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El poder de la palabra. Cuando hablan los bancos centrales.

Hace unos minutos ha hablado Janet Yellen  y una vez más  ha utilizado el poder de la palabra para evitar una debacle, tal como se rumoreaba esta mañana. Lo ha hecho en una situación muy grave donde la bolsa ha ido perdiendo todos soportes, desde el punto de vista del Análisis Técnico, y tambien por las previsiones a la baja de los beneficios empresariales, por el contagio de las materias primas y la previsible desaceleración económica de China, Janet Yellen ha dicho: sería apropiado un menor ritmo en las subidas de tipos. Ha dicho justo lo que el mercado quería oír.

Hace unos días, (el 22 de Enero), Mario Dragui también  dijo al mercado que ante el aumento del riesgo de contagio las medidas a tomar serán proporcionales y mantiene el mensaje de Julio del 2012 cuando dijo: “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”.

El mensaje actual es: No hay límites a cómo el BCE pueda proceder con respecto a sus instrumentos... y tiene muchos instrumentos”. EEUU con una economía que depende en dos tercios de la demanda interna no quiere perder el “efecto riqueza” que proporciona el mercado y también apoya, posiblemente de forma coordinada.

Está claro que hay problemas estructurales y a falta de mejores remedios, los mercados centrales apuestan por tener una doble personalidad, como el doctor Jekyll y el señor Hyde, los bancos centrales  han de hacer de bombero y de pirómano. Han de mantener el fuego encendido y tener que aumentar la dosis y si hace falta poner gasolina; por otro lado tiene que tener a mano el uniforme de bombero, sabe que si se le va la mano con el mantenimiento del fuego tendrá problemas; también sabe muy bien qué pasaría si se le apaga el fuego. Con estos ingredientes la volatilidad está y estará servida.

Dédalo e Ícaro

Según la mitología griega, Dédalo, constructor del laberinto de la isla de Creta, fue encarcelado junto con su hijo y aunque consiguió escapar no podía abandonar la isla ya que el rey Minos controlaba todas las salidas; Dédalo se puso a trabajar en la confección de alas a base de plumas y cera, para poder salir volando y una vez terminadas aconsejó a su hijo Ícaro como utilizarlas; se trataba de no volar muy alto para que el sol no derritiese la cera ni muy bajo para que las alas no se mojasen con el mar; lamentablemente Ícaro subió demasiado y el sol fundió la cera y cayó al mar, Dédalo llamó Icaria a la zona donde su hijo se hundió en el mar; así lo cuentan pero podía haber sido el mar el causante de la caída al mojarse las alas y es que como decía Minsky, la estabilidad es desestabilizante.

"Ícaro Banco Central" ha demostrado ser una gran piloto y ha convertido la técnica de volar en un arte que acompaña  con una magistral oratoria y que le permite mantenerse entre el mar y el calor del sol durante varios años, pero se ha convertido en prisionero del sistema, solo puede avanzar esquivando el sol y el mar sin llegar a sitio seguro, lo más propio de una huida hacia delante; este aparente estabilidad creó las bases para la formación de burbujas y a olvidar los riesgos existentes; ni en los buenos tiempos hay que bajar la guardia y se ha de considerar que la inversión debe realizarse en el largo plazo pero la política monetaria estaba basada en inversiones a corto plazo.

Al igual que Ícaro estaba prisionero en un canal lateral, los Bancos Centrales también lo están de sus palabras y hechos; esto no es eterno, si consiguen seguir adelante y solucionar el problema, bienvenido, pero en el caso de que se eternice, el calor del sol o el agua hará daño. Mientras tanto van quedando muchos cadáveres por el camino que finalmente serán olvidados.

Diágoras era un sofista que se reconocía escéptico ante las posibilidades del conocimiento humano. Un día visitaba un templo donde abundaban los lienzos con escenas de náufragos salvados, cuando alguien le dijo: si los dioses no se ocupan de los asuntos humanos. ¿Cómo explicas tú que haya tantos hombres favorecidos por la gracia divina como los que aparecen en los lienzos? Y Diágoras respondió: Aquí aparecen los que se salvaron, pero ¿Dónde están retratados todos los que se ahogaron?

Resulta muy fácil utilizar un gráfico desde una fecha determinada y calcular los beneficios (los que se salvaron) pero Diágoras se pregunta por los que se ahogaron y de ellos no hay registro. En Bolsa los ahogados no cuentan pero existen.

El post anterior lo  titulaba así empieza lo malo, basado en la frase Shakespeare que completa dice: Así empieza lo malo y deja atrás lo peor.

http://www.rankia.com/blog/analisisbolsa/3080232-ano-2016-asi-empieza-malo

En el mensaje del post, entiendo que hay un enorme compromiso de los Bancos centrales  para utilizar la política monetaria como un gran apoyo y de momento ha dejado atrás lo peor como lo es la ruptura del euro pero ya veremos cuánto dura lo malo. Solo hay que ver un detalle: él quiere máxima seguridad ha de invertir en el bono alemán a diez años al 0,25 % mientras la inyección de liquidez del BCE pretende una inflación del 2 %. Así empieza lo malo aunque deje atrás lo peor.

Contamos con el poder la palabra de los bancos centrales  que se ha convertido en la palabra del poder.

 

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