Ya hace más de un mes que cotizan en el mercado SEND las participaciones preferentes de Repsol de las series B y C con códigos ISIN KYG7513K1379 y KYG7513K1452, pero la liquidez continúa siendo muy escasa por no decir nula. Se han cruzado muy pocas operaciones en este periodo de tiempo, los compradores continúan pensando que el precio de venta es demasiado alto y los vendedores, al contrario, piensan que para vender perdiendo mejor mantener la inversión.
Invertir en participaciones preferentes tiene algunas desventajas con respecto a otros tipos de inversiones de deuda como pueden ser las obligaciones. Para empezar son perpetuas, no tienen fecha de vencimiento lo cual crea incertidumbre sobre cuando recuperaremos el capital prestado al emisor, el cupón o dividendo está condicionado a la existencia de dividendo distribuible en el año y en caso de quiebra de el emisor están en orden de prelación por delante de las acciones ordinarias y por detrás del resto de emisiones de deuda como es la subordinada o la senior.
En el caso de Repsol, en los últimos 17 años siempre se la distribuido dividendo, y si lo miramos desde el punto de vista del flujo de caja libre disponible para el accionista, en los últimos cinco años solo en 2010 no se generó el suficiente para atender el dividendo previsto sin tener que recurrir a deuda financiera para hacerlo, por lo que en principio y si la crisis no empeora, se puede suponer que el dividendo se va a poder pagar todos los años.
En cuanto a la fecha de vencimiento, si no queremos encontrarnos con sorpresas desagradables, tenemos que hacer las cuentas pensando que la inversión es a largo plazo, y cuando digo largo plazo me refiero a 30 años. Si después resulta que las participaciones se amortizan antes nos encontraremos con un beneficio adicional.
También tenemos que hacer las cuentas teniendo presente que del dividendo recibido el 21 % se lo vamos a tener que entregar a Hacienda, además vamos a tener que pagar unos gasto de mantenimiento a la entidad financiera donde tengamos depositadas las participaciones y por último tenemos que proteger la inversión contra la inflación propia de España que no hace variar al euribor y que podemos estimar en un 2,81 %.
La última emisión de obligaciones a 8 años que ha hecho Repsol, hace unos días, ha sido pagando un interés del 5 % y las obligaciones del Tesoro Español a 30 años cotizan entre el 6 y el 6,5 %, por lo que no parece descabellado exigir en nuestra inversión una TIR del 6,5 %, la cual se consigue comprando al 73,88 % del valor nominal de la participación.
Comprando al 73,88 % del valor nominal y reinvirtiendo el dividendo que cobremos cada año en, por ejemplo, un depósito a plazo fijo que nos consiga una rentabilidad neta, después del impuesto de Hacienda, del 1 %, terminaremos el periodo de 30 años habiendo conseguido protegernos de la inflación, del impuesto de Hacienda y además habremos conseguido un beneficio adicional del 0,67 % anual.
El que compre por encima del 88,33 % del valor nominal, con las mismas condiciones de reinversión del dividendo, seguramente acabará el periodo de 30 años teniendo en el banco menos dinero del que tiene ahora teniendo en cuenta la inflación.
Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información disponible en la CNMV, de la inflación futura y de la evolución también futura del euribor a 3 meses que no tienen porqué coincidir con la realidad.
Saludos.
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