Como comenté la semana pasada los principios están basados en las ideas de inversión de grandes gestores, tales como Peter Lynch, Warren Buffett, Mario Gabelli, Charlie Munger, John Templeton, John Neff, Jim Rogers, Christopher H. Browne, Friedrich A. Von Hayek, Walter Schloss, Benjamin Graham o el propio Francisco García Paramés. Estos principios estan recogidos en un libro editado por Bestinver y resumidos semanalmente por funds people.
Aquí vamos con los siguientes 6 principios:
7) Tener un mal comportamiento a corto plazo es inevitable: John Neff (1931) dijo una vez que “no es siempre fácil invertir en lo que no es popular, pero es la forma de obtener rendimientos sobresalientes”. Así, las inversiones menos populares pueden generar malos retornos a corto plazo para destacar en periodos más largos de tiempo.Por ello, elegir un gestor de inversiones por sus resultados a corto plazo (menos de 3 años) puede llevar a tomar una decisión equivocada, pues el resultado a corto plazo no es un buen indicador del éxito a largo. Un estudio de Brandes sobre los fondos de renta variable global revela que, mientras los 7 mejores gestores de fondos baten de forma importante al mercado en un periodo de 10 años, todos ellos tuvieron un peor comportamiento que el benchmark durante cortos periodos de tiempo.
8) No merece la pena guiarse por las previsiones económicas: El cofundador de Quantum Fund Jim Rogers (1942) aseguró que “para tener éxito invirtiendo es necesario entrar pronto, cuando las cosas están baratas, cuando hay pánico, cuando todo el mundo está desmoralizado”. Los inversores tienden a guiarse por las predicciones macroeconómicas a la hora de invertir, pero la correlación entre la bolsa y la economía es mucho más débil de lo que puede parecer. Por eso, es mucho más productivo dedicar todos los esfuerzos al análisis de compañías. Además, es importante tener presente que la predicción económica es una tarea muy complicada donde los errores superan a los aciertos. Las predicciones de los analistas sobre los resultados trimestrales de las compañías, según demuestra un estudio de David Dreman, fueron erróneas en el 75% de las veces de hasta el 10% sobre los resultados trimestrales. Por ello, no merece la pena dedicar tiempo y energía al análisis de variables de corto plazo totalmente incontrolables como el PIB, los tipos de interés, el nivel de los índices bursátiles o los resultados trimestrales de las compañías.
9) No invertir nunca en empresas sobrevaloradas: Una de las peores decisiones de inversión a largo plazo es comprar acciones sobrevaloradas debido a modas sectoriales o euforias bursátiles, como ocurrió con Japón en los años 90, en los que el país vivió la mayor burbuja especulativa del siglo XX, cuando el valor de las propiedades inmobiliarias se multiplicó por 75 y el valor de la bolsa por 100. El caso más dramático es el del mercado tecnológico Nasdaq que se desplomó un 80% en menos de tres años, arrastrando a millones de inversores a perder el 99% de su inversión. Muchos de esos inversores tardarán decenios en recuperar su inversión o simplemente no la recuperarán nunca. La sobrevaloración más reciente se ha dado en la bolsa de China, cuyo índice llegó a cotizar a 40 veces beneficio.
10) No dejes que las emociones guíen tus decisiones de inversión: Benjamin Graham (1894-1976), economista e inversor y precursor del value investing, dijo una vez que “conseguir rendimientos satisfactorios es más sencillo de lo que la gente piensa. Obtener rendimientos sobresalientes es mucho más duro de lo que la gente imagina”. Y todo, porque entre los mayores retos de un inversor está el poder mantenerse fiel a su filosofía de inversión, sin dejar que las emociones dicten sus decisiones. Y es que suelen hacerlo en el peor momento, ignorando el célebre consejo de Buffet: “Sé temeroso cuando otros son codiciosos y vuélvete codicioso cuando todo el mundo tenga miedo”. En este sentido, las estadísticas son reveladoras: en los últimos 20 años, la ganancia media de los fondos americanos de bolsa se encuentra en el 11,6% y, sin embargo, la ganancia media del inversor de fondos de renta variable americana es tan sólo de un 4,5%. Uno de los casos más paradójicos es el del famoso Magellan Fund de Peter Lynch, cuyos inversores ganaron de media un 5% anualizado, cuando el rendimiento que tuvo el fondo a lo largo de 14 años fue del 29% anual.
Las causas del “comportamiento auto-destructivo” del inversor son múltiples: dejarse guiar por el miedo o la ambición, invertir en los sectores de moda o no mantenerse fiel a su filosofía. Pero por encima de todos destaca la tendencia general que tiene el inversor a tratar de adivinar el movimiento a corto plazo de la bolsa.
11) No intentar predecir el movimiento de la bolsa a corto plazo: Según el legendario inversor estadounidense Walter Schloss (1916), “la timidez generada por los fracasos del pasado provoca que la mayoría de los inversores se pierdan los mercados alcistas más importantes”. Como describe Peter Lynch en su libro “One up on Wall Street”, a finales de 1972, cuando la Bolsa estaba a punto de sufrir una de las peores caídas de la historia, el optimismo estaba en su punto más alto (el 85% de los asesores eran alcistas según la información de Investor´s Intelligence). Al comienzo del rebote del mercado en 1974, el 65% de los asesores temían que lo peor estaba aún por venir. De nuevo, antes de la bajada de la bolsa en 1977 el 90% de los asesores eran alcistas. Al comenzar la gran subida que tuvo el mercado en 1982, más de la mitad de los asesores predecían bajadas y justo antes del crash de 1987, el 80% pensaban que el mercado seguiría subiendo. Lynch ilustra perfectamente lo difícil que es predecir el movimiento de los mercados bursátiles.
A pesar de que el rendimiento a largo plazo de cualquier mercado de valores se aproxima a un constante 10%, los rendimientos de la bolsa a corto plazo son asimétricos. Una tendencia muy común de los inversores es abandonar su plan de inversión saliendo del mercado con la esperanza de volver a entrar cuando el entorno sea más favorable.
12) La paciencia es la principal virtud del inversor exitoso: Y es que, según Francisco García Paramés, director de inversiones de Bestinver AM, “lo más fascinante del value investing es que el tiempo siempre juega a tu favor”. Las acciones son activos ideales para hacerse rico a largo plazo. Pero exigen la cualidad menos común entre los inversores: la paciencia. Para obtener un rendimiento satisfactorio en bolsa es necesario tener el aguante suficiente para mantenerse invertido, incluso en ocasiones incómodas. Hay que tener presente que la bolsa americana ha proporcionado retornos positivos a 5 años en el 97% de las ocasiones. El mercado recompensa al inversor paciente que se mantiene fiel a su estrategia de inversión, dicen en Bestinver. El Value Investing depende más del sentido común, el trabajo diario y la paciencia que de particulares fuentes de información o de la predicción de acontecimientos futuros. Su correcta aplicación minimiza la posibilidad de pérdidas permanentes en la cartera y ha producido resultados positivos a largo plazo, batiendo de media la rentabilidad del mercado.
Y con esto termina el resumen de los principios de la inversión en valor. Este sábado nos vemos en el 7º encuentro Rankia en el que me pongo a disposición de todos vosotros.
Un saludo.