El título sería mucho mejor y la lectura, sin duda, mucho más amena si se sustituyera a John Bollinger por John Dillinger, el famoso atracador de bancos, pero, a falta de la banda de Dillinger para obtener el dinero del banco Bilbao Vizcaya, habrá que conformarse con las bandas de Bollinger para analizarlo.
Estas bandas se colocan habitualmente dos desviaciones típicas por encima y por debajo de una media móvil y fluctúan alrededor de la misma. Dado que los precios suelen permanecer y oscilar la mayoría del tiempo dentro de las bandas, pueden llegar a servir como objetivos y a definir posibles zonas de soporte y resistencia. Sin embargo, a mi entender, la mayor utilidad de las bandas radica en que sirven para determinar y medir los niveles de volatilidad:
Si las bandas se encuentran cercanas, la volatilidad es baja. Si las bandas, además están planas, implican lateralidad.
Si las bandas se encuentran alejadas, la volatilidad es alta. Si las bandas, además muestran pendiente, implican tendencia.
Si se fija en el gráfico mensual del Banco BBVA, apreciará, como no podía ser de otra manera entre gemelos, numerosas similitudes con el Banco Santander. Podrá observar máximos decrecientes entre 2007 y 2009 con un incremento de volumen en las bajadas y un decremento en las subidas. Sobra recordar que una tendencia bajista se define por los máximos descendentes y que el volumen ha de ser concordante con la tendencia. El indicador Adx también refleja esa tendencia con la formación de un techo.
Las bandas de Bollinger vendrían a abundar en el mismo sentido. En el gráfico cabe distinguir cómo entre los años 2004 y 2006 el precio discurre pegado a la banda superior debido al fuerte movimiento alcista y cómo entre finales de 2007 y principios de 2009 el precio evoluciona pegado a la banda inferior debido al fuerte movimiento bajista. A partir de marzo de 2009 se separa de la banda inferior y comienza el movimiento a la banda contraria. Dado que la cotización pasa a encontrarse entre las bandas y no pegado a una de ellas, se puede considerar este movimiento como una reacción al movimiento previo y no como un movimiento tendencial.
El misterio, pese a lo anterior, radica en la potente barra de volumen que el banco está dejando este mes junto con un Macd cruzado al alza. Además, está tan pegado a la directriz bajista de medio plazo, y ésta es tan visible, que es posible que intente rebasarla o al menos redefinirla. La banda superior de Bollinger aún le concede cierto recorrido. Sin embargo, las bandas ya han comenzado a aplanarse, y le recuerdo que bandas planas implican lateralidad y bandas alejadas volatilidad alta; por consiguiente, la pregunta que debería plantearse si desea tomar posiciones compradoras de medio o largo plazo sería ésta: ¿qué grado de volatilidad está dispuesto a aceptar? ¿Estaría dispuesto a aceptar simplemente un retorno a la media móvil descendente? Si no tiene clara la respuesta, no dude en comprobar una vez más la separación existente entre ambas bandas.
En el gráfico semanal se puede constatar cómo el Adx no reconoce tendencia, direccionalidad o fuerza alguna en el movimiento acaecido desde marzo de 2009, pero también cómo el Macd, por el contrario, ha alcanzado niveles de extrema sobrecompra, superiores a los de 2007, e intenta cruzarse a la baja. Semejantes niveles marcan frecuentemente una zona de venta a medio plazo. El misterio del volumen habría que definirlo en esta escala en términos de volumen climático o no climático. En el gráfico se puede observar claramente cómo las últimas barras, tras producirse todo el avance alcista con volumen decreciente, doblan el volumen medio de las últimas semanas. El volumen climático se caracteriza precisamente por un significativo incremento del volumen al final de un fuerte movimiento alcista o bajista y suele marcar una zona de techo o suelo. La cuestión, por tanto, es si esas barras podrían apuntar o no a la finalización del movimiento alcista previo.
Las bandas de Bollinger, por su parte, siguen mostrando pendiente positiva y favoreciendo el movimiento al alza, aunque la banda superior empieza a buscar cerrarse y envolver el precio. Tampoco se puede obviar que por arriba aparece un camino trabado y lleno de obstáculos y por debajo un camino mucho más expedito, sobre todo si se pierde la zona de 10,70 euros.
Si ha llegado hasta aquí, estimado lector, lamento decirle que se podía haber ahorrado toda la perorata anterior, puesto que la solución es mucho más sencilla y se la va a dar el gráfico diario, al menos para el corto plazo. En el mismo puede ver cómo entre mayo y julio las bandas corren paralelas, bien planas y juntitas, definiendo un periodo de baja volatilidad, que suelen ser momentos ideales para la acumulación o distribución de un valor. En julio tiene lugar un diáfano movimiento alcista, secundado por la banda superior de Bollinger y los indicadores de tendencia Macd y Adx. Entre septiembre y octubre disminuye la volatilidad, las bandas vuelven a juntarse, decae el Macd y se aplana el Adx hasta la zona de 10, todo ello con un volumen francamente escandaloso, mientras el precio se mueve dentro de un triángulo que a fecha de hoy parece querer romper al alza. La solución es tan sencilla como comprar o vender cuando las bandas de Bollinger se separen nuevamente y el Adx supere la zona de 25, tal y como sucedió en julio. Probablemente dará compra por encima de 13 y seguramente venta por debajo de 11. Todo sin olvidar que si señalan compra, debería estar orientada principalmente al corto plazo, puesto que la solución de medio plazo depende de su tolerancia a la volatilidad.