La Gestión de Carteras en acciones no es una tarea fácil, como referentes en el análisis y teorías validas podemos contar con dos tándemes: el compuesto por Benjamin Graham y Josep Piotroski y el compuesto por William Forsyth Sharpe y Harry Markowitz.
Graham fue quien desarrolló la metodología de inversión denominada: Value Investing, que consiste en seleccionar los valores donde invertir de una manera defensiva, invirtiendo en valores que cotizan bajo su valor contable, lo que en cierto modo constituye un seguro ante movimientos adversos. Piotroski simplificó el análisis para seleccionar los valores, ideando un método sencillo, tipo test, para la selección de las inversiones por análisis fundamental consistente un sistema de puntuación ( 0 o 1 punto), a cada una de las 9 preguntas que realiza sobre las acciones cotizadas.
Nos hemos inspirado en las teorías de Sharpe y Markowitz, como referentes de la gestión eficiente de las inversiones en acciones, que actualizamos semanalmente para los valores del IBEX-35 y EUROSTOXX-50.
Markowitz estudia la rentabilidad máxima para un riesgo que el inversor está dispuesto a soportar y el riesgo mínimo para una rentabilidad objetivo del inversor.
La frontera eficiente, es el conjunto de todas las carteras óptimas o carteras eficientes en el sentido de Markowitz. Sharpe estudia la frontera eficiente cuando consideramos un activo sin riesgo.
El conjunto de carteras eficientes se ha transformado en una recta. La recta del mercado de capitales (Capital Market Line). Para cualquier riesgo que asuma el inversor da la rentabilidad mínima exigida y para cualquier objetivo de rentabilidad que quiera alcanzar el inversor nos da el riesgo máximo que el inversor deba asumir. Cualquier inversión con una rentabilidad menor para un riesgo dado, o con un riesgo mayor para una rentabilidad dada no es una buena inversión, independientemente de la rentabilidad obtenida. Lo importante en una inversión no es su rentabilidad, sino el binomio rentabilidad riesgo. Este binomio o curva de indiferencia depende del perfil del inversor.
La cartera óptima o cartera eficiente es la cartera que con el mínimo riesgo consigue la máxima rentabilidad. Esta cartera se puede conseguir:
- Eligiendo la proporción adecuada de activos escogidos de tal manera que se optimicen sus correlaciones.
- Invirtiendo una parte en el activo libre de riesgo y el resto en la cartera de mercado (Índice Bursátil).
Esta alternativa es más eficiente, y sin embargo menos utilizada por el inversor.
La línea del mercado de capitales solo se puede aplicar al conjunto de carteras eficientes. El cálculo de las carteras eficientes es complejo y no está al alcance del inversor medio.
El inversor normalmente crea una cartera a partir de un conjunto de acciones. En este caso la valoración del binomio rentabilidad riesgo es diferente. Obtenemos la línea del mercado de valores (Security Market Line) relacionando las betas con los rendimientos. Ahora podemos conocer la rentabilidad mínima exigida para el riesgo que está dispuesto a soportar el inversor o el riesgo máximo que tenemos que asumir para conseguir una rentabilidad objetivo. El problema es que esta valoración solo es para acciones que están fuertemente correlacionadas con el índice del mercado.
Las acciones que se sitúan por encima de la línea del mercado de valores están infravaloradas. Las que están por debajo están sobrevaloradas. Un indicador para medir los valores que mejor comportamiento rentabilidad riesgo presentan es el indicador de Sharpe. Mide la rentabilidad excedente en función del riesgo excedente.
Y como punto final optimizaríamos las anteriores formas de invertir mediante la utilización adecuada de instrumentos de cobertura en momentos adversos de los mercados de renta variable.