Cuando Disney compró Star Wars, los canales de trading subieron entre $97 y $114, lo cual indica que la clientela de Star Wars representa una tajada muy importante del precio de las acciones de Disney. Extrañamente entre 2015 a 2021 empezaron una extraña batalla donde trataban de fastidiar a la clientela de Star Wars.
En 2021 la clientela toca fondo con el despido de Gina Carano, donde primero los medios la difamaron, y luego vino el despido del que ella se entera por redes sociales, y en julio el CEO Bob Chapek dio señales de que no había arrepentimiento, y desde entonces el precio ha ido bajando.
La guerra contra los clientes comenzó en 2015, y el rally alcista de Disney se desaceleró. Ni la compra de la Fox, ni los refritos de clásicos animados, ni la entrada en el mundo del streaming, pudo hacer remontar el precio como venía antes de 2015.
Según rumores (que son rumores, así que debes tomarlos con una cucharada de sal) Susan Arnold, presidente de Disney, tuvo una reunión de esas importantes, con los jerarcas de distintas divisiones y empresas de Disney, de esas donde saltan chispas, en Agosto 2021. De acuerdo con los rumores, Arnold estaba harta de los juegos que la gente ha estado jugando, y apuntó que para enero de 2022 ya deberían estar generando ganancias, y apunta que el que quiera hacer perder dinero ajeno, tiene abierta la puerta para largarse. Según esos rumores, en el caso de Star Wars, los directivos de Disney estarían tratando directamente con Jon Favreau y Dafe Filoni. Jon Favreau es el director de Ironman y responsable del nuevo rumbo que están tomando series como The Mandalorian y The Book of Boba Fett. Dave Filoni es discípulo de George Lucas y responsable de las 7 temporadas de la teleserie y la película Clone Wars.
¿Suena a buenas noticias? En parte. Pero existe el problema de presencia de marca. La gota que derramó el vaso fue el despido de Gina Carano. No hubo disculpas, ni recontratación. Este problema genera una afrenta directa, porque se trata de maltrato al personal, que ofende la ética de la clientela, que considera que el acoso y difamación mediáticos contra la mujer y los despidos injustos, especialmente hacia una persona tan querida como Gina, son misoginos, sexistas, y resultado del discurso de odio corporativo.
Mientras tanto, el streaming parece alcanzar un techo de suscripciones.para distintas plataformas. La pandemia ayudó mucho a traer humildad corporativa, pues ahora deberán agachar la cabeza para tener ganancias. Pero eso no arregla el disgusto de los clientes hacia la compañía, quienes sintiendo animadversión, siguen cayendo presa del ragebaiting contra Disney. Y es una animadversión donde los clientes entienden perfectamente que ellos votan con sus billeteras, y entienden que si Disney juega al juego de tronos con ellos, Disney gana el juego en el momento en que los ingresos no alcancen para pagar los gastos.
Y digo ellos (los clientes) porque yo en lo particular, me cansé del drama corporativo. Me di cuenta de que si no gastas en Disney, hay muchas opciones muy interesantes afuera. Y sin la magia de la marca Disney y sin la nostalgia de 2012 muerta, muchos como yo, hemos visto la necesidad de madurar y dejar atrás Star Wars, que fue un sueño bonito de niñez mientras duró.
Pero dejando sentimientos de lado, Disney tiene un desafío muy grande, porque gran parte del valor de sus acciones viene de la clientela de Star Wars. Y no está claro a la fecha, qué porcentaje de la clientela ha dejado atrás Star Wars.
Al final lo que hagan Favreau y Filoni probablemente no será suficiente, porque hay una deficiencia muy específica en materia de presencia de marca, donde se requiere revertir todo lo ocurrido desde 2015, incluyendo traer de vuelta a Gina Carano y borrar del canon los episodios 7 al 9, y traer de vuelta los juguetes de 3.75 pulgadas con articulaciones completas, entre otras cosas.
La recaudación de Spiderman No way home demuestra que muchos de los fracasos comerciales no se debieron a la pandemia. Y si bien levanta la exigencia a Disney, también se la levanta a aquellos que usaron su tiempo laboral para basurear a los clientes.
2022 parece ser un mal año para el digital media. Muchas empresas de digital media eran joint ventures que trabajaban con un plazo de inversión. A punta de clickbait y ragebait lograron obtener muchos clics, que son dinero. Pero el tratamiento que dieron a la información destruyó la credibilidad de las empresas, del periodismo, y en 2022 el empleo de los periodistas.
Al ver reducidos sus ingresos por haberse alineado políticamente, estas empresas de digital media también necesitan levantar ingresos, y tras haber visto el rechazo de la población hacia las ideologías, han estado tomando medidas para deshacerse de esas manzanas podridas ideológicamente, que sólo saben difamar y basurear.
Por esta razón empezarás a ver esfuerzos desesperados en medios, donde dizque periodistas (activistas) tratan de incrementar el bombardeo para obtener clics con clickbait y ragebait ideológico. Y también verás empresas de digital media despidiendo personal, o tomando medidas para que los activistas que se sienten con derechos, renuncien voluntariamente.
Asimismo los youtuberos que vieron crecer sus canales con el ragebait del drama corportativo de Disney Star Wars, van a querer basurear a The Book of Boba Fett y a Disney, para mantener sus vistas, que hoy van a la baja. Tratarán de mostrar como malo lo bueno que está sucediendo. Es que a la fecha, Disney dejó de dar malas noticias. Todavía no están las noticias que recuperarán a la audiencia de Star Wars, pero dejar de dar malas noticias y dejar de tener dramas, ya es un buen avance.
¿Será capaz Disney de remontar con una marca dañada por el drama? Ser o no ser, he ahí la cuestión.
En 2021 la clientela toca fondo con el despido de Gina Carano, donde primero los medios la difamaron, y luego vino el despido del que ella se entera por redes sociales, y en julio el CEO Bob Chapek dio señales de que no había arrepentimiento, y desde entonces el precio ha ido bajando.
La guerra contra los clientes comenzó en 2015, y el rally alcista de Disney se desaceleró. Ni la compra de la Fox, ni los refritos de clásicos animados, ni la entrada en el mundo del streaming, pudo hacer remontar el precio como venía antes de 2015.
Según rumores (que son rumores, así que debes tomarlos con una cucharada de sal) Susan Arnold, presidente de Disney, tuvo una reunión de esas importantes, con los jerarcas de distintas divisiones y empresas de Disney, de esas donde saltan chispas, en Agosto 2021. De acuerdo con los rumores, Arnold estaba harta de los juegos que la gente ha estado jugando, y apuntó que para enero de 2022 ya deberían estar generando ganancias, y apunta que el que quiera hacer perder dinero ajeno, tiene abierta la puerta para largarse. Según esos rumores, en el caso de Star Wars, los directivos de Disney estarían tratando directamente con Jon Favreau y Dafe Filoni. Jon Favreau es el director de Ironman y responsable del nuevo rumbo que están tomando series como The Mandalorian y The Book of Boba Fett. Dave Filoni es discípulo de George Lucas y responsable de las 7 temporadas de la teleserie y la película Clone Wars.
¿Suena a buenas noticias? En parte. Pero existe el problema de presencia de marca. La gota que derramó el vaso fue el despido de Gina Carano. No hubo disculpas, ni recontratación. Este problema genera una afrenta directa, porque se trata de maltrato al personal, que ofende la ética de la clientela, que considera que el acoso y difamación mediáticos contra la mujer y los despidos injustos, especialmente hacia una persona tan querida como Gina, son misoginos, sexistas, y resultado del discurso de odio corporativo.
Mientras tanto, el streaming parece alcanzar un techo de suscripciones.para distintas plataformas. La pandemia ayudó mucho a traer humildad corporativa, pues ahora deberán agachar la cabeza para tener ganancias. Pero eso no arregla el disgusto de los clientes hacia la compañía, quienes sintiendo animadversión, siguen cayendo presa del ragebaiting contra Disney. Y es una animadversión donde los clientes entienden perfectamente que ellos votan con sus billeteras, y entienden que si Disney juega al juego de tronos con ellos, Disney gana el juego en el momento en que los ingresos no alcancen para pagar los gastos.
Y digo ellos (los clientes) porque yo en lo particular, me cansé del drama corporativo. Me di cuenta de que si no gastas en Disney, hay muchas opciones muy interesantes afuera. Y sin la magia de la marca Disney y sin la nostalgia de 2012 muerta, muchos como yo, hemos visto la necesidad de madurar y dejar atrás Star Wars, que fue un sueño bonito de niñez mientras duró.
Pero dejando sentimientos de lado, Disney tiene un desafío muy grande, porque gran parte del valor de sus acciones viene de la clientela de Star Wars. Y no está claro a la fecha, qué porcentaje de la clientela ha dejado atrás Star Wars.
Al final lo que hagan Favreau y Filoni probablemente no será suficiente, porque hay una deficiencia muy específica en materia de presencia de marca, donde se requiere revertir todo lo ocurrido desde 2015, incluyendo traer de vuelta a Gina Carano y borrar del canon los episodios 7 al 9, y traer de vuelta los juguetes de 3.75 pulgadas con articulaciones completas, entre otras cosas.
La recaudación de Spiderman No way home demuestra que muchos de los fracasos comerciales no se debieron a la pandemia. Y si bien levanta la exigencia a Disney, también se la levanta a aquellos que usaron su tiempo laboral para basurear a los clientes.
2022 parece ser un mal año para el digital media. Muchas empresas de digital media eran joint ventures que trabajaban con un plazo de inversión. A punta de clickbait y ragebait lograron obtener muchos clics, que son dinero. Pero el tratamiento que dieron a la información destruyó la credibilidad de las empresas, del periodismo, y en 2022 el empleo de los periodistas.
Al ver reducidos sus ingresos por haberse alineado políticamente, estas empresas de digital media también necesitan levantar ingresos, y tras haber visto el rechazo de la población hacia las ideologías, han estado tomando medidas para deshacerse de esas manzanas podridas ideológicamente, que sólo saben difamar y basurear.
Por esta razón empezarás a ver esfuerzos desesperados en medios, donde dizque periodistas (activistas) tratan de incrementar el bombardeo para obtener clics con clickbait y ragebait ideológico. Y también verás empresas de digital media despidiendo personal, o tomando medidas para que los activistas que se sienten con derechos, renuncien voluntariamente.
Asimismo los youtuberos que vieron crecer sus canales con el ragebait del drama corportativo de Disney Star Wars, van a querer basurear a The Book of Boba Fett y a Disney, para mantener sus vistas, que hoy van a la baja. Tratarán de mostrar como malo lo bueno que está sucediendo. Es que a la fecha, Disney dejó de dar malas noticias. Todavía no están las noticias que recuperarán a la audiencia de Star Wars, pero dejar de dar malas noticias y dejar de tener dramas, ya es un buen avance.
¿Será capaz Disney de remontar con una marca dañada por el drama? Ser o no ser, he ahí la cuestión.