¿Cómo puedo proteger mi cuenta de ahorro de fraudes?

Por desgracia, el fraude por internet es una práctica que se está incrementando exponencialmente en los últimos tiempos. Por ello, los usuarios tenemos que estar más alerta que nunca para evitar este tipo de delitos. Términos como phishing, malware o spoofing, entre otros, son ya sobradamente conocidos por todo el mundo, sin embargo, la capacidad de los ciberdelincuentes para innovar en sus prácticas delictivas va en aumento con las nuevas tecnologías.

Todos sabemos lo difícil que es constituir un ahorro, y los sacrificios que ello conlleva, por lo que no es plato de buen gusto para nadie que estos ahorros se puedan ver alterados por estafas o delitos informáticos. Por ello, hoy vamos a ver unos consejos para proteger tus cuentas corrientes y de ahorro. Unas simples prácticas que te pueden ahorrar disgustos muy serios.

Se trata, en la mayoría de ocasiones, de utilizar el sentido común, ni más ni menos. Sin embargo, es cierto que los delincuentes se sirven de momentos de debilidad de los usuarios para cometer sus crímenes, de ahí que haya que extremar la precaución en todo momento. Escoger cuentas o productos de ahorro seguros, confiar en entidades reconocidas y leer opiniones son solo algunos de los consejos principales.

Normalmente, los bancos tienen seguridad financiera que se activa cuando detectan un problema o como respuesta a alguno que hayas podido tener. Pero aun así veamos qué está en tu mano:

Tanto los dispositivos electrónicos como las aplicaciones de las entidades bancarias y financieras poseen capas de seguridad contra este tipo de estafas. Ahora bien, dado al rápido avance de la tecnología, los delincuentes cuentan cada vez con más armas para atacar nuestros ahorros. De ahí la importancia de actualizar dispositivos y aplicaciones, ya que en cada nueva actualización se incluyen nuevas medidas de seguridad para proteger a los usuarios.

Como comentábamos antes, los ladrones se aprovechan de momentos de debilidad de los usuarios para cometer sus fechorías. En concreto, sus ataques se suelen concentrar más en fines de semana y épocas vacacionales, cuando tenemos la guardia baja, y cuando el margen de maniobra es menor.

Por eso, cuando recibas una llamada o mensaje incitándote a realizar alguna acción con urgencia, desconfía. Precisamente, se intentan valer del miedo para que cometamos equivocaciones y concedamos códigos secretos para realizar operaciones instantáneas. Normalmente, se suelen centrar en la realización de transferencias inmediatas.

Una práctica delictiva muy habitual es recibir un mensaje, bien sea por SMS o bien sea por correo electrónico, en el que se adjunta un enlace que te lleva directamente a la que parece ser la página habitual de tu entidad financiera. Sin embargo, no es la verdadera página web, sino una falsificación para poder acceder a tus datos sensibles, como contraseñas. 

Las entidades no solicitan nunca por este tipo de medios tus contraseñas, datos personales o códigos. Por lo que, si tienes la más mínima sospecha, accede desde tu buscador habitual o tu aplicación a tus posiciones como cliente, pero nunca desde los enlaces que puedas recibir por mensaje.

Por ello, siempre que recibas una comunicación de tu banco, léela con detenimiento, y evita actuar por impulso o miedo. Puedes leer sobre productos seguros como las cuentas remuneradas, que están supervisadas y donde puedes activar notificaciones por cada movimiento que se haga.

Evita las conversaciones en las que se te vayan pidiendo insistentemente los distintos caracteres de tus códigos secretos. Como hemos visto, los estafadores se suelen valer de las urgencias y del miedo para conseguir estos datos sensibles que les permitan realizar sus actividades delictivas.

Y siempre, en todo caso, si sospechas que la llamada que has recibido no es verdaderamente de tu entidad financiera, cuelga inmediatamente y llama al teléfono de atención al cliente para verificar si lo que te estaban transmitiendo en la anterior llamada es cierto. Quizá la entidad te dé la opción de bloquear o pausar tu cuenta, y al comprobar que está todo bien, la puedes recuperar.

Para las entidades siempre es útil que informes cada vez que hayas sido, o intentado ser, víctima de algún tipo de estafa cibernética.