Buscando oportunidades en tiempos estremecedores. Así es como nos gusta analizar las estrategias futuras. Aunque buscar oportunidades significa exactamente eso, o sea, realizar inversiones con cierto riesgo en busca de esas potenciales ganancias que nos suele dar un escenario en crisis. Por ello, por ese cierto riesgo, debemos buscar las oportunidades con mesura. Sin poner en peligro la mayoría de nuestro patrimonio y sólo los activos destinados a ello, previo análisis y diseño de nuestro PGR. Aclarado este punto, seguimos.
Es muy cierto, no obstante, que quizás los tiempos venideros no sean tan sincopados ni difíciles como hoy se vislumbran, y muchas opiniones de hoy, queden en ridículas exageraciones catastrofistas. Algunos de hecho, mayoritariamente políticos y banqueros, así lo auguran. Es posible que la crisis de crédito se minimice y que lo peor haya pasado. Que por arte de evolución costumbrista o quiensabequé, el tiempo haga que la confianza vuelva al crédito, siendo ésta la mejor medicina (o mejor analgésico, que alivia pero no cura, diría yo) para volver a la peligrosa y frágil normalidad de los años pasados. También es posible que el temido peak oil sea una falsa alarma y que, a pesar de ser incapaces de sustituir nuestra dependencia del petróleo por otra, sigamos extrayendo barriles a precios algo más moderados durante varias décadas. ¿O por qué no? que en pocos años encontremos una energía alternativa, viable, barata y global. Yo también lo espero, sinceramente, Fernan2. En ese caso los analisis y estrategias actuales servirían, pero hemos querido que éste sea un ejercicio de reflexión contemplando la hipótesis de que realmente nos veamos en serios apuros.
En ese posible escenario peor, es bueno tener al menos alguna estrategia analizada para la posible prolongación y recrudecimiento de la crisis financiera y/y crisis energética actual. Lo primero que debemos replantearnos en ese escenario negativo es nuestra estructura patrimonial a blindar y la proporción a arriesgar. Y por supuesto, redefinir nuestra aversión al riesgo, de hecho redefinir nuestro PGR ad-hoc. ¿Cómo blindaríamos la mayoría de nuestros activos y dónde buscaríamos las oportunidades? Esa es sin duda la pregunta del millón, pero vamos a intentar dar alguna directriz, como habéis hecho vosotros, que pueda ser útil en el proceso de cada análisis particular. Obviamente, huelga repetir que cada PGR debe hacerse absolutamente a medida de cada patrimonio, persona, familia, idiosincrasia y circunstancia. Dicho esto, y con todas los riesgos que conlleva dar directrices sin conocer al dedillo al lector potencial, vamos a generalizar peligrosamente (para placer de algunos), considerando un patrimonio de al menos 3 o 4 millones de €:
Para la parte del efectivo, de entrada, el tradicional refugio bancario debe revisarse en favor de una selección más exigente de la entidad y una menor concentración de riesgo entidad. No tengo tan claro como ManuelMad que los paraísos fiscales fueran el cobijo ideal, pero estoy de acuerdo en que a priori se deberían ver menos afectados por la crisis crediticia. Además, la parte que debamos blindar, debería huir de las rentas fijas financieras y decantarse más hacia las soberanas, con plazos que no vayan más allá del medio. ManuelMad comentaba que huiría de las RF soberanas, pero ante un escenario así, creemos que una divisa refugio y Estados a quienes afecte menos la escasez de petróleo serían más seguros que alternativas corporativas. Quizás nuestra imagen de ambas crisis sea menos bélica que la tuya. En cuanto al refugio oro que también apunta Manuel, un 40% en un metal precioso me parece excesiva concentración de activos en algo cuyo beneficio sólo cabe esperar en su apreciación especulativa. Podría ser una buena inversión, pero ojo, estamos hablando de las cantidades a blindar, ya que para los activos que puedan asumir ciertos riesgos, encontraremos grandes oportunidades de inversión (para ganar y para perder) en commodities, deuda financiera "distressed" (no confundir con las "Distressed Wealth Strategies"), etc.
En cuanto al efectivo susceptible de cierto riesgo, consideraríamos la posibilidad de invertir en inmuebles prime en USA. El mercado inmobiliario deprimido y un cambio de divisa atractivo, hacen de ese mercado un objetivo a tener en cuenta. Incluso hoy en día planteamos a muchos de nuestros clientes la conveniencia de vender parte de sus inmuebles en España a precios de mercado, en favor de aprovechar dichas oportunidades al otro lado del atlántico. Algunos diréis que para vender en estos momentos en España hay que "malvender". Pero en realidad no es que sea barato sino su precio real de mercado, no hay otro. Y el coste de oportunidad puede ser muy superior que la baja del precio al que mentalmente estamos anclados. Generar unas rentas de alquileres inmobiliarios en US $ con rentabilidades que hace muchos años que no vemos en España, nos parece una buena estrategia en la actualidad, incluso agravándose la crisis financiera y energética. Es muy cierto Dalamar, que el modelo americano de poblaciones tipo Show de Truman donde se conducían 100 millas de casa al trabajo, han dejado de ser viables para las economías medias. De hecho ese tipo de viviendas son las que más han sufrido la crisis inmobiliaria e hipotecaria en los EE.UU. En España se resentirán algunos, está claro, pero jamás partimos de unos precios tan bajos de la gasolina como allí, y el coste del transporte en coche privado siempre se tuvo en cuenta en Europa.
Para la parte de efectivo susceptible también de riesgo, consideraríamos las inversiones en RV. Dependiendo de la proporción del patrimonio y del riesgo asumible tenemos opciones actuales como los mercados emergentes. Pero cuidado, en un escenario de crisis energética grave, su propio consumo autóctono (China e India), sus bajos salarios y sus inercias de PIB, podrían darse la vuelta rotundamente. Depende de la gravedad de la crisis, sólo mientras los costes energéticos no se multipliquen hasta asfixiar dicho mercado, son una opción a considerar. No obstante, sus volatilidades gigantes deberían moderarnos los volúmenes a invertir en la actualidad. Otra opción menos volátil, y ésta sí compatible con un mundo con petróleo prohibitivo, serían los blue chips americanos, pero sólo los que menos afectados se puedan ver por un incremento energético y su repercusión en los costes del transporte.
Siguiendo con el escenario de precios de combustible muy superiores a los actuales, parece que un sector que podría quedar al margen de este problema sería el de las telecomunicaciones o sector tecnológico. La burbuja del 2000 queda ya suficientemente lejos y purgada como para que se den las condiciones de repetirse, y esta vez con menos aire y mayor fundamento. Además las dificultades del transporte físico podrían llevarnos a un especial auge de esas empresas. Una cartera de este sector, podría ser una buena estrategia a largo para dicho escenario. Coincido con Alejandro y Paco, aunque el sector es tan amplio que encontrar el valor entre tanta paja no sería fácil. Incluso diría que con los precios energéticos actuales, ya sería recomendable esta estrategia de inversión.
Creo que cambiarían muchas cosas, Tom, las necesidades podrían parecerse mucho durante un tiempo, pero lo que sí deberíamos adaptar de inmediato sería la forma de cubrirlas.
Gracias por vuestras reflexiones y análisis de ese hipotético escenario financiero y energético. Espero que sigáis aportando calidad a este blog como siempre hacéis.