Hoy me toca un post que tengo que reconocer que no me gusta escribir. Soy perfectamente consciente de que mi opinión al respecto contradice la inmensa mayoría de las opiniones, tanto nacionales como internacionales que se han escuchado estos días. Sin embargo creo que es importante entender que hay un proceso que nos está destrozando. Debemos aprender cuanto antes que esto no es una historia de buenos y malos, y que debemos pararnos a pensar en lugar de bailar al son de tanta campaña.
En cierto modo es lo que ocurre en muchos ámbitos de la opinión pública, y la buena noticia es que empiezan a abrirse paso, aunque lentamente, de vez en cuando los grises. Siempre se ha hablado de las dos Españas y quizás esto ha marcado la polarización entre el Partido Popular y el Partido Socialista; hasta el punto de que lo que hacen los tuyos está bien, y lo que hacen los otros está mal, aunque en síntesis sea exactamente lo mismo. Si nos damos cuenta, en este caso nos hemos encontrado de repente con la terminología PPSOE que se va abriendo paso, ya que cada vez más gente se da cuenta que el problema no es uno u otro, sino que son los dos.
Lo grave es que el resto de los partidos parecen no entender el problema y lo que nos están planteando es otro gran dilema; PP y PSOE son los malos, nosotros los buenos. Lo realmente triste es que al final la distinción no es PP y PSOE por un lado y demás por el otro; sino que tendremos que distinguir entre partidos que han gobernado por un lado y partidos que no han gobernado por otro, de tal forma que al final Bloque Nacionalista Galego, Convergencia, PNV y demás partidos que de alguna formaciones que de alguna forma han tenido responsabilidad han acabado exactamente igual.
El problema es que se critica lo que se hace por quien es, y en consecuencia, al final en este esquema de la opinión pública lo que importa es quien es el bueno y quien es el malo; de tal forma que al final la preocupación no es que hace cada quien sino como es la campaña de imagen de cada uno y su efectividad. Todos, y desde luego los que tengan un papel relevante en la sociedad con mayor razón, han de entender que tenemos que analizar en cada momento lo que se ha hecho y que la imagen deje de ser el resultado de campañas a ser el resultado de hechos.
Esto se ve perfectamente en lo que ha ocurrido esta semana a cuenta del juez Garzón y su primera causa. En varias ocasiones he manifestado antes que en mi opinión existían indicios más que claros para entender que existían actuaciones cuando menos no claras de esta persona. Es cierto que ya he desarrollado en algunas ocasiones del caso de Santander y he manifestado mi opinión. Es realmente triste que por creer en la culpabilidad de Garzón haya tenido que escuchar que estoy con los corruptos, o con la extrema derecha o similares. Lo triste es que no debería fastidiarme, pero lo hace; no tanto por la acusación en si misma, (considero que tengo bastantes post denunciando estas cosas como para que se me acuse de ampararlas), sino por la sensación de que no se piensa demasiado en las cosas y asumimos los hechos como nos vengan.
Lo que me fastidia es que he criticado (y mucho) ciertos dogmas del liberalismo en base a que construyen una realidad que no se corresponde con la verdad, (también cuando se cuentan en base a lo que diga la izquierda), pero es que lo mismo va para cuando se construyen dogmas desde el otro lado. Quizás no haya tantas oportunidades para el otro lado, (la preponderancia de un esquema de pensamiento es más que evidente), pero esto no quiera decir que debamos sustituir unos dogmas por otros.
Y esto lo digo porque me he ido a leer la sentencia y me he encontrado varias sorpresas; alguna que me ha hecho cambiar de idea sobre algunos aspectos que yo consideraba claros. Por ejemplo; me parecía irresponsable que se juzgase a Garzón por autorizar unas escuchas cuando no se juzgaba por lo mismo al siguiente instructor que había prorrogado las escuchas. Siempre creí que esto era un escándalo; pero resulta que en la sentencia me entero que las escuchas a los abogados ya habían sido revocadas. Por lo tanto tengo que cambiar mi opinión, ya que resulta que el siguiente juez prorrogó unas escuchas que ya no incluían a los abogados; lo cual evidentemente cambia y mucho la situación. ¿Cómo es posible que transcienda el mensaje de que el juez siguiente prorroga las escuchas, sin tener en cuenta esto?.
También ha transcendido que el fiscal apoyaba la legalidad de las escuchas, y comprobamos en la sentencia que el fiscal informa que apoya las grabaciones excepto las de los abogados. Claro que en este caso, el papel del fiscal se vuelve más insostenible; ¿si en su día informó que se deberían excluir las conversaciones con abogados, sin que Garzón hiciese caso, como es posible que ahora no vea delito?. De hecho es curioso el caso de que el tribunal supremo por unanimidad saque una sentencia condenatoria sin que el fiscal la apoye.
Existen muchas más contradicciones y sorpresas y lo cierto es que la sentencia, (aunque no es precisamente breve), es muy clarificadora. De hecho recomiendo la lectura sosegada de la sentencia, sobre todo la relativa a los hechos probados que incluye las transcripciones literales de los autos emitidos. Y sinceramente es la primera vez que recomiendo esto, porque el nivel de las sentencias de este país da mucho más juego para revistas satíricas que como ejemplo.
Esto es lo primero que creo que se ha de hacer para tratar de entender unos hechos determinados y luego sacar conclusiones. Sin embargo, resulta que se nos ha construido un entorno de buenos y malos a golpe de tweet, frases y declaraciones. Entre los mensajes bienintencionados y los malintencionados, la realidad al final está completamente distorsionada.
En este sentido uno de los mensajes que más ha calado es aquel de la impunidad de los malhechores gracias a esta sentencia. Curiosamente es un mensaje que no se ha oído esta semana cuando el constitucional ha declarado ilegitimas las grabaciones periodísticas de cámara oculta, lo cual me lleva a pensar que a la sociedad le parece bien que se graben conversaciones con abogados, perjudicando el derecho a la defensa, (ese derecho que debemos a las personas que están acusadas de cometer delitos, aunque nos caigan fatal y aunque sus delitos sean execrables), pero resulta que un periodista no puede grabar a un alcalde corrupto, y tampoco puede denunciarlo sin pruebas.
En todo caso, no es cierto que no existan formas de perseguir la corrupción; claro que existen formas. Ocurre, (como en tantas ocasiones he dicho en este blog), que a veces es más sencillo cargarse todas las normas para buscar formas fáciles. Lo realmente dramático es que con mucha frecuencia los atajos llevan a situaciones insostenibles, y este era el caso. Sí es cierto que en muchas ocasiones estar a un lado de las normas impone dificultades ya que al tratar de investigar actuaciones no conformes a la legalidad, los que la cometen no tienen estos frenos. Sin embargo, al final resulta que el poder de la ley estriba precisamente en esto.
Yo puestos a ver mensajes, (y estoy seguro por la excepcionalidad del caso y de una sentencia que sorprende por su calidad), es exactamente el contrario. El mensaje es que no vale todo, (en un momento en que los gobiernos e instituciones se están pasando por el forro lo que se les ponga por delante), para conseguir unos objetivos y que además (por lo menos en este caso) se han soportado las presiones de muchísima gente y grupos, (también internacionales), para resolver.
Soy perfectamente consciente de que este post no va a gustar; pero me gustaría hacer un par de preguntas para tratar de expresar la importancia de esto;
Imaginemos que el que escriba, por las razones que sean, tenga en alguna ocasión algún tipo de información que no sea pública, imaginemos que esta información sea de interés para la gente. ¿se comprendería que me saltase normas para hacerla pública?.
Supongo que alguna gente dirá que sí, y otros que no. Para los que digan que sí, irán las siguientes preguntas: ¿Quién soy yo para decidir saltarme las leyes aunque esté completamente seguro de que es por el bien común?, o también ¿Cómo me quejaré de que no se cumpla toda la constitución cuando me la paso por el forro?.
¿No será mejor que busque alguna forma de transmitir esta información buscando y rebuscando información pública, argumentando y tratando de probar las cosas que pueda llegar a saber?.
En definitiva, de esto se trata; de que si los abogados colaboran en los delitos con los representados existen formas de investigar a los abogados, (como en la sentencia se demuestra ya que existían investigaciones sobre algunos de los abogados que al final fueron imputados, sin estas escuchas). Quizás sea más difícil, pero ¿no será más correcto?.
Por supuesto, queda la otra opción que es intentar cambiar la norma; si creemos que se deben grabar a los abogados de los clientes, pues se propone, aunque ya digo que en la sentencia se recogen también sentencias de tribunales europeos, (donde también se ha hecho), que dan argumentos contundentes para desaconsejar esto.