Hace unos meses me preguntaba cuando íbamos a cambiar el nombre de “la gran depresión” por el nombre de “la gran depresión”, y parece que por fin tenemos un arranque. Uno de los que por fin acaba de reconocer lo evidente, que no es otra cosa que España está en una depresión y que por tanto no importa si estamos en recesión o no es Krugman.
En este sentido es de agradecer que por fin, tenemos a un economista de referencia que reconoce lo obvio. El estado de las cuentas públicas en España no es causa, sino que es consecuencia de la situación y tampoco se cree el cuento de la irresponsabilidad de las cuentas ya que manifiesta que antes de la crisis España tenía una deuda baja y superávit. De hecho no lo ha dicho, pero debería haber acabado señalando que incluso en la situación actual España tiene un nivel de deuda y déficit inferior al de otros países de la eurozona, (sobre todo de los que se tiran todo el día hablando de despilfarradores).
Y luego cuenta que el problema es que nos hemos encontrado con una burbuja, causada en gran parte por los bancos alemanes. El caso es que carga contra la austeridad que se impone desde Alemania, que en economías deprimidas empujan aún más contra la depresión, y por supuesto acaba diciendo aquello de que se incrementan los costes de endeudamiento, lo cual a su vez acaba suponiendo un mayor déficit. En realidad no ha dicho nada que no esté en un manual muy básico de economía, manual que lamentablemente parece que todo el mundo se empeña en no usar.
Pero sin embargo, resulta que está cometiendo algunos graves errores u olvidos en su análisis. Uno de los post del principio de este blog, (y una de las primeras recopilaciones), se basaba precisamente en una recomendación que era claramente errónea del entonces recién nombrado premio nobel. En aquellos momentos recomendaba claramente bajar sueldos y precios para recuperar la competitividad. Y esto es lo que se ha hecho, incluso con más éxito que lo que ha intentado Alemania. Es decir, veo mucho más probable que el origen de la situación actual esté en las contenciones y bajadas de sueldos que en las políticas de austeridad, sobre todo porque en todo caso las reducciones de déficit se han intentado pero no se han conseguido.
Por tanto, el primer grave error de Krugman es que rebajar el déficit no es el problema que nos trae hasta aquí porque no se ha producido tal cosa. En todo caso recomiendo leer el post que coloqué en contestación a Krugman en 2009, donde explicaba el por qué las medidas que al final se impusieron, nos llevarían a donde al final estamos. Y ya de paso recomiendo leer otro de enero de 2010 donde lo completé tratando de explicar por que estas medidas eran absurdas. Por supuesto las medidas de austeridad, son completamente inútiles hasta el punto de que realmente no se están realizando, sino que lo que se está es tomando todo tipo de medidas encaminadas a salvar mercados financieros.
En realidad estamos hablando de precios, (tanto de bienes y servicios) y sueldos, y cuando el desequilibrio es tan brutal, la situación que se impone es una transferencia de renta, desde los aquellos cuyos ingresos son sueldos hacía aquellos que logran mantener precios altos, bien por que acuden directamente a cobrar al estado, por los apoyos o bien por qué se encuentran controlando bienes básicos, y arruinando por el camino a aquellos que dependen de bienes no básicos.
En definitiva, lo que se ha hecho es buscar y conseguir la deflación de tal forma que al final las deudas son mucho más difíciles de cubrir y los recursos para el estado son mucho más difíciles de conseguir. La consecuencia lógica no es otra que la situación actual.
Y el siguiente error u olvido que hace Krugman es el referido a un pasito que falta. Si nos damos cuenta, he comenzado este post hablando de que había que cambiar el nombre a la gran depresión de los años 30 y es cierto que Krugman ha hablado de que es España la que está ya en depresión. No es que piense que España es el centro del mundo, para hablar de la segunda gran depresión por la depresión Española; de hecho esta es la parte del error u olvido que Krugman comete en este análisis. Se olvida del “antes” y del “después”. En definitiva se olvida de cómo se ha llegado a esta situación, como se han ido avanzando las cuentas y es importante entender esto.
Nos cuentan que nos hemos encontrado con una burbuja, (o más bien una serie de burbujas), pero realmente el problema es que esto no es una casualidad, ni ha sido algo que ha ocurrido por algún accidente extraño. Las burbujas han sido usadas reiteradamente como un instrumento de política económica, sin importar los efectos secundarios. Todo, absolutamente todo, ha sido diseñado para lograr que los mercados financieros fuesen dando patadas hacía adelante desde los años 90, de tal forma que en cada paso que se daba, se daba un golpe adicional a la economía real, a los ciudadanos, a los consumidores y a las empresas que están luchando en entornos de libre mercado o parecidos.
Cuando hablamos de que los bancos alemanes han sido los beneficiados del endeudamiento español, tenemos que tener en cuenta que es muy fácil entender que existe un beneficio y claramente una pérdida. Si tenemos en cuenta todo aquello que queda escondido tras la burbuja inmobiliaria y nos acordamos que determinados países han sufrido procesos en los que se privatizan, (no se liberalizan), todos los sectores estratégicos, hundiendo los poderes adquisitivos por precios y negocios en bienes y servicios básicos, mientras que se intenta que los sueldos sean lo menor posible para convertirse en los fabricantes de la parte de menos valor de los productos de otro país, a costa de destrozar el resto de la economía, la conclusión es clara.
No estamos ante errores, sino ante huidas hacia adelante en las que nos hemos metido en esta situación sobre todo por que nos hemos entregado a toda una serie de políticas que han sido diseñadas única y exclusivamente para salvar a los sectores financieros, (y en consecuencia a las economías de determinados países).
Hoy tenemos un ejemplo perfecto en el caso de Argentina y Repsol. Ayer comentaba algunas cosas, pero hoy ya empiezan a conocerse algunos datos, como un esclarecedor artículo de expansión, en el que (involuntariamente), nos dan una clave para entender muchas cosas:
Más allá de todo lo que se nos ocurra lo que está claro es que si YPF distribuía un 90% de su beneficio y además se ha maniobrado para permitir la subida de los carburantes, está claro que existe un traspaso de renta desde Argentina, hacía Repsol, que resulta que además no es mayoritariamente de capital Español, de tal forma que el camino del dinero sigue. En el caso de Repsol, Brufau ha explicado hoy que la expropiación viene derivada de esconder problemas sociales en Argentina, o bien de que las subidas de los carburantes podrían estar provocando problemas sociales, (que puede ser otra explicación). Bien porque resulta que los países no quieran seguir en este esquema, (que solo acaba de una forma), bien porque no pueda más, (por ejemplo el caso de Grecia o Islandia), el resultado es que los problemas se trasladan hacía el fin de la renta, lo cual no nos lleva a otra conclusión de que si determinados países se han visto beneficiados por una serie de medidas que han arruinado a los otros, este beneficio desaparecerá cuando no se puedan implantar. Dicho de otra forma, a medida que el sector financiero vaya acabando con fuentes de beneficios, entrará en graves problemas, lo que en una situación en todos los países muy delicada, (incluso en los que hoy sacan pecho), nos lleva invariablemente a la gran depresión en todos los países.
En realidad es todo muy sencillo; por esto recomiendo leer los post estos de 2009, que he colocado en este post. Creo que con perspectiva han ganado algo de solera.