El fraude fiscal en España es una realidad como lo es en cualquier otro país del mundo, los gobiernos toman medidas con la intención de reducir la tasa de fraude fiscal, pero les resulta muy complicado atrapar a los tramposos que prefieren actuar al margen de la Ley para ahorrarse dinero. No pensemos que el fraude fiscal se comete únicamente en las altas esferas para evadir millones de euros, todos los días en España se llevan a cabo transacciones en las que los participes deciden actuar al margen de la Ley, cometiendo fraude fiscal. Imagino que les sonarán estas preguntas: ¿Lo quiere con IVA o sin IVA?, ¿Le hago factura o no hace falta?
Evolución del fraude fiscal en España durante la crisis
El fraude fiscal ha alcanzado cifras desorbitadas con la crisis, según un estudio llevado a cabo por el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) y la Universidad Rovira y Virgili, en España se defrauda el 25,6% del Producto Interior Bruto (PIB). Si nos remontamos al momento en el que se inició la crisis, la economía sumergida rondaba el 17,85% del PIB, lo que supone un incremento de más del 43% durante los años de la crisis. Más de 200.000 millones de euros se escapan del control del fisco en España.
En el propio informe de Gestha y la Universidad Rovira y Virgili, se incluyen los siguientes mapas de España en el que se observa la evolución del fraude fiscal durante los últimos años:
¿Por qué ha aumentado el fraude fiscal en España?
Hay gente que piensa que el sistema impositivo en España no es justo, demasiado complejo y la recaudación impositiva no incentiva la actividad empresarial y económica. Dentro de la complejidad del sistema tributario, parte de la culpa la tiene la existencia de diferentes niveles tributarios, como son el estatal, el autonómico y el municipal.
Desde fuera de España también se piensa que la presión fiscal es muy elevada y, aún así, muchos expertos europeos opinan que seguirá aumentando en el próximo año. De entre estos expertos, un 70% opinan que la presión fiscal que soportan las empresas es muy alta, este porcentaje se dispara hasta un 96% cuando se habla de la presión que sufren las rentas del trabajo.
Si dejamos de hablar de opiniones de expertos y nos centramos en el día a día, en las noticias que aparecen en los periódicos cada mañana, es evidente que la clase política que debería dar ejemplo a los ciudadanos, no lo hace, un día sale una noticia que afecta a un partido y al día siguiente otra noticia que afecta a otro. Parece incongruente, ya que ellos una parte muy interesada en que en España desaparezca el fraude fiscal, ya que así las arcas del Estado dispondrían de más recursos y el partido en el Gobierno, podrá invertir lo recaudado en el bienestar y necesidades de la sociedad lo que, a su vez, repercutiría positivamente en su imagen y en la de su partido. Así pues, ¿si los que dirigen el país no se preocupan de lo mejor para España, por qué lo va a hacer el resto de la población?
También debemos hablar de la situación laboral del país, el desempleo se ha disparado en los últimos años, a mucha gente se le ha terminado el derecho al subsidio por desempleo, en muchas familias no trabaja ninguno de sus miembros. Esta es una situación límite, es pura supervivencia, entonces, ¿es mejor no trabajar o trabajar al margen de la Ley?. Evidentemente una persona en esta situación, no tiene en cuenta el fraude fiscal que pueda cometer y esto lo han utilizado empresarios sin escrúpulos, aprovechándose de las circunstancias.
¿Cuál es la solución al fraude fiscal?
Alcanzar una solución para el problema del fraude fiscal es complicado, ya que, en muchos ámbitos los españoles utilizamos la picaresca para sacar provecho de cualquier situación; cuando alguien hace trampas, hacer la vista gorda es lo común, "mientras no me afecte no digo nada".
El fraude fiscal no es picaresca, es un delito. El empresario que ofrece no hacer factura a un cliente y no le cobra el IVA a un cliente, no le está haciendo ningún bien, en primer lugar a ese cliente porque si surje algún problema o inconveniente, ¿como va a demostrar el cliente que ha pagado por algo de lo que no tiene factura?, ¿va a reconocer que ha cometido fraude fiscal?, y en segundo lugar al conjunto de los que residimos en España, ya que si lo hace con un cliente, lo hace con todos los clientes, y al final, la cantidad que se defrauda a Hacienda por el conjunto de los españoles es una carga para el conjunto de la sociedad. Cuantas más personas realicen este tipo de prácticas, mayor será la cuantía defraudada en España, menos recaudarán las arcas del Estado y por tanto, menos recursos habrá para destinar al mantenimiento del estado de bienestar.
Según una serie de informes en España se destina un 54% menos de dinero que en Italia y un 79% menos que en Alemania para combatir el fraude fiscal. En una sociedad ultra competitiva como la americana, se toman muy en serio el problema del fraude fiscal. Las autoridades de los EE.UU. recompensan a quién ayude a desvelar hechos fraudulentos ofreciendo hasta el 30% de la cantidad que se recupere tras la denuncia recibida. En nuestro país cada vez que se habla de esta propuesta anti-fraude hay quién dice que su implantación supondría regresar al Oeste, o a los tiempos de la Inquisición.
El problema del fraude fiscal acentúa la situación de la economía española, si realmente queremos solucionar el problema y queremos que realizar actividades fraudulentas se encuentre mal visto por la sociedad y que aquel que cometa fraude fiscal quede señalado por los demás, todos debemos poner de nuestra parte.
Todo aquel que hubiera llevado a cabo alguna actividad delictiva debería pagar por sus actos igual que el resto de ciudadanos.
El problema del fraude fiscal está en nuestra forma de ser.