Los consejos anteriores se los deberían aplicar los seguidores de tendencia, pero otro tipo de inversores ni tienen por qué seguirlos ni en numerosas ocasiones deberían en modo alguno seguirlos. El trend following o seguimiento de tendencias es sólo un método de inversión más, si bien puede que sea uno de los más eficaces, el más conocido y para el que se han desarrollado más sistemas, pero hay muchos otros y pueden convenir más a determinadas psicologías.
- En primer lugar, el especulador, o el inversor -como gustéis-, tendría que conocerse mínimamente a sí mismo, saber cuáles son sus puntos fuertes y cuáles son sus puntos débiles, dónde habitan sus fortalezas y dónde radican sus carencias, cuál es su temperamento y cuál es su cadencia, y a partir de ahí establecer su estilo de inversión y encontrar las herramientas más propicias al mismo. Decía George Goodman que si uno no sabe quién es, el mercado es un sitio muy caro para descubrirlo.
- En segundo lugar, el especulador, o el inversor -si así lo prefieren y les suena mejor a sus señorías-, tendría que establecer sus objetivos. No se puede operar de la misma manera si se busca un 8% anual, si se busca duplicar el capital cada tres años, si se pretende obtener un salario del mercado, o si simplemente se trata de coger algún pellizco para aliviar la economía doméstica, darse algún capricho o irse de vacaciones. Plantearse unos objetivos implica, inevitablemente, plantearse un nivel de riesgo y asumir una cuantía de pérdidas.
- En tercer lugar, el especulador, o el inversor -lo dejo a vuestro albedrío y no insisto más-, debería decidir cuánto tiempo le quiere o le puede dedicar al mercado, si le va a dedicar su jornada profesional, si lo va a consultar a la apertura y al cierre, si lo va a seguir una vez a la semana, si lo va a mirar cada cierto tiempo, o si se va a despreocupar del mismo y lo observará desde cierta distancia y con desdén.
- En cuarto lugar, el especulador o inversor debería definir qué cantidad y qué tipo de capital va a destinar al mercado. Es diferente dedicarle 10.000 euros que 100.000 o 1.000.000, del mismo modo que es diferente pensar que ese dinero se dedica a la creación de un negocio, a un plan de pensiones o al aprovechamiento de oportunidades concretas.
La premisa principal debe consistir en encontrar un sistema que proteja al inversor de las pérdidas y produzca beneficios. La gestión del riesgo y de las posiciones tendría que constituirse en una de las principales preocupaciones de todo inversor. A partir de ahí, se puede desarrollar cualquier método; entendiendo por cualquiera, aquél con el que el inversor o especulador se encuentre cómodo, aquél que le permita cumplir sin dificultades los parámetros de gestión que haya establecido.
Es fundamental que el estilo de inversión se ajuste al estilo y temperamento del inversor, dado que los sistemas los aplican personas concretas con una forma de ser determinada; de manera que un sistema de inversión puede arrojar resultados muy positivos en el caso de un inversor y suponerle la ruina a otro. Tanto es así, que las mismas señales operativas pueden enriquecer a uno y empobrecer a otro en función de la personalidad de cada uno.
El mercado siempre va a ponernos a prueba y nos va a hacer dudar, y es en esos momentos cuando el inversor debe aferrarse a su sistema o a su plan de trading. Si el inversor o especulador se encuentra a gusto con el sistema elegido o desarrollado, es más probable que ejerza la disciplina obligatoria y la confianza necesaria que le va a demandar el mercado. El especulador debe tener bien presente que él mismo va a ser su peor enemigo dentro del mercado, y que las mayores pérdidas se las va a provocar su propia psicología.
Una vez que el inversor haya analizado y respondido las cuestiones anteriores, podrá decantarse por una metodología o por otra. En función de la misma establecerá un beneficio potencial u otro; determinará un ratio de recompensa-riesgo u otro; empleará unos modelos de análisis u otros; requerirá de unas técnicas u otras; necesitará un tipo de formación más exhaustiva o centrarse en estudios concretos. Si además le interesan el desarrollo de sistemas y la automatización puede que también precise de algunos conocimientos en programación e informática.
En otro artículo hablaré de diferentes tipos de inversor o especulador.