GAM, al igual que varios valores relacionados con el sector constructor, lleva 4 años de travesía del desierto y lo que se intuía viendo su cuenta de resultados y su balance, al final ha quedado reflejado en las negociaciones para la reestructuración de su deuda y en la asamblea de bonistas.
Vamos a poner el cuadro que presenta GAM sobre su oferta a sus acreedores:
Vamos a estudiar la parte que puede interesar a los lectores, esto es, los bonos convertibles. Estos fueron emitidos en la época de apogeo de la burbuja inmobiliaria con las siguientes características:
Tamaño de la emisión: 150 millones de euros.
Nominal: 50.000€
Vencimiento: 5 años (agosto 2012)
Tipo de interés: 2,75%
Conversión: VOLUNTARIA. Es decir, si durante esos 5 años deseas convertir, puedes hacerlo a un precio de 37,05€ (ahora parece ciencia ficción, pero no en su día) y si no a vencimiento te devuelven el capital. Aquí es donde surge el problema, ya que la compañía no puede devolver esos 150 millones, por lo que ofrece:
- Alargar el vencimiento hasta enero 2016
- Aumentar la remuneración a euribor + 3,25% con un mínimo del 5%
- Cambiar el precio de conversión de un fijo de 37,05€ a un variable que sera igual al precio medio de cotización de los 15 días anteriores a la conversión, menos un 20% de descuento. Aunque no se podrá convertir en los primeros 24 meses.
Hasta aquí toda parecería bastante aceptable para los actuales bonistas e incluso una buena oportunidad de inversión para alguien que se planteara comprarlos en el secundario.
Pero (siempre tiene que haber un pero) el problema viene cuando lees con detenimiento las cláusulas de la oferta y hay un punto que dice:
EL PRECIO DE CONVERSIÓN POR ACCIÓN ORDINARIA SERA EN TODO CASO IGUAL O SUPERIOR AL VALOR NOMINAL DE LAS ACCIONES ORDINARIAS EN CADA CASO.
El valor nominal de las acciones es de 1€, por lo que como mínimo son convertibles a este precio.
Teniendo en cuenta que cotiza a 0,65€ y que se va a producir una fuerte dilución, contando con la conversión de los prestamos participativos en acciones (estos si, con descuento sobre el precio de cotización), esto supone que los bonistas tienen pocas posibilidades de conversión sin sufrir fuertes perdidas, debiendo rezar para que la compañía enderece su situación financiera antes del nuevo vencimiento en enero de 2016, para poder recuperar el dinero invertido.
Es gracioso leer un articulo alabando las virtudes del canje que ofrece GAM y comparándolo con los bonos del Santander,
sin tener en cuenta, que la oferta es por no poder cumplir lo pactado, no siendo el caso de Santander o la Caixa, en que si se produce algun cambio es para beneficio del inversor (o mas bien por mantener la clientela).
Saludos.