Sobran las palabras cuando uno visita la web creada ad-hoc para que el pueblo norteamericano tenga constancia de adónde va a parar el dinero público que se está utilizando en el American Recovery and Reinvestment Act.
"Recovery.gov is a website that lets you, the taxpayer, figure out where the money from the American Recovery and Reinvestment Act is going. There are going to be a few different ways to search for information. Within days after the signing of the legislation, Federal agencies will start distributing funds, and you will be able to see which states, Congressional districts, and even Federal contractors are receiving them. As soon as we are able to, we'll display that information visually, through maps, charts, and graphics."
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Independientemente de la eficacia del American Recovery and Reinvestment Act, una iniciativa como esta web gubernamental da mucha confianza y transparencia. También da moral en unos momentos muy difíciles para todo el planeta y hace recuperar el orgullo y autoestima de un pueblo, el norteamericano, que se va a enferentar a la peor de las depresiones jamás conocidas. Es una cuestión de fondo, el rigor en la aplicación de unos recursos tan extraordinarios, pero sobre todo de forma, ya que demuestra, al menos, la intención de tener una transparencia máxima. Otra cosa será la real aplicación que vendrá ejecutada por diversos políticos esparcidos por todos los estados norteamericanos. Pero esta web es una evidente declaración de intenciones que muchos europeos envidiamos. Atención al vídeo de bienvenida:
¿Os imagináis algo parecido en la Unión Europea? Yo no. Ni a Zapatero, Merkel, Papoulias, Cavaco o Berlusconi realizar un video comprometido como el que el Obama Team cuelga en la propia Recovery.gov, y que hemos insertado más arriba. Para empezar la atomización de poderes burocratas haría inviable la toma de decisión previa que ha sido necesaria para que el AR&RA (American Recovery and Reinvestment Act) vea la luz. Además debería hacerlo con diligencia y eficiencia, cosa impensable en un parlamento europeo como el nuestro. Las suspicacias y miopías estatalistas serían el pan de cada día, y el BCE sería uno más a la hora de ejercer un derecho a veto que, por otra parte, sería necesario frente a tanta incompetencia política y burócrata de segunda división. Sería la mismísima Eurosclerosis llevada al nivel de decisión político-económica histórica. Además, el liderazgo necesario para tomar decisiones de cualquier tipo no existe en el Viejo Continente, ni siquiera se ha demostrado ágil, eficaz ni valiente cuando ha debido tomar partido en los conflictos internacionales. Es impensable que el presidente de turno de la UE (curioso concepto) tome decisiones de un mínimo calibre durante su semestre de gloria. De hecho la legislación vigente ni siquiera le otorga poder para intentarlo, siendo todos los europeos conscientes de que sería una temeridad.
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Menos mal que no somos líderes del mundo, porque lo haríamos muy mal en el escenario que se nos avecina. En este caso, y sin que sirva de precedente, me alegro de ir a remolque del Efecto BHO en esta depresión global. Sin duda tenemos así más posibilidades de sobrevivir que si ejerciera de líder una Europa vieja, esclerótica, cansada, aburguesada, desavenida, corrupta, desencantada y escéptica.
Soportaré el día a día de las noticias políticas, económicas y financieras de nuestra exasperante Europa con el mejor de los ánimos. Y recargaré periódicamente mi ilusión, mi confianza en el futuro y mi motivación visitando Recovery.gov y poniéndome al día de los detalles de las medidas tomadas para la recuperación de otros.