Más allá de las medidas en concreto que vaya a anunciar la Reseva Federal durante esta semana, el plan está claro: emitir toda la cantidad de billetes que sea necesario (o posible?) para sostener e incrementar los niveles de actividad económica en EEUU.
Parece que Bernanke tiene bastante clara la situación: la actividad económica está floja y la inflación muy baja, por lo tanto conviene destrozar el valor del dólar todo lo posible para evitar una doble recesión y sacar a EEUU definitivamente de su crisis económica. Así las cosas, el mercado financiero respondió con buenas subas en los últimos meses. Está claro, si el dólar vale menos, todo lo demás (incluyendo acciones) vale más en términos de dólares.
El problema es que este tipo de medidas tienen un fuerte efecto sobre los precios de las materias primas, los alimentos a los que accede, o intenta acceder, buena parte de la población mundial. De hecho, en los siguientes cuadros elaborados por FAO (dependiente de Naciones Unidas) vemos como los precios de los alimentos se encuentran hoy muy cerca de sus máximos históricos alcanzados en el año 2008.
Recuerdo que en el 2008 se hablaba a diario de los efectos que estas subas en los precios de los alimentos tendrían sobre los niveles de alimentación en los países más pobres, cosa que parece no preocupar a nadie en esta ocasión. Además, en el 2008 los precios récord de los alimentos se alcanzaron en un contexto de precios máximos del petróleo, cosa que no sucede en la actualidad. No quiero ni pensar lo que puede pasar con los precios del alimento si llega a producirse otra suba récord del crudo.
Avalando la preocupación por el tema, en el último reporte de PMI de EEUU los precios de las materias primas mostraron una extraordinaria suba de 55 a 68.9.
Por supuesto, existen algunos motivos especiales para la suba reciente tan pronunciada en los precios de los alimentos, como por ejemplo los problemas de producción en Rusia y otros países. Sin embargo, me parece que esto tiene más que ver con las medidas de la Fed y sobre todo la especulación que esto genera en los mercados financieros, que con las cuestiones reales de oferta y demanda de alimentos.
En el mundo actual, los precios de los commodities se determinan más en los mercados financieros que en los mercados reales. Las medidas de la Fed, junto a la especulación de Wall Street, están generando subidas alarmantes en los precios de los alimentos. Lamentablemente, parece que este año no está de moda hablar de hambre.