Todos los modelos económicos con el tiempo se convierten en híbridos. EE.UU. hoy en día no representa el capitalismo puro. De hecho, en ninguna parte del mundo hay lugar para el capitalismo puro, no regulado.
Lloyd Blankfein, CEO de Goldman Sachs
Pues sí, es una verdadera lástima. Hoy en día ir de “liberal” por la vida es una cosa tan utópica como en su momento lo fue el comunismo o el anarquismo. Pero eso es lo que pasa cuando el Estado mete sus manazas en todo e intenta controlar cualquier esfera de la vida pública. Hubo una época dorada, no hace tanto, en el que las grandes corporaciones luchaban a cara de perro por su cuota de mercado. No es que los políticos de entonces fueran mejores o peores que los actuales, pero había cierto laissez faire en los asuntos de la economía. Y sobre todo, los banqueros centrales no iban de superestrellas ni sus acciones tenían la repercusión mediática de ahora.
La verdad es que los responsables de los grandes Bancos Centrales de entonces no tenían mucho que hacer. El sistema financiero se regía por los designios del Patrón-Oro y las tasas de interés se ajustaban libremente en función de los vaivenes macroeconómicos (es un tema que ya he tratado extensamente en mi blog). Por supuesto no era un modelo perfecto ni ideal. Pero como hoy, lo verdaderamente importante era la dirección que tomaban los flujos del capital internacional. Pongamos un ejemplo… Tenemos dos países: a) uno cuya economía va como un tiro y los negocios prosperan–el país X-; y b) otro cuyos políticos no saben como lidiar con una economía en recesión que genera graves tensiones sociales debido a las caídas salariales y al alza de las tasas de interés –el país Y-. Pues bien, por increíble que parezca… en el mundo civilizado sólo es cuestión de tiempo que el país “X” tome el sendero del país “Y” y viceversa. Y eso se lo debemos, precisamente, a la inversión de los flujos de capital. El capital siempre busca mejorar la rentabilidad de sus inversiones. Así que en un momento dado un país con bajos salarios, baja fiscalidad y unos tipos de interés “razonables” puede convertirse en el destino idóneo para los empresarios que desean reducir los costes laborales que encarecen la fabricación de sus manufacturas.
Siempre ha sido así. Lo fue durante el Mercantilismo (cuando el Imperio Español lidiaba con la potencias emergentes –entonces Holanda e Inglaterra-); en la época del Patrón-Oro (en el que el oro viajaba con los flujos de capital); y más recientemente, en el proceso globalizador que está convirtiendo a China en la única e indiscutible superpotencia mundial. Y por supuesto, sucederá lo mismo con todas las naciones del S de Europa cuando abandonen el euro e impaguen sus deudas… No importa lo que diga Frau Merkel. Para entonces seremos tan baratitos y con una macro tan “envidiable”, que el ciclo del crecimiento económico se reiniciará debido a la llegada del capital extranjero.
Eso es lo que dice la teoría.
Jugando a ser dioses
Uno de los grandes relatos de esta crisis interminable de la se hablará en los libros de Historia durante los próximos 100 años, se refiere a la increíble manipulación de las tasas de interés por parte de los Bancos Centrales. En un modelo de Capitalismo puro –parecido al que se aplicó en Estados Unidos tras el crash bursátil de 1929-, la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008 habría provocado un cataclismo económico muy parecido al que tuvimos durante la Gran Depresión de los años 30 del pasado siglo. Si la FED hubiera mirado para otro y dejado que el sistema se autorregulara por sí mismo, los tipos de interés del mercado abierto se habrían puesto por las nubes y, a continuación, la mayor parte de la banca y de las grandes corporaciones industriales habría tenido que cerrar las puertas del negocio.
No me interpretéis mal, no es que esté a favor de liquidarlo todo cuando las cosas van mal. Pero mi mayor temor es que la política que han seguido los Bancos Centrales durante estos años sólo nos permitirá nadar un poco más para luego morir en la orilla. O mejor dicho: para morir tierra adentro, ahogados por el próximo tsumani que nos arrastrará desde alta mar. Pues tengo la impresión de que la próxima crisis será infinitamente peor que la que empezó en 2008… Y sin embargo, entiendo que Bernanke intentara apaciguar las consecuencias de la crisis subprime con la puesta en marcha de la flexibilización cuantitativa. Echó mano del manual de los economistas neoclásicos y entendió que el Estado tenía que imprimir dinero para comprar todo el papel que salía a la venta en el mercado. Ya que ese era el mejor modo de evitar no sólo la subida de los tipos de interés, sino de una brutal recesión que habría acabado con la paz social del país y amenazado la supremacía estadounidense a escala planetaria.
Balance de la Reserva Federal (básicamente, bonos del Tesoro y “basura” inmobiliaria)
Todavía es pronto para juzgarlo…
Ahora bien, lo que ha hecho la Reserva Federal durante estos años no tiene precedentes y se me antoja un gigantesco ejercicio de improvisación. En cierto modo, los funcionarios de la FED están jugando a ser dioses y el tiempo dirá si sus figuras serán veneradas o vilipendiadas.
Tras la crisis de 1920-1921 el primer presidente de la Reserva Federal, Benjamin Strong, hizo algo revolucionario. Imprimió dinero para comprar los bonos del Tesoro que estaba en el balance de la banca comercial. Le inyectó liquidez y eso permitió reactivar el crédito que luego utilizó la clase media para poner en marcha todo tipo de negocios. Y por supuesto, para crear una gigantesca burbuja bursátil que ya sabemos como terminó. La verdad es que Strong fue uno de los primeros economistas neoclásicos –hoy conocidos como neoliberales-, que se atrevió a implementar medidas que antes sólo eran teorías o especulaciones. La nueva política instaurada por el Banco Central tuvo sus pros y sus contras. La crisis de los primeros años 20 quedó atrás, pero por otro lado la enorme impresión de dólares generó un increíble flujo de capital que se dirigió a las bolsas y a la renta fija de otros países cuyos intereses eran más altos que los estadounidenses. Me seguís… Os cuento todo esto porque lo que sucedió entonces tiene muchas similitudes con lo que pasa ahora (y grandes diferencias, también).
A finales de la década, el sistema dio síntomas de agotamiento. La economía doméstica era vulnerable a la subida de los tipos debido al apalancamiento de la deuda. Y luego estaba el problema de Francia… A la que dio por convertir en oro todos los dólares que acudían al país para beneficiarse de sus altas tasas de interés. O dicho de otro modo: Estados Unidos se estaba quedando sin oro para respaldar su base monetaria en un momento en que las bolsas ya estaban en máximos.
Así pues, los mandamases de la FED tuvieron que enfrentarse a una decisión del carajo. A saber: seguir imprimiendo dinero hasta provocar la quiebra del país y su salida del Patrón-Oro; o bien, apostar por la subida de tipos y cruzar los dedos.
Benjamin Strong no tuvo que tomar esa decisión porque falleció “inesperadamente” a los 55 años debido al empeoramiento de la tuberculosis que padecía. Tras lo cuál, los nuevos funcionarios de la Reserva optaron por la subida de las tasas para poner un poco de orden en el corral. Esta medida encareció el crédito en un momento en el que todo el mundo pedía dinero prestado a los bancos para invertir en bolsa o para forrarse con el progresivo encarecimiento de otros activos. Asimismo, se impuso cuantiosas multas a las entidades financieras que se saltaban a la torera la nueva normativa de controles de capital impuesta por el Banco Central. El cambio de ciclo en la renta variable estaba servido y los más listos –como el padre de JFK-, vendieron todo antes de que se produjera el famoso crash. Mientras el resto de la población seguía invirtiendo lo que tenían y lo que NO tenían como si aquella euforia fuera a durar para siempre.
Para entender lo que es el apalancamiento de la deuda, voy a poneros un ejemplo concreto que todo el mundo entenderá. En los años gozosos de nuestra burbuja inmobiliaria, mucha gente compraba una vivienda que luego alquilaba para comprarse después otro piso que, a su vez, utilizaba como activo para seguir pidiendo dinero prestado a las entidades financieras. Tenía un amigo que jugaba a ese juego. Y no os voy a contar como acabó… “Los pisos se pagan solos” –me decía. El alquiler del primer piso le pagaba la hipoteca del segundo y así sucesivamente. Porque incluso nuestros bancos se creían el mantra aquél de que “el precio de la vivienda siempre va para arriba”. Sin embargo cuando empezó la crisis y los bancos cortaron el crédito debido a la subida de los tipos de interés, mi amigo empezó a pasarlas canutas. Entonces es cuando suceden cosas “inesperadas” que no estaban en la ecuación. Los inquilinos vuelven a casa de sus padres porque no tienen trabajo, los precios de los alquileres caen, el coste de las hipotecas excede el precio real de la vivienda, etc. En fin, una pesadilla en toda regla.
Pues bien, cuando la FED subió los tipos en 1928 gran parte de la clase media estadounidense se encontró en una situación similar a la de mi amigo. Sólo que entonces, los banqueros centrales no salieron al rescate de nada ni de nadie. No hubo más flexibilización cuantitativa y dejaron que el sistema se autorregulara por sí mismo. Se trató de un política netamente liberal obligada por las restricciones del Patrón-Oro y basada en la certeza de que no tenían otra alternativa porque el dólar todavía no era la principal divisa de reserva mundial.
Y ahora volvamos a los tejemanejes del tío Ben. Como decía, tras el comienzo la Gran Recesión, Bernanke puso en marcha la flexibilización cuantitativa y llenó el planeta de dólares. Si pretendía con ello reactivar el crédito bancario como hizo Strong tras la crisis de 1920-1921, no lo consiguió. Aunque si logró la caída generalizada de todas las tasas de interés –transfiriendo con ello, el coste de la recesión de los deudores a los ahorradores-. La pregunta obvia que nos hacemos todos es: ¿por qué?. Porque si el crédito no llega a la calle… jamás tendremos una recuperación del consumo que tire de la economía…
La caída de la velocidad del dinero de la M2 está estrechamente ligada a la caída de las ventas minoristas (dicha correlación continua en 2015)
Al comprar a través de los QE toda la basura invendible que estaba en poder de los bancos, esos activos se revalorizaron. Sin embargo, parece que esto no ha sido suficiente para que éstos se animen a prestar al común de los ciudadanos.
La respuesta a esta cuestión es de lo más compleja. Por la red hay miles de personas que plantean sus teorías e hipótesis. Todo el mundo hace sus cábalas. Y yo también, claro. En este blog he intentado hacerlo. Pero es muy difícil… En cualquier caso, lo que tenemos ahora es una situación macro que nos aboca a un mundo sin crecimiento económico real durante años o décadas. Por inferencias eso es lo que nos dice el estado actual de todas las tasas de interés cuyo nivel está en el 0% o en intereses reales negativos. Lo vemos en los intereses que ofrece la deuda pública de un montón de países –Suiza ya ofrece rentabilidad negativa en el bono a 10 años-, en los intereses negativos que ofrecen los depósitos bancarios de los Bancos Centrales, en el interés de los préstamos avalados por oro (el GOFO, que ya ha dejado de publicarse…), etc. Mientras tanto, la banca comercial cierra oficinas y ve amenazado su status por la emergencia del crowfunding y de las divisas virtuales como el Bitcoin. Es más, empiezan a surgir voces de que dentro de sólo 10 años la banca actual será un espejismo de lo que fue y que sucumbirá ante el empuje de las Nuevas Tecnologías de la información que ya han machacado a las discográficas, a las editoriales y a la prensa escrita.
Y ni así se animan a prestar…
No se que pensareis vosotros, pero para mi restringen el crédito porque ahora el juego está en las bolsas y en la deuda pública norteamericana. Eso lo que pasa cuando imprimes un montón de dinero para inyectar liquidez en el Sistema. Strong lo sabía y Bernanke, también.
A falta de mejores opciones para sacarle una rentabilidad digna a la cartera, ahora todo el mundo está completamente invertido en la renta variable. Las bajas tasas de interés han destrozado la viabilidad de los fondos monetarios. Asimismo, es realmente triste comprobar como los fondos de pensiones de un montón de países, tanto públicos como privados, han sido empujados por la política irresponsable de los Bancos Centrales para que compren cualquier empresa que se precie (aunque sea una mierda pinchada en un palo). Pero tienen que hacerlo. Debido a la configuración demográfica del Primer Mundo, cada año se añaden nuevas cohortes de viejeras que quieren cobrar su prestación de jubilación. Pensiones que exigen una rentabilidad que ahora sólo pueden ofrecer las bolsas. Otra prueba indirecta más, de que el supuesto crecimiento de la economía mundial es una bacalá… Y si con esto no tenéis suficiente, sólo hay que fijarse en la alocada política de recompra de acciones que todas las cotizadas norteamericanas y europeas llevan implementando desde años. Lo normal seria que invirtieran su dinero en expandir sus negocios para ganar cuota de mercado a la competencia ¿Acaso no es eso el capitalismo, Lloyd Blankfein? Pues se ve que NO. Les importa un carajo que la bolsa norteamericana esté en máximos de sobrecompra y de sobrevaloración, de PER, de tamaño en relación el PIB del país y de apalancamiento. Prefieren exprimir el salario de sus trabajadores para obtener un capital extra con el que recomprar sus propias acciones para que éstas aumenten de valor (lo cuál, a su vez, les sirve de garantía para pedir dinero prestado a las entidades financieras para reiniciar las recompras e hinchar todavía más la burbuja).
La presente burbuja bursátil es deflacionaria
Luego, tampoco podeis perderos los actuales niveles de apalancamiento de los que invierten en bolsa (en 2015 parece que llegaremos a la cima de 2013):
Lo cuál nos lleva a una situación de lo más extravagante; pues cómo mi amigo que invertía en inmuebles, ahora hay mucha gente que cree sinceramente que las acciones subirán para siempre.
En fin, es un bonito cuento movido por la codicia de unos y la necesidad de otros que terminará mal, muy mal.
Una oportunidad que no se podía desaprovechar
Si hay algo que me va quedando claro con el tiempo, es que el gran capital no podía dejar pasar esta oportunidad para esquilmar a la clase media y tomar posesión de sus activos. Que un banco reciba dinero del Banco Central al 0 o 1% y lo preste al 4% es un atraco a mano armada para las pequeñas o medianas empresas (pymes). Nuestro gobierno puede decir lo que quiera, pero España ha batido en 2014 el récord histórico de negocios que se han acogido al concurso de acreedores. Y los que no lo han hecho, sobreviven gracias a las reducciones salariales (o reparto del trabajo, como se quiera) que han aplicado a sus plantillas. Por eso os digo que el susodicho incremento de puestos de trabajo que Mariano Rajoy vocifera a los cuatro vientos para ser reelegido, no es más que otra milonga –lo que verdaderamente cuenta es el incremento del cómputo total de las horas laborales, que en España, en Estados Unidos y en todas partes se mantiene plano o decrece-.
Esta travesía por el desierto de casi toda la economía occidental les viene de perlas a los bancos para controlar un montón de activos que luego usan como “colateral” para pedir dinero gratis a la FED, el BCE, el Banco de Japón o quién sea. Con lo cuál tenemos que mientras por un lado la base de activos atesorados por las entidades financieras no para de aumentar; por el otro, la pobreza se extiende entre las clases medias cuya actividad antes tiraba de la economía real. Por eso creo que estamos inmersos en una dinámica perversa, deflacionaria en toda regla, que genera enormes crisis fiscales imposibles de resolver sin el socorro de los Bancos Centrales. Debido a esta situación, las promesas de los políticos se las lleva el viento… No tienen ninguna credibilidad. Ni la van a tener. Su financiación depende de un engranaje financiero sobre el que no tienen ningún control.
Hace unos días escuché a Unai Gaztelumendi en Radio Gramsci (le doy las gracias al rankiano “mancodelepanto” por mandarme el enlace), y parece que los dos hemos llegado a la misma conclusión; a saber, que este sistema de extracción de la riqueza de las clases medias es una de las mayores fuerzas deflacionarias que amenazan al crecimiento del PIB en todo el planeta. Por supuesto hay otras razones no menos importantes que explican ese decrecimiento de las que hablaré en el próximo post. Pero tampoco tengo ninguna duda de que las huestes de economistas neoliberales doctorados en la Universidad de Harvard han montado un tinglado que está intentando transformar el Capitalismo en una suerte de economía dirigida desde arriba, semi-planificada y anti-democrática, que a veces me recuerda lo peor del socialismo soviético. A fin de cuentas, que diferencia hay entre ambos sistemas… Antes los comunistas les robaban a los empresarios y ahora los neoliberales han puesto a la clase media en la diana.
La siguiente imagen nos muestra la magnitud del saqueo:
El incremento de la deuda en EE.UU. no incrementa el crecimiento del PIB
Y es que la estrategia de saquear la riqueza del prójimo a través de la deuda es tan vieja como el hombre mismo. Por ejemplo, en la Antigua Roma. Los romanos que no podían pagar sus deudas no sólo perdían todas sus propiedades, sino que eran reducidos a la esclavitud (sólo podían recuperar la ciudadanía si saldaban sus cuentas con el Estado). Eso explica en buena medida porque hoy tenemos una crisis democrática de mil pares de cojones. Pues aunque no lo parezca, las cosas no han cambiado tanto… Tenemos a una élite que toma las decisiones por nosotros –decisiones que no nos convienen en absoluto-.
Cuando todo esto reviente, más pronto que tarde, todo ese dinero creado de la nada en forma de deuda se convertirá en lo que realmente es: NADA. Habrá una lucha entre las élites para sacarse los muertos y defaults de encima. Pero para entonces ya se habrá ejecutado en su totalidad el trasvase de riqueza de las clases medias a las élites que se mantengan en pie.
Es una oportunidad histórica que no podían desaprovechar.
Por una vez, estoy de acuerdo con las FEMEN:
En el próximo post hablaré del “peak everything”, de los BRICS (sobre todo del BAII) y de la desdolarización del Sistema.
Cuando pueda, claro…
Un fuerte abrazo a todos/as