La pasada semana el FMI publicó un informe en el que agrupa a países como Japón, Grecia, España, Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos en el mismo pelotón. Es un pelotón formado por países que muestran perfiles similares en cuanto a sus cargas de deuda, envejecimiento de población y economías maduradas luchando por seguir creciendo. Todas ellas condenadas a recortar drásticamente los gastos y sufrir en el futuro las consecuencias de una austeridad obligada.
Estados Unidos se diferencia de las demás, entre otros, en la agilidad y resistencia inherente a su economía a dejarse caer. Agilidad en cuanto a la adopción de medidas duras - tramposas algunas, FASB- ante una situación de desbordamiento, como ejemplo la fuerte inyección de fondos TARP dentro de un conjunto de medidas adoptadas en su momento para proteger su sistema financiero (en España, dos años después a vueltas con las Cajas de Ahorros y desempolvando los conductos del FROB).
Resistente al desplome, América está creciendo al 3% mientras Europa merodea el 0.5%. Es cierto que en Estados Unidos la economía financiera está desmoronada y entraña severos riesgos aunque la microeconomía está siendo gestionada habilidosamente.
El nivel actual de efectivo de las empresas es elevado, la relación de ventas-inventarios está muy ajustada y en situación propicia para que, si finalmente despierta el consumo, puedan comenzar rápidamente a contratar nuevos empleados. La inversión está progresando tímidamente y preparando una base estructural para crecer en cuanto colabore el consumo, así como el acceso a la financiación.
Se puede afirmar que la recuperación USA, aunque insuflada contra deuda, es un hecho. Convertir este hecho en un fenómeno sostenible será complicado. Del desempleo y consumo depende la recuperación USA, tanto como del crédito y la gestión de política monetaria y financiera.
No está claro que el consumo vaya a mejorar, cuando el efecto riqueza de las familias es un espejismo “made in USA´s authorities” y los problemas bancarios, muchos asociados al progresivo proceso de desapalancamiento financiero, están impidiendo el regreso de la financiación a familias y empresas. Y ya han concluido las facilidades o incentivos del gobierno a la compra de coches, casas, electrodomésticos, etc…
El efecto multiplicador negativo de la carga de deuda es considerable y supone un pesado lastre para cualquier conato de recuperación sostenida. Además, la incredulidad de los mercados es difícil de sortear ante la actual restricción presupuestaria propuesta por los estados. La inminente instauración de la Reforma Financiera y las medidas de retirada general de estímulos pendiente tampoco colabora con la expansión ni acceso al crédito, más bien genera desconfianza. Tal desconfianza se manifiesta a través de diversos medidores o testigos financieros (TED, LIBOR, SPREADS, CDS…) pero de forma especial se plasma en la retirada de liquidez que está sufriendo del sistema.
Informaba Bloomberg días atrás del penoso mes experimentado por el mercado de emisiones de Renta Fija Privada, el peor en una década, con escasa captación y fuerte aumento de primas. Los problemas, no menores, relativos a los bonos municipales y posibilidad incluso de quiebra de algún estado USA son también preocupantes; interesados lean The Hidden Bankruptcy Sector.
Por otro lado, los indicadores monetarios se están deteriorando también, factor claramente negativo para el mercado de acciones, especialmente cuando la bolsa además está sobrevalorada y con las instituciones plenamente invertidas (indicaba aquí en una nota hace pocas semanas que la industria de fondos dispone de un exiguo 3.4% de sus fondos en liquidez, mínimo histórico).
La cara amable para el mercado quizá la aporta la propia FED con la tranquilidad mostrada para modificar su política de tipos, el consenso ahora descuenta que no habrá subidas de tipos hasta el 2.011. La fuerte positivización de la curva de tipos siempre ha sido un aliciente para la bolsa.
Históricamente, la Reserva Federal ha esperado una media de 12 meses a subir tipos después de comprobar estabilización e incipiente recuperación en el mercado de trabajo. Es decir, si se confirma que el desempleo ha comenzado a mejorar, entonces según el patrón de comportamiento histórico la Reserva Federal no subirá tipos antes de primavera de 2011.
En vista de la evolución del desempleo tras pasadas recesiones, gráfico siguiente, y la tendencia a protagonizar recuperaciones cada vez más débiles, cabe la posibilidad de que los tipos continúen excepcionalmente bajos por un tiempo prolongado, como viene afirmando el FOMC en sus comunicados, siempre con permiso de la inflación.
Sin liquidez en los mercados no hay financiación, ni crecimiento, ni generación de empleo capaz de impulsar mejoras del consumo y de esta manera, la inversión empresarial tampoco medrará con energía, a pesar de su buena posición. Este telón de fondo no invita a conceder gran margen para el optimismo sino más bien incita a elevar la prudencia.
Los mercados están mostrando un comportamiento normal, de protesta, ante unas medidas de austeridad promovidas por numerosos gobernantes. Es quizá una protesta y también buena excusa para corregir parte de cerca del 80% de subidas que había experimentado el SP500 desde marzo de 2009.
SP500 Intradia, 60 minutos
La recuperación reciente del mercado está siendo motivada por factores técnicos relevantes como sobreventa, alejamiento entre precios y media móvil de 20 más allá de su comportamiento medio, sentimiento negativo, zonas de soporte intermedio, test a la importante media móvil de 200 sesiones en los principales índices.
La proximidad del final de mes y el efecto positivo también de las primeras sesiones del mes suelen sostener al mercado. En las próximas sesiones, incluso se puede permitir un ascenso hasta la zona 1130-1153, previamente tiene que mostrar fuerza sobre 1116, pero no olvidemos que resta por manifestarse un proceso de capitulación de las caídas, con pánico vendedor incluido, ni tampoco que nos encontramos en el inicio del ciclo estacional y presidencial negativo para el mercado.
Por tanto, espero buen comportamiento del mercado durante la próxima semana y poco más. Será una buena oportunidad para descargar carteras y establecer estrategias bajistas de nuevo una vez concluya el actual “dead cat bounce” o repunte alcista dentro de tendencia bajista.
Atentamente,
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Antonio Iruzubieta
CEFA