Una de las reglas de inversión más simples consiste en comprar fuerza y vender debilidad. Se trata de comprar los sectores más fuertes dentro del mercado y los valores más fuertes dentro de un sector, y lo contario cuando llega el momento de vender. Una de las maneras más sencillas de hacerlo se basa en el empleo del Indicador de Fuerza Relativa, que permite comparar entre sí sectores y valores, así como la fuerza de un valor respecto a su sector o a un índice o cesta de valores.
El indicador es un coeficiente de dos precios de mercado. El cálculo se cifra en una mera división entre un valor y otro y la resta de la misma respecto a los días previos junto con el porcentaje de variación. Cuando la línea del coeficiente es ascendente, el valor elegido tiene más fuerza que el valor tomado para la referencia; mientras que cuando la línea del coeficiente es descendente, el valor elegido tiene menos fuerza que el valor tomado para la referencia.
En el gráfico de la izquierda he seleccionado el ejemplo de dos bancos, el Santander y el Popular para que se entienda claramente el indicador y su utilidad. Se puede observar cómo la fuerza relativa ha aumentado de manera evidente durante los últimos meses, reflejo del mucho mejor comportamiento del Banco Santander respecto al Banco Popular.
En el caso de Telefónica he tomado un espacio temporal más amplio, de modo que se pueda observar una evolución parecida respecto a su sector y a otras compañías competidoras. Sin embargo, en el último tramo de subidas en la renta variable ha mostrado más fuerza que France Telecom.
Por consiguiente, cuando el inversor dude entre sectores y compañías puede disponer de una herramienta válida para compararlos y decidirse por aquéllos que presenten una mayor fortaleza relativa. Otro tanto es aplicable a los índices. De hecho, la mayor fuerza del Ibex 35 frente a otros selectivos se explica en parte por la mayor fuerza relativa de Santander y Telefónica frente a sus competidores.