El fraude con tarjetas de crédito funciona de manera similar al problema de la deuda pública.
Tienes una tarjeta de crédito. Resulta que un sujeto que se ha robado tus datos, ha hecho compras por internet y la deuda te la dejan a tí. Eso significa que el ladrón se ha quedado con las cosas (y es el beneficiario) y tú te has quedado con la deuda. Lo peor de todo es que tú no tomaste la decisión de comprar a pesar de que te toca a tí pagar la deuda. Tú no conoces al ladrón, nunca les has saludado ni les has dado la mano, y aún así te ha robado. Lo que procede allí es un contracargo a la tarjeta de crédito, de modo que alguien, y no tú, debe asumir la pérdida.
Si te estafan, nadie diría que viviste por encima de tus posibilidades. Robar es tomar algo a cambio de nada.
Resulta que el país se endeuda, porque los políticos se matriculan en una deuda con un banco. Resulta que si eres ciudadano, los impuestos que pagas son dinero tuyo que debe dedicarse a pagar la deuda de tu país. Entonces la deuda pública termina siendo una enorme tarjeta de crédito donde los políticos compran y tu pagas. Si compran algo que beneficia al país, eso está bien, porque es el uso adecuado de la tarjeta, pero si lo usan para su deleite o el de sus amigos, entonces tienes algo muy similar al fraude con tarjetas de crédito. Un tercero haciendo compras para sí mismo, sin que se entere el tarjetahabiente.
En España el dinero de la deuda se usó para rescatar bancos zombies, y en Grecia para comprar armas a Alemania y Francia, y así ayudar a amigos banqueros y armamentistas. Irónicamente en el caso de la deuda pública no existen los contracargos, no se le cobra al político a pesar de estar plenamente identificado, y encima de eso se dice que "los ciudadanos vivieron por encima de sus posibilidades" como excusa para que los bancos les confisquen mediante la reducción de salarios, pensiones, desempleo.
A ello se suman los medios de comunicación que hablan de forma amarillista acerca de España para que le suban la prima de riesgo a los españoles y ahora viene Rajoy a decir que el déficit es menor de lo esperado, señal de que los medios subieron la prima de riesgo (la tasa de interés de la tarjeta de crédito de la deuda pública) para que los ciudadanos paguen más. Es como si el ladrón le pidiera al banco que te subieran la tasa de interés que te cobrarán por lo que el ladrón te va a robar.
Encima hay quienes piensan que está bien que los ciudadanos paguen, porque han vivido por encima de sus posibilidades. Al menos un ladrón de tarjetas te roba, pero no agrega insulto a la herida y te dice que viviste por encima de tus posibilidades, ni tampoco hace que te suban los intereses por el dinero robado. Los ladrones parecen no tan malos, a la par de los bancos, los medios de comunicación y los políticos.
Moraleja: A los ladrones de tarjeta de crédito los persigue la policía y los bancos. Pero en el caso de la deuda pública, los ladrones de tarjeta de crédito nacional son la policía, y los banqueros, que son los patrocinadores o dueños de los medios de comunicación, son los beneficiarios del robo. Robar es tomar algo a cambio de nada, porque los bancos no le han dado nada al ciudadano.