Mucho se hablaba en el mundo pre-crisis acerca del arte de tomar decisiones, que era lo que hacía que aquellos ejecutivos de la cumbre gerencial, con sus oficinas con alfombra de de rey, y vestidos con tuxedo, recibieran astronómicas sumas de dinero por "tomar decisiones". Pareciera que no cualquiera toma decisiones.
Pero miramos ejecutivos de Gowex, Enron o el dieselgate, con prohibición para la venta de coches en Corea, multas por mentir sobre emisiones, e indemnizaciones por muerte de actores famosos con un coche defectuoso. ¿Es eso arte? Es que si lo vemos bien, nada de esto vino espontáneamente de la humedad, como los hongos. No. Fue el resultado de la toma de decisiones. ¿Es un arte tomar decisiones?
En las últimas décadas se ha ido popularizando el feismo en el arte, con uso de lo grotesco y desagradable, lo feo. Hacer cosas feas en realidad es más simple que crear belleza. Para lo feo puedes usar la intención, o puedes simplemente carecer de técnica, y usar asimetría, deformación de la geometría, y texturas desagradables. Sion técnica y esa simple receta, puedes parecer un artista feísta consumado. Pero lo feo no es tan variado como lo bello, lo hermoso. ¿Cuantos tipos de zombies diferentes puedes crear? ¿Cuántos tipos de flores distintas puedes crear? ¿Cual es el balance de variedad entre flores y zombies? La belleza requiere técnica, mucha técnica.
Segun RAE, arte es:
1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.
2. m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
3. m. o f. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo.
4. m. o f. Maña, astucia.
5. m. o f. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte.
6. m. o f. Instrumento que sirve para pescar. U. m. en pl.
7. m. o f. rur. Man. noria (‖ máquina para subir agua).
8. m. o f. desus. Libro que contiene los preceptos de la gramática latina.
9. m. o f. pl. Lógica, física y metafísica. Curso de artes.
Podemos pensar que en términos prácticos, el arte es la síntesis de técnicas, para crear una obra significativa que es emocionalmente o estéticamente o entretenida y crea una sensación en el espectador. ¿Es acaso tomar decisiones una cosa de crear meramente sensaciones? Digamos que te contratan para tomar decisiones, y le das sensaciones al jefe, pero no resultados. ¿Fuiste un buen artista? Ahora que si te contratan para decorar una espada, con gran tecnica creas una sensación, y eso está bien, porque te contrataron para darle una apariencia, una sensación. Claro, una cosa es que alguien haga arte, y otra que su arte sea bueno, pues eso lo determina su grado de perfección técnica.
Lo mismo ocurre cuando diseñas interiores de edificios, aviones, coches, o las cápsulas espaciales del futuro. En lugar de una burda silla de madera, tienes un asiento ergonómico, un espacio iluminado de cierta manera, una decoración que le da clase y crea sensaciones. Pero el tomador de decisiones no tiene como trabajo crear sensaciones, sino resolver problemas. Tratemos de ver hasta donde tomar decisiones es arte...
El "arte de tomar decisiones" consiste en:
- Definir lo que quieres
- Obtener información relevante
- Definir las opciones
- Escoger entre las opciones
- Implementar
- Evaluar resultados
Si te fijas bien, los pasos del 2 y 3 pueden ser automatizables una vez que encuentras patrones en la estructura de las decisiones de un tomador de decisiones. Y un ordenador puede procesar cantidades inmensas de datos, que un tomador de decisiones no podría manejar por sí solo. El paso 4 podría ser automatizado o podría delegarse en el inversor. La implementación que tenga que ver con modificar conductas de máquinas o calibrar métricas de procesos humanos, asi como la evaluación de resultados podrían automatizarse también, si se encuentra los patrones.
Entonces lo que le queda al tomador de decisiones es saber lo que quiere. Si lo que quiere es lanzar nuevos productos disruptores de mercado, vale que el tomador de decisiones sea humano. Pero si hablamos de una industria de coches de combustión que no ha cambiado en décadas, ¿será mejor automatizar? El Audi R8 e-Tron eléctrico fue cancelado. Su par de combustión ronda los $135 000 mientras que el eléctrico valía como $1 millón. Puede que el R8 e-Tron fuese mejor que un Tesla, pero a ese precio sólo un gobierno de un país podría comprarlo, y no el ciudadano de a pie. Ese coche estuvo en demostraciones en 2015. ¿Cuáles decisiones llevaron al fracaso del R8 e-Tron. Yo entendría si se tratara de una empresa que inicia, se equivoca y no vende. Pero se supone que Audi tiene muchos años de experiencia. ¿Cómo sucede algo así? ¿Hay arte?
Todo lo anterior me sugiere lo siguiente:
- Definir lo que quieres: Se puede delegar a los accionistas
- Obtener información relevante: Automatizable
- Definir las opciones: Automatizable
- Escoger entre las opciones: Automatizable o decisión se delega en accionistas.
- Implementar: Métricas y modificación de conductas de máquinas son automatizables.
- Evaluar resultados: Si se tiene sensores para medir, es automatizable.
Al final, el trabajo del tomador de decisiones al que le pagabas mucho, podría ser automatizable. Y te ahorras cosas como el dieselgate, Gowex, Enron, o el fiasco del Audi R8 e-Tron, o las indemnizaciones por la muerte de Anton Yelchin, que no usan precisamente bien el dinero.
¿Te has fijado que no es costumbre de los empleados rasos aportar comentarios y sugerencias a los CEOs? Esto pasa por varias razones:
- El CEO está "demasiado ocupado". Si no hay una crisis, y si la empresa no es de las que aceleran al mercado, lo que tienes es un CEO ocupado con sus propios problemas o sus propias desorganizaciones.
- "Lloverá piedras de regreso". En lugar de ver las cosas como sugerencia de mejora, siempre existe la posibilidad de que entienda de manera paranoica que "tú como CEO lo haces mal, mejor hazlo de esta manera", "tu no conoces la realidad de la calle, la calle sugiere que hagas esto que te digo". El resultado es que el CEO se ofende y llueven piedras. Es como ser soldado alemán y mandarle una sugerencia a Hitler para que refuerce Normandía y no Calais. Llovería piedras de vuelta.
- Es más fácil callar que hablar. Si callas no te miran y haces tu trabajo y te pagan. Si no callas, te miran, miran tu trabajo, a ver si tu lo haces tan bien como para dar lecciones al CEO.
- Todos en la cadena de mando se van a sentir atropellados si le mandas una sugerencia al CEO.
Entonces, la desconexión entre empleados rasos y CEOs o incluso de subalternos a 2 niveles por debajo, hace que el CEO no conozca lo que sucede en su empresa. No obtiene información relevante. Y cuando los jefes reciben sugerencias, muchas veces esperan que venga predigerida, en un formato de un plan, una estrategia, un trabajo de tomar datos no estructurados y darles estructura, que se delega al subalterno que hace la sugerencia. Puede ser una idea genial, pero si no tiene la estructura, se desecha.
Estar en lo correcto o equivocarse depende mucho de la información disponible. Sin información es dificil tomar decisiones, a menos que se hagan por "instinto", "intuición" o "gut feeling", que es algo así como aquello de "usa la Fuerza, Luke". Pero muchos ejecutivos no son Jedi.
Ahora bien, si el arte tiene mucho de estética y sensaciones, es cierto que a la resolución de problemas se le puede dar estética, pero al final lo que importa es el resultado, no la sensación. La recta numérica del dinero no tiene mucho espacio para creatividad. Esta idea de la "creatividad financiera" y el "arte de tomar decisiones" sólo ha hecho que a un monto real en la recta numérica se le sume un monto retórico que causa sensaciones. Pero al final las sensaciones no son dinero, o son dinero falso. Y lo que siempre sucede es que al descubrirse el dinero falso, se retira de la economía. Eso sucede en las burbujas, en los fraudes de Ponzi, en los derivados que funcionan como juegos de sillas musicales, entre otros. Son estafas donde el inversor recibe sensaciones, no dinero.
Tomar decisiones consiste en hacer lo que un ordenador hace, "si A entonces B". A probablemente es un escenario muy caracterizable, y B una acción muy concreta orientada a un resultado. No parece haber mucho de sensación. Los resultados se pueden evaluar, el arte no, al menos no de manera objetiva. Tratar de pasar la resolución de los problemas como arte es una manera de agregar un aire estético de poesía gerencial seductora, pero al final el balance contable nos terminará diciendo todo tarde o temprano. Las pérdidas no son poesía, y financiar escándalos, multas, indemnizaciones, no es la manera en que esperarías que el mítico tomador de decisiones tome sus decisiones con tu dinero.