En los anteriores artículos sobre los venenos que destruyen el cerebro ya se dijo que sólo hay una herramienta de la que un operador no puede prescindir: que su cerebro sea capaz de pensar y razonar con claridad.
Todos los profesionales conocen la alta toxicidad del mercurio, pero eso no ha impedido que se siga colocando este veneno en la boca de las personas. Aunque los empastes de amalgama son la primera causa de intoxicación por mercurio de los seres humanos, también hay que tener en cuenta el mercurio ingerido por personas que se alimentan con mucho pescado. Cada año se tiran al mar miles de toneladas de mercurio que acaban integrándose en la grasa de los peces; como el mercurio se va sumando, los peces grandes que se comen a los pequeños atesoran grandes dosis de mercurio.
Las amalgamas van soltando mercurio de diferentes maneras: Por el calor de las comidas, por el rozamiento, por la corrosión natural, al ser atacado por alimentos ácidos, al cepillar los dientes, al masticar. Al mascar chicle se multiplica por quince la concentración de vapor de mercurio. El flúor de las pastas de dientes también aumenta el desprendimiento del mercurio de los empastes. Aparte de eso, en las personas que tienen otra clase de metales en la boca como fundas, piezas de oro, puentes, etc., su boca reacciona como una batería, produciendo corrientes eléctricas que agravan la situación.
El mercurio se reparte por todo el cuerpo dañando al cerebro, sistema nervioso, riñones, etc. Las personas intoxicadas por mercurio tienen una lista muy grande de síntomas y dolores que fácilmente se diagnostica como trastornos psicológicos en vez de intoxicación.
Otro problema que produce el mercurio es hundir las defensas del organismo y destruir la flora intestinal, situación que es aprovechada por los hongos cándida para proliferar sin que nadie se lo impida. Estos hongos también pueden producir trastornos psicológicos, de esa forma llueve sobre mojado, entrando en una espiral de sufrimiento y desesperación.
Después de más de cien años que en el mundo se sabe de la toxicidad del mercurio, por fin hay una sentencia reciente de la Food and Drug Administration del pasado junio del 2008 que dice: “Dental amalgams contain mercury, which may have neurotoxic effects”.
Aquí hay una demanda judicial de varias asociaciones españolas. Demandan en los tribunales al ministerio de sanidad y consumo por los efectos nocivos del mercurio de las amalgamas dentales y también de las vacunas.