En mi primer artículo sobre derivados he querido destacar la importancia (académica) de los Derivados como teoría científica y rigurosa de formación de precios y calculo de Primas.
He querido también utilizar esa magnifica teoría como un argumento de peso en contra (una vez más) del obsoleto y precario Análisis Técnico. Aprovechando la circunstancia de que esa teoría utiliza profusamente la Teoría de la PROBABILIDAD (como no podía ser de otra manera), y además bajo la hipótesis fundamental de la ALEATORIEDAD de los Mercado.
La naturaleza y características de este sólido Modelo matemático nos podría hacer pensar que “apunta maneras” para hacer de los Derivados una magnifica herramienta especulativa, pero,... nada más lejos de la verdad !!!. En realidad sucede todo lo contrario !!!!,... en la PRACTICA los derivados tienen una serie de inconvenientes y puntos oscuros que los hacen totalmente desaconsejables.
No son pues los derivados buenos ladrillos para “construir un castillo”. Se trata mas bien de un simple “castillo de arena”, que se nos va a “derribar” fácilmente ante nuestros ojos [*].
Puesto que son varias las cuestiones a tratar, y aveces algo inconexas, dividiré el articulo en párrafos independientes, para mayor claridad de exposición.
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Los derivados tienen una simetría absoluta: lo que sube por un lado, baja exactamente en la misma proporción por otro;... lo que unos ganan, otros lo pierden exactamente en la misma cantidad, ...etc.
Por consiguiente los derivados son un “juego de ganancia cero”. En la práctica esto se traduce en que los derivados son un producto intrínsecamente ESPECUALTIVO.
Voy a argumentar la cuestión mediante un esquema deductivo:
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En los Derivados intervienen dos partes: los que los ofertan y COMERCIALIZAN (Bancos, Gestoras , Instituciones Financieras, etc.), y los que los demandan (clientes) que supondremos que somos todos nosotros los pequeños inversores.
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De toda esta inmensa cantidad de dinero que se mueve en la negociación de Derivados, entre los ofertantes y demandantes, el retorno absoluto es siempre CERO (despreciando el efecto de las comisiones de comercialización, naturalmente).
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Al ser el retorno cero (a medio – largo plazo) , más pronto o mas tarde (estadísticamente) todo lo que unos ganen, lo han de perder otros indefectiblemente.
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Por lógica aplastante,... ¿¿¿ Quienes pensáis que van a ser los que van a ganar en la mayoría de ocasiones ??? (y en consecuencia van a hacer negocio).
Por si alguien tiene alguna duda en la respuesta anterior, hago las siguientes observaciones:
¿¿¿ Habéis reparado en la cantidad de medios que se dedican a promocionar los Derivados ??? (folletos, panfletos, teléfonos de “información”, conferencias, charlas, cursillos, etc.)
Estos medios (materiales y personales) tienen un coste importante evidentemente, pero “casualmente” son gratuitos para los potenciales clientes a los que van dirigidos.
¿¿¿ Habéis reparado en la cantidad de veces que se ha utilizado la siguiente frase para promocionar los derivados: “Gane dinero, incluso cuando los mercados bajen” ???.
Esta frase es rigurosamente cierta, no es mentira, no nos engañan cuando la sueltan. Pero en virtud de la simetría que antes mencioné, es tan cierta (se produce con la misma intensidad, y estadísticamente el mismo numero de veces) que la siguiente frase, mucho menos optimista: “Pierda dinero, incluso cuando los mercados suban”.
Siendo esta frase tan verídica como la anterior (su simétrica), … ¿¿¿ Habéis reparado en que NUNCA la mencionan los señores que promocionan y comercializan los Derivados ???
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Yo siempre desaconsejo la componente especulativa, y mucho más cuando lo es al 100% como en este caso de los derivados. Lo correcto es una actitud INVERSORA, que eventualmente se ha de materializar en el mercado al contado (Bolsa).
La razón es muy sencilla: cuando participamos en Bolsa, adquirimos un bien (o servicio) objetivo y REAL. Sabemos que el precio de este bien fluctuará (lógicamente) a lo largo del tiempo, pero históricamente (a muy largo plazo) sabemos que aproximadamente nos quedará un retorno (digamos de deriva) que se estima en un 8% anual (aproximadamente un 3% de Inflación + un 5% de mejora de procesos y eficiencia). Teniendo en cuenta el “efecto de interés compuesto” este retorno no es una cosa menor, que ya casi por si sólo, justifica nuestra participación en la Bolsa (por supuesto a muy LARGO PLAZO).
En cambio, los derivados son simplemente contratos de compromiso, sin nada material que los sustente. Son apuestas de futuro sobre el precio de las “cosas”, y están totalmente desligados del valor material de esas “cosas”. Por ejemplo, uno puede pensar erróneamente que “existe algo de acero” bajo un contrato de una empresa como Acerinox, pero no es cierto. Para quien no tenga muy claro esto, le recomiendo que piense en lo que pueda haber debajo de un contrato, de una cosa tan abstracta como pueda ser un Indice Bursátil ,... ¿¿¿ hay algo material bajo un contrato sobre el IBEX35 ??? (por poner un ejemplo concreto).
Es fácil despistarse en este sentido puesto que los derivados apuntan generalmente hacia subyacentes materiales (empresas, materias primas, etc.). Pero no nos equivoquemos, los derivados “son humo”, carecen de contrapartida material. En ellos NO se negocian directamente los bienes materiales, se negocia sobre los precios que esos bienes alcanzan en los Mercados (se APUESTA por esos precios).
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Voy a tratar ahora uno de los temas más delicados, que fue el que inicialmente me hizo rechazar los Derivados de una forma fulminante.
Puede pensarse que el formulismo que se utiliza para calcular los costes de las Primas son una “caja negra”, y efectivamente son de una apreciable complejidad, que se podría utilizar para “metérnosla doblada”. Pero no es así, las formulas funcionan perfectamente y no hay ningún fraude.
En cualquier caso, no les va nada mal a los potenciales defraudadores, esta inevitable complejidad que puede producir despiste y/o quitarnos las ganas de investigar, o seguir rastros que nos permitan saber qué es lo que estamos manejando exactamente (conocer el producto financiero), o incluso disipar posibles sospechas.
Así pues, parece ser que no hay problema en el formulismo, pero,... ¿¿¿ que hay sobre las variables que lo alimentan ???.
Analicemos la cuestión con más detalle:
El Precio Subyacente está determinado en cada momento por los Mercado, No tiene problema.
El Precio de Ejercicio está determinado (pactado) por el propio comprador del contrato, No tiene problema.
El Tiempo está perfectamente determinado y definido (pactado por ambas partes), No tiene problema.
El Tipo de Interés es una magnitud macroeconómica, definida por macro-entidades independientes (Bancos Centrales), homologado y comúnmente aceptado por toda la comunidad. No tiene problema.
Los Dividendos (en su caso), son totalmente transparentes y objetivos, ya que se han hecho realmente efectivos sobre multitud de accionistas. No tienen problema.
Pero,... y la VOLATILIDAD,... ¿¿¿ que hay sobre la volatlidad ???.
¿¿¿ De dónde sale la volatilidad ???.
¿¿¿ Se calcula ???,... si es así,... ¿¿¿ con qué formula o algoritmo matemático ???
¿¿¿ Alguien la impone ???, .. si es así,... ¿¿¿ quién lo hace ??? , ¿¿¿ con qué criterio ???
Ciertamente este es un tema muy importante, y más aún teniendo en cuenta que la Volatilidad no es una de las variables que menos peso tenga (como pueda pasar con el Tipo Interés o el Dividendo). Lo cual es lógico puesto que la Volatilidad está relacionada con el Riesgo del subyacente, y evidentemente es el riesgo uno de los elementos que más ha de afectar al coste de las primas de los contratos. De hecho hay que pensar que lo que se hace en el Mercado de Derivados es una especie de “mercadeo del riesgo”, por lo tanto no es de extrañar que aquí el riesgo tome un papel preponderante, y por lo tanto la Volatilidad sea uno de los elementos protagonistas.
Pues bien, la respuesta oficial que se da a las cuestiones anteriores sobre la volatilidad es, como mínimo,.... INQUIETANTE.
Oficialmente de reconocen tres tipos de volatilidad: Histórica, Futura e Implícita.
La Volatilidad Histórica es la volatilidad pasada, que se puede calcular de una forma precisa (sin ambigüedad) mediante Desviación Típica.
La Volatilidad Futura, como su propio nombre indica, es la que presentará el subyacente en el futuro. Oficialmente se reconoce que esta volatilidad no se puede conocer (¿?!?!¿?!¿?).
La Volatilidad Implícita es la que se utiliza realmente en los derivados.
Para empezar hay que decir que la Volatilidad Implícita es un “monumento a la AMBIGUEDAD”, ya que oficialmente no encontrareis una definición concreta y precisa (como deberia ser el caso), sino “perlas” del tipo:
“La volatilidad Implícita es una volatilidad negociada por los agentes económicos”.
“La volatilidad implícita es una conjunción de las expectativas sobre la volatilidad futura que poseen los operadores del mercado”.
“La volatilidad implícita es la que se cotiza en el mercado actualmente. Representa la opinión media de todos los intervinientes en el mercado de opciones sobre cuál será la volatilidad futura”.
En fin, os invito a que busquéis más definiciones en internet. Todas serán similares a estas, y de similar elocuencia.
Para ser claros y sinceros, una definición de Volatilidad Implícita podría ser la siguiente:
“La Volatilidad Implícita es la volatilidad que se sacan de los mismísimos, los señores que manejan el cotarro de las opciones y futuros”.
Desde este punto de vista, está claro que los derivados son un “cheque en blanco”. Y dejar un cheque en blanco a los que comercializan los derivados es, como mínimo, una temeridad.
Aunque oficialmente los “agentes económicos” argumenten que, ante la imposibilidad de conocer el futuro, no se pueda conocer la Volatilidad Futura [**],... yo pienso que se debería pensar en la Volatilidad Histórica como una alternativa precisa y honesta de la Volatilidad Futura:
Precisa: porque todos conoceríamos exactamente el formulismo matemático utilizado (desviación típica), poniéndonos de común acuerdo en el periodo temporal utilizado, y eventualmente en la ponderación tomada (en su caso).
Honesta: porque al estar homologado el valor de la volatilidad, todos estaríamos en las mismas condiciones, y nadie podría manipular la volatilidad en su propio beneficio.
La volatilidad histórica no coincide con la futura, pero ese “error” cometido se compensaría con creces por la transparencia que implicaría. Ese error perjudicaría unas veces a unos y otras a otros, de manera que con el tiempo todos esos errores se compensarían estadísticamente, sin perjudicar netamente a nadie.
Además hay que tener en cuenta que la Volatilidad Histórica no es ningún disparate, es decir, es una aproximación de la Volatilidad Futura, y por lo tanto nos podría servir para hacer una estimación de dicha Volatilidad Futura (con las enormes ventajas que acabo de comentar).
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Hay otra “cualidad” que se le atribuye a los Derivados, que es el del control del riesgo (COBERTURA).
Pues bien, desde mi punto de vista,... ni para eso sirven !!!.
En primer lugar, siempre se da (intencionadamente, claro) la sensación que la susodicha cobertura con los derivados sale gratis,.... pues no es así.
Es cierto que con derivados, o combinación de ellos, podemos rebajar el riesgo de nuestras carteras, pero esto trae como consecuencia la reducción de las posibilidades de obtener una mayor rentabilidad.
No olvidemos que en Bolsa siempre existe el inseparable binomio rentabilidad – riesgo. Este binomio siempre permanece indisociable, de manera que si uno de los factores se incremente, el otro disminuye aproximadamente en la misma proporción.
Podríamos incluso optar por asegurar totalmente nuestra cartera (reducir su riesgo al cero), pero en este caso su rentabilidad se reduciría a CERO (descontando el coste de las comisiones de la entidad que nos ofrece los contratos).
Es totalmente absurdo plantearse una situación de este tipo, cuando no tendríamos ninguna posibilidad de obtener un beneficio. Y más aun teniendo en cuenta que lo único que tendríamos sería un coste SEGURO (el de las primas de los contratos utilizados para la cobertura).
La situación es similar a la que se da con una compañía seguros. Si queremos asegurar algo, tenemos que pagar por ello (póliza), y pagaremos más cuanto mayor sea el riesgo que queramos cubrir (lógicamente).
Tampoco hay que perder de vista, que aunque sea muy poco lo que queramos asegurar, es decir,... aunque sea muy pequeño el riesgo que queramos cubrir, algo tendremos que pagar (siempre).
El riesgo a cubrir, por pequeño que sea, siempre tiene un coste. Evidentemente nunca será gratis.
Lo más sorprendente de todo, es que existe una herramienta de control del riesgo mucho mas eficaz (y barata) que los Derivados. Esta herramienta es la que se engloba en la Gestión Optimizada de Cartera [***]. Cuestión ésta nada trivial, y como tantas veces he dicho, uno de los puntales fundamentales de la inversión.
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[*] Hace muchos años, participando en un foro de Invertia, me permití acuñar el termino de “mamoneo” para referirme al binomio corrupción – manipulación, que constante y siniestramente planea sobre la Bolsa.
Me permito aquí acuñar el termino de deRRivados para referirme a los nefastos derivados. Espero que este nuevo término tenga también cierto cierto éxito, y sobre todo ayude a despertar conciencias.
[**] Lo más asombroso del caso, es que la Volatilidad Futura SI PUEDE CALCULARSE, con toda precisión, y para el periodo de tiempo que se quiera (periodo de vencimiento de los contratos, en nuestro caso).
Además este cálculo de volatilidades futuras no es excesivamente complicado, y naturalmente debe hacerse en el ámbito de la Teoría de la Probabilidad.
Las volatilidades que utilizo en mi “Sistema Integrado de Gestión Optimizada”, y que pueden consultarse en mi “Tabla de Valoraciones”, son siempre volatilidades FUTURAS.
Lo correcto sería pues, utilizar esta volatilidad en los contratos derivados. Dudo muchísimo que yo sea el único capaz de calcularla con precisión.
El tema general de la volatilidad, y en particular la Volatilidad Futura, es un tema muy importante e interesante. Quizás algún día le dedique un artículo específico en mi Blog.
[***] La Gestión de Cartera se fundamente en dos elementos: DIVERSIFICACION + LIQUIDEZ.
Los dos elementos influyen directamente sobre el riesgo de la cartera. Y además los dos lo hacen positivamente, es decir, a mayor Diversificación o liquidez, menor riesgo.
En cuanto a la Diversificación, su coste en reducción del riesgo, sale gratis. Es decir, la diversificación reduce el riesgo de la cartera, sin que ello suponga necesariamente una menor rentabilidad potencial (hay un artículo en mi Blog en el que trato este tema con mas detalle). La diversificación es mucho más efectiva cuanto menor es la CORRELACION de las empresas de nuestra cartera (desgraciadamente las correlaciones son bastante altas en las economías modernas y globalizadas).
En cuanto a la Liquidez, su coste ya no es tan gratuito. Si aumentamos la liquidez de la cartera, reducimos proporcionalmente el riesgo de la misma, pero simultáneamente pagamos un “coste de oportunidad” (el dinero líquido que retiramos de la renta variable, no se verá afectado ante una eventual subida del Mercado).
De cualquier forma, incluso en este caso, tenemos clara ventaja respecto a la cobertura mediante derivados. Si por ejemplo decidiéramos cubrir totalmente el riesgo de nuestra cartera mediante la liquidez (liquidando todas las posiciones, y dejando la cartera al 100% de liquidez), aquí tendríamos un riesgo CERO pero con una remuneración positiva (todo el valor patrimonial de la cartera, al tipo de interés libre de riesgo). Mientras que el riesgo CERO con derivados, no solamente NO nos reporta ninguna remuneración adicional, sino que además nos supone un gasto mínimo (el de las primas de los contratos utilizados para la cobertura total).
Los que seguís mi "Cartera Optimizada", que publico semanalmente junto a mi "Tabla de Valoraciones", podéis comprobar el férreo control del riesgo que presenta (que se manifiesta básicamente en su baja volatilidad, comparada con la media del Mercado ).
Evidentemente esta cartera no maneja derivados, ni nada que se le parezca. Pienso que la estabilidad que consigo con mi sistema de Gestión Optimizada, supera con creces la estabilidad (y eficiencia) que podría conseguirse con el uso de derivados.
¿¿ Os imagináis la cantidad, y complejidad, de derivados que deberían utilizarse para obtener el mismo nivel de riesgo que presenta mi Cartera Optimizada ??. Y en caso de obtener ese mismo nivel de riesgo,... ¿¿ Alcanzaría la cartera la misma rentabilidad ??.
Dejo estas cuestiones abiertas, para los que os toméis la molestia de seguir en detalle mi Cartera Optimizada, y además seáis entusiastas de los Derivados.