Algunos pueden llegar a pensar que gestionar las finanzas por separado en un matrimonio puede ser uno de los detonantes para provocar ruptura en las parejas. Hoy vamos a centrarnos en una de las cuestiones de las finanzas personales que más quebraderos de cabeza puede llegar a ocasionar a las parejas de todo el mundo : ¿Presupuesto familiar conjunto o individual?
En un principio muchas de las personas acaban gestionando un presupuesto económico personal cuando todavía no viven en pareja y toman la decisión de continuar de la misma forma una vez deciden vivir juntos, en cualquiera de los estados civiles. Otras parejas deciden, después de hablarlo en profundidad, que lo más cómodo sería integrar todas las partidas financieras y de gasto en un único presupuesto.
En cualquiera de las decisiones que cada una de las parejas afronten el éxito o no , vendrá dado no únicamente en el azar sino por la forma de madurar cada uno y también por los valores que atesore a nivel personal y en las formas en las que el dinero acaba relacionándose.
Hay aproximadamente un 51 por ciento de las parejas que acaban combinando e integrando todo el dinero en un único presupuesto. El 34 por ciento acaba gestionando cada uno su propio presupuesto destinando también una parte a gastos comunes y resultando en el 17 por ciento restante en no integrar siquiera ninguna partida económica. Esta es una aproximación y que de elaborarse estadísticas por países reflejarían resultados algo distintos. Y en la encuesta se ha elegido una muestra de datos en la que el espectro de población mayoritario son parejas de la generación millennial.
Con el enfoque híbrido, las parejas contribuyen a una cantidad fija de dinero por mes a las cuentas corrientes y de ahorro conjuntas. Luego, este dinero se utiliza para pagar todas las facturas conjuntas (alquiler, impuestos, consumos públicos, comida, gastos de mascotas, combustible, etc.) y financiar el objetivo de ahorro conjunto, que casi siempre acaba constituyendo un fondo de emergencias para los dos. A partir de ahí, cualquier dinero extra que cada uno obtenga durante el mes se destinará al presupuesto personal.
La contribución personal al presupuesto conjunto no lo dividimos por la mitad sino por el porcentaje en función de los ingresos de cada uno. Esta forma funciona muy bien siendo la más razonable y equitativa siendo preceptivo volver a recalcular y equilibrar los esfuerzos individuales de cada uno al presupuesto conjunto con periodicidad mínima anual.
El gestionar este enfoque híbrido (entre el presupuesto de gastos comunes y el personal) nos da la tranquilidad de que cada uno contribuye a la vida en pareja de una forma justa y que también puede disponer de su dinero para gastos personales sin que ello acabe ocasionando conflictos y peleas por culpa del dinero. Cada uno gasta su propio dinero en cosas que solo se beneficia uno mismo (ropa, salidas con amigos, móvil, cuotas del gimnasio, entre otros) y también se gasta el dinero conjunto para cuando el beneficio es mutuo.
Y otro de los puntos más importantes en esta estrategia de llevar las finanzas separadas es la seguridad y tranquilidad que brinda a la pareja. Si algo le sucediera a uno, ambos sabemos que el otro dispondría de todo su dinero de forma fácil, controlada y rápida. Si además la relación acabara en una separación o divorcio, la división de los activos sería aún más fácil. ¿Cuántas parejas se han encontrado con la desagradable situación de separar su patrimonio cuando una relación o matrimonio finaliza?
Y también una muy importante recomendación es establecer reuniones periódicas conjuntas en las que se habla del presupuesto, se analizan las desviaciones y de ser necesario se hacen los ajustes correspondientes. En las reuniones se habla sobre las facturas previstas, sobre cómo y de que forma canalizar el ahorro conjunto y tomando también decisiones tan importantes como la compra de una casa e incluso tener hijos. Mantener la mayor parte de las finanzas de forma separada hace sentirse a las parejas más libres de gastar su dinero de la forma que quiera. Ello redunda de forma muy positiva en reducir la posibilidad de discutir sobre como y de que forma se ha gastado determinado dinero.
Pero llevar y gestionar un único presupuesto no tiene que porqué resultar en algo negativo y que puede lastrar el futuro de las parejas, cuando un 51 por ciento defiende esta estrategia. Pero también sería bueno conocer el grado de educación financiera que atesoran muchas de las parejas de este 51 por ciento. Con la experiencia de haber tratado y ayudado en la resolución de conflictos económicos en parejas y matrimonios el consejo que brindo es el de gestionar presupuestos separados, por acumular más ventajas que desventajas.
La generación millennial es una generación muy preparada y que viene aplicando en su economía mejores estrategias que sus padres, hablando en términos de medias por supuesto. Lo que no recomiendo a ninguna pareja es que todos los gastos se lleven a título individual no llevando un riguroso control de los gastos conjuntos. Esto puede generar en muchas ocasiones conflictos irreconciliables por culpa del dinero y la desconfianza que se acaba creando en la pareja.
No se cual es la forma en que tú y tu pareja gestionáis vuestra finanzas personales y por ello te invito a participar en los comentarios.