Viscofán ha presentado los resultados de los nueve primeros meses del año y si bien los ingresos han tenido una evolución positiva, tanto el EBITDA como el beneficio antes de impuestos han sido inferiores a los del mismo periodo del año pasado. El motivo principal parece que está en la floja evolución del tercer trimestre, que ha estado afectado por la depreciación de las principales divisas, la inflación de costes de materias primas que no ha podido transmitir a sus clientes, y la energía.
El grupo Viscofan, se dedica a la producción y distribución de tripas y envolturas artificiales para la industria cárnica, además de fabricar maquinaria para facilitar el uso de sus envolturas a sus clientes. Sus principales marcas son: Carretilla, IAN, Comaro, Morenita y Alesves. Con distribución en más de 100 países de todo el mundo, el grupo cuenta con centros de producción de envolturas en España, Alemania, Brasil, China, Estados Unidos, México, República Checa y Serbia, así como centros de producción de alimentación vegetal bajo las marcas del grupo IAN en España, y 14 oficinas comerciales. Durante 2013 se está incrementando la capacidad de producción de la planta de China y se está terminando la construcción de una nueva planta de colágeno en Uruguay, que se espera que entre en funcionamiento el primer trimestre de 2014.
Como ya hemos comentado otras veces, esta empresa tiene uno de los balances más sólidos del Ibex-35: no tiene fondo de comercio, su solvencia es muy buena, tiene un fondo de maniobra suficiente y con la liquidez inmediata adecuada para no tener problemas de liquidez a corto plazo, además la gestión del capital circulante no le va a restar generación de flujo de efectivo de las actividades de explotación.
El problema es que este tercer trimestre, como ya hemos comentado antes ha sido flojo en comparación con los resultados a los que nos tiene acostumbrados, y si el cuarto trimestre está en esta misma línea, terminará el año con uno resultado tanto de beneficio por acción como de cash flow inferiores a las previsiones tanto de la empresa como de los analistas, y esto ha ocasionado una reducción en su precio de cotización, que es posible que esté provocado que sus accionistas más intranquilos se planteen deshacer la inversión.
Los que tuvieron la fortuna de comprar acciones de esta empresa cuando cotizaba por debajo de los 20 euros, en nuestra opinión, y mientras no haya un empeoramiento sustancial en su negocio no deberían vender sus acciones, ya que fue una inversión muy buena, que difícilmente se podrá repetir ahora y que está aportando una rentabilidad por dividendo superior al 6%, en un negocio con un margen sobre ventas superior al 11% y una rentabilidad sobre el capital invertido superior al 17%.
Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información que la empresa envía a la CNMV y nada impide que se pueda comprar más barata.
Saludos.
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