son el encarnamiento de la famosa expresión de Henri Kissinger, sacado del vocabulario Nazi, que los define como “comedores inútiles.”
Ahora, ¿qué pasará cuando nos quedemos sin los pobres, los sin techo, sin los hambrientos y sin las “minorías”, sin todos que los Bilderbergers históricamente han considerado prescindibles – y la bestia aún no este satisfecha? Entonces, llegará el turno de los chicos blancos y de sus queridas familias que provienen de las barriadas de alto standing de Paris, Londres, Madrid, Nueva York. Los Bilderbergers llevan años insistiendo en la reducción forzada de la población mundial. Así es, para que Planeta Tierra sobreviva (leese Bilderbergers), entre 3 y 4 mil millones de nosotros tenemos que perecer. ¿Algún voluntario? Tengo claro que Kissinger, Rockefeller o aquel degenerado alcohólico de Bush hijo no entregarían su primogénito para que nosotros, “las masas sucias” de la dictadura del Gobierno Mundial Único pudieran disfrutar lo poco que nos queda de la vida en esta catástrofe global en la que hemos reconvertido nuestro una vez tan bello planeta.
Los huracanes se nombran de forma alfabética. Katrina ha sido el decimoprimero del 2005 y la temporada de los huracanes acaba de comenzar. Habrá más huracanes, muchos más. Algunos de ellos se convertirán en huracanes temibles, porque la temperatura de las aguas de los océanos está demasiado alta.
Adelante. Dime que me he equivocado acerca del Peak Oil, acerca del colapso climático y la corrupción metastática de nuestros gobiernos y sistema económico. La apuesta es demasiado sencilla y el desenlace pronto será evidente. Apostad lo que queréis.
La Tierra ha alcanzado ese punto donde la consciencia humana no tolerará más los controles autoritarios sobre su destino. Los Bilderbergers lo saben y su plan es romper este espíritu con la cosecha de sangre a base de guerras, hambruna y miseria. ¿Alguien estaría dispuesto a apostar su vida en contra de mis pronósticos?
¿Qué parece una apuesta demasiado fuerte? Pues, vuestra vida es lo que os habéis apostado ya contra los Amos del Mundo.
http://www.prnoticias.com/prn/hojas/noticias/detallenoticia.jsp?noticia=7002&repositorio=0&pagina=1&idapr=1__esp_1__