Hola Fernando, has hecho una gran pregunta. Para responderla en su globalidad habría que tratar temas como la estructura de cartera, la concentración individual y la metodología de rebalanceo y rotación. Todo ello tiene que ser coherente con la estrategia de inversión y, por tanto, con los objetivos particulares de cada uno. Es un tema demasiado amplio, así que permite que me centre en la concentración pues, de todos los elementos, es el más cercano a tu pregunta. El nivel de concentración de una cartera es la consecuencia de tres aspectos: el objetivo de retorno de un inversor, su expectativa de riesgo y su ratio de acierto -Joaquim, en su comentario, ya dejó caer que por ahí tendrían que ir los tiros. Elegir el grado de concentración de la cartera es un dilema porque, como toda decisión estratégica relevante, lleva consigo un sistema de contrapesos por el que fortalecer un aspecto implica debilitar otro. Así que no hay una decisión universal correcta sobre esta cuestión, sino que cada inversor debe encontrar el punto de equilibrio que consiga la mayor coherencia con su estrategia de inversión.Narval tiene una estructura de cartera con un nivel de concentración moderado, como consecuencia de sus objetivos estratégicos: por la parte de la rentabilidad, obtener buenos retornos absolutos en periodos de subidas (primer objetivo) y ser más resistentes en los años de bajadas (segundo objetivo); por la parte del riesgo, que ninguna pérdida individual pueda lastrar significativamente al conjunto de la cartera (tercer objetivo). El mecanismo de contrapesos está claro: si incrementamos la concentración podríamos maximizar el primer objetivo, pero a costa de los otros dos. Por otro lado, si reducimos la concentración podríamos potenciar los dos últimos objetivos, pero a costa del primero. Se trata de una cuestión de equilibrios y, en el caso de Narval, tener posiciones con pesos medios del 2%-3% nos parece el más adecuado teniendo en cuenta nuestros objetivos estratégicos.Dicho esto, hay que tener una cierta flexibilidad a la hora de gestionar una cartera de acciones porque éstas fluctúan. Para beneficiarnos del crecimiento compuesto, como apuntas, es necesario dejar correr los beneficios. Si dos o tres posiciones suben mucho más que el resto y llegan a los pesos del 6% que señalas, hay que analizar si son negocios fundamentalmente correlacionados o no. Si no lo son, por debajo de ese nivel cumpliríamos con los objetivos estratégicos del fondo, pero por encima no. Si son empresas del mismo sector -o si en la matriz de gestión de Narval están en la misma categoría-, recortaríamos los pesos por considerarlos una única fuente de riesgo. La reinversión del capital deberá respetar, a su vez, los límites marcados por los objetivos estratégicos del fondo. Así es como gestionamos Narval y esa es su lógica. Entiendo el atractivo de pensar en el crecimiento compuesto de Amazon o Apple y lo bonito que es dejar que los precios multipliquen por diez o veinte veces el capital. Destacaría cuatro aspectos: primero, la existencia de empresas estelares no puede configurar la estructura de la cartera (la excepción no se puede tratar como la norma). Deben tener su hueco pero reconociendo su naturaleza (y frecuencia) excepcional; segundo, si un inversor asume que todas sus empresas serán Amazon, lo óptimo sería concentrar todo su capital en un reducido número de empresas estelares, pero esto incrementaría sensiblemente el riesgo de la cartera si una de ellas resultase un fiasco (la ratio de acierto, como comenté al principio, es un elemento importante a la hora de decidir cuánto concentrar); tercero, si la mayor parte de las empresas no son Amazon, no suele ser mala idea reducir un poco los pesos y hacer caja después de un periodo de fuerte apreciación (empresas diferentes se gestionan de manera diferente); cuarto, a largo plazo no espero alcanzar mis objetivos de rentabilidad por dos o tres posiciones, sino por la aplicación de una estrategia. Con la estructura de cartera de Narval tenemos capacidad para obtener rentabilidades altas de empresas como Amazon o Apple, aunque primemos la robustez del conjunto sobre la apreciación individual. Evidentemente, si un inversor espera generar la mayor parte de su rentabilidad a largo plazo con dos o tres posiciones estelares, su estrategia será diferente a la mía. Es cuestión de preferencias y objetivos. Personalmente, creo que actualmente abundan las famosas bagger, cuando por definición deberían no abundar. He tratado de explicarte cómo gestionamos Narval sobre el tema que preguntas. No creo que haya una respuesta universal sobre la concentración de la cartera, sino que la clave está en mantener equilibrios entre la gestión y los objetivos estratégicos del inversor. A mi juicio, lo más importante en todo ese proceso, es entender el mecanismo de contrapesos existente y que, como en la mayor parte de decisiones estratégicas, elegir es rechazar. Como inversores estamos definidos tanto por lo que elegimos, como por lo que rechazamos. Hay que entender eso al diseñar cada estrategia de inversión. Fernando, macho, la próxima vez que vayas a hacer una pregunta tan compleja, pregunta antes disponibilidad temporal para responderla. :-P El primer trimestre del año tiene siempre un pico de trabajo para mí. Es el más ajetreado del año, así que disculpa la tardanza. Bromas aparte, que vengan muchas discusiones de estas.