Actualmente, distinto tipo de factores están influenciando el mercado de petróleo. Desde los propios de mercado, de oferta y demanda; hasta el control de la producción por la OPEP y sus aliados con Rusia al frente; los geopolíticos como las tensiones entre U.S. e Irán o el conflicto comercial entre U.S. y China; y los técnicos, como a los que se enfrenta la producción de tight oil estadounidense.
Por el lado de la demanda, la International Energy Agency (IEA) estima, en su Oil Market Report (OMR), un incremento de la demanda de petróleo en 2018 y 2019 de 1,4 millones de barriles día (mbd), siendo este función del crecimiento económico.
Pero por el lado de la oferta la situación es más compleja. Dejando a un lado la evidencia de la reducción de producción venezolana, que ha caído en junio hasta 1,34 mbd desde unos 2,3 mbd en enero de 2016; persiste a corto plazo incertidumbre sobre la evolución de la producción de Libia, así como la incógnita de cómo evolucionará la oferta de Arabia Saudí.
No sabemos si Arabia Saudí incrementará la producción, en parte respondiendo a los intereses estadounidenses de evitar el incremento del precio del petróleo, y al hecho de que la OPEP ha recortado su producción en mayor medida que la establecida en el acuerdo inicial.
Sin embargo, independientemente del nivel de producción, debemos considerar el nivel de exportaciones, es decir, la oferta en el mercado, que es el factor que influye en el precio. Ya que aunque Arabia Saudí incremente su producción, puede que esta no llegue al mercado, e incluso se reduzcan sus exportaciones en unos 100.000 bd, dado que en verano el consumo doméstico se dispara al incrementar la utilización del petróleo en generación eléctrica, sobre todo aire acondicionado, llegando el consumo saudí en esta época del año hasta los 900.000 bd.
Otro elemento de tensión adicional son las sanciones impuestas por U.S. a Irán. Este país posee las cuartas mayores reservas probadas de petróleo y las segundas mayores de gas natural , habiendo producido en el año 2017, después del levantamiento de sanciones, 3,8 mbd; lo que dio lugar a un incremento de las exportaciones de crudo y condensados iraníes en 2016 y 2017 de hasta unos 2,5 mbd en 2017 (figura siguiente); suponiendo China e India el 43% del total de exportaciones.
Figura.- EIA Country Brief Iran.
No cabe duda que las sanciones reducirán la oferta de petróleo iraní, pero la cuestión radica en ¿Cuánto?. Algunos analistas indican que las exportaciones de petróleo iraní podrían reducirse en 2/3 a final de año, mientras que otros escenarios contemplan una caída de solo 700.000 bd, desviándose la producción iraní principalmente hacia China, pero también posiblemente hacia países como India o Turquía, u otros posibles países exentos de las sanciones estadounidenses.
China juega un papel importante en este escenario, ya que es el mayor importador mundial de petróleo, importando unos 8,4 mbd de media en 2017 . De estos, 650.000 bd han procedido de Irán, suponiendo el 24% de las exportaciones iraníes (figura siguiente). Y dado el conflicto comercial chino-estadounidense, es probable que China ignore las sanciones estadounidenses. Cuando además, se podría aprovechar de las dificultades iraníes exigiendo menores precios o incluso la compra de petróleo en yuanes, hecho importante para China ya comentado en otra ocasión , dificultando al mismo tiempo la estrategia estadounidense sobre Irán.
Figura.- EIA Country Brief Iran.
Situación que podría asociarse también a que China se abastece a partir de Venezuela, siendo previsible que surjan problemas en el suministro; y la posible sustitución de la compra de petróleo estadounidense por iraní incrementando las exportaciones iraníes hacia China. Hecho importante si consideramos que China en el año 2017 ha sido el segundo principal destino de las exportaciones de petróleo estadounidenses, llegando a los 426.000 bd en abril de este año.
En este conflicto, y ante las amenazas estadounidenses, Irán ha respondido con la amenaza de cortar el tránsito por el estrecho de Ormuz, una importante ruta de exportaciones de petróleo y gas natural licuado (GNL) desde Oriente Medio, ya que se ha estimado que en 2016 casi el 30% del transporte marítimo y el 20% del transporte global de petróleo, así como más el 30% del GNL comercializado ha pasado por el estrecho de Ormuz .
Sin embargo, esta iniciativa puede no ser del agrado de China, ya que se abastece energéticamente en gran medida de los países del Golfo Pérsico, y garantizar su seguridad energética siempre ha sido una prioridad. Motivo por el que parece improbable que Irán adopte esta medida si tenemos en cuenta que gran parte de sus exportaciones se dirigen a China y este país puede ser un pilar esencial del mantenimiento de gran parte de las exportaciones de petróleo iraní tras las sanciones estadounidenses, que incluso podrían incrementarse sustituyendo a las importaciones de petróleo chinas procedentes de U.S. constituyendo un balón de oxígeno para la economía iraní, ya que las rentas del petróleo han supuesto en el año 2016 el 13,57% del PIB iraní .
En lo que se refiere a la producción estadounidense, esta es cada vez más dependiente de la producción de tight oil, que ha supuesto el 54% de la producción total de crudo del país en el año 2017 EIA. El acceso al mercado de esta producción procedente de la cuenca Permian, la de mayor producción de shale oil, que aporta el 36% del total de producción de tight oil, se enfrenta a cuellos de botella en el transporte; situación que no se prevé que se solucione hasta el 3T de 2019 , afectando al volumen de exportaciones y de oferta en el mercado.
Y en lo que se refiere al análisis técnico, el precio presenta una tendencia claramente alcista desde junio de 2017 (figura siguiente) previéndose en principio su continuidad.
Figura.- Evolución del futuro mini del petróleo de referencia estadounidense. West Texas Intermediate (WTI).
RESUMEN Y CONCLUSIONES
La evolución del precio del barril de petróleo se encuentra generalmente sometido a mucha volatilidad como consecuencia de numerosos factores que influyen en el mismo: de mercado, tecnológicos y geopolíticos.
En la actualidad, el análisis técnico nos muestra una clara tendencia alcista que se ve reforzada por los distintos factores económicos y geopolíticos actuales. Desde el presumible incremento de la demanda previsto fruto de un crecimiento económico, que persistirá a pesar de una potencial guerra comercial, como de los problemas por el lado de la oferta. Concretamente la reducción de la producción venezolana, las potenciales menores exportaciones iraníes, la intención y capacidad de Arabia Saudí para incrementar sus exportaciones y los problemas de transporte a los que se enfrenta la producción de tight oil estadounidense.
Cuando además, los inventarios de la OCDE se reducen y el incremento de producción saudí implicaría una reducción del exceso de capacidad, factores ambos que presionarían los precios al alza.
La situación de conjunto ha dado lugar a que Goldman Sachs espere que este año el precio Brent podría llegar a los 80$/b, previendo también la EIA una media de 73$/b en la segunda mitad de 2018, precios superiores a los actuales.