La deflación consiste en la caída generalizada del nivel de los precios de los bienes y servicios, es decir, el fenómeno contrario a la inflación. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la bajada del nivel general de los precios debe producirse durante al menos dos semestres consecutivos.
La deflación suele estar causada por una
disminución de la demanda, y las consecuencias pueden ser mucho peores que las de la inflación, pues una caída de la demanda, significa una disminución de la economía en general.
Causas de la deflación
La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios es superior a la demanda, y las empresas reducen precios para poder vender los productos y servicios que ofrecen a sus clientes.
- La demanda es insuficiente, y de ahí que no se produzca un ajuste entre oferta y demanda.
- Un exceso de oferta.
¿Qué efectos produce la deflación?
La deflación provoca una disminución del precio de los productos, con lo que el sueldo real de los trabajadores aumenta y su capacidad de compra es mayor. Las empresas necesitan contratar más trabajadores para cubrir la demanda de sus productos, con lo que se incrementa el empleo y el sueldo real que percibe el trabajador.
La productividad se incrementa y los salarios aumentan y la deflación se intensifica, ya que el incremento en la oferta de productos y servicios provoca que el país incremente su riqueza y se produzca el denominado efecto Ricardo.
Pero, hay que tener en cuenta, que lo peligroso de la deflación, es la dificultad de salir de ella, ya que las empresas ven reducidos sus márgenes de beneficio, por lo que tienen que reducir sus precios y recortar costes, lo que implica despedir empleados y una nueva caída de la demanda (círculo vicioso).
Medidas contra la deflación
Las medidas a las que se puede recurrir para salir de la deflación son:
- Realizar una política fiscal que suponga un incremento del gasto público, reducción de impuestos e incremento de las transferencias. El Estado incrementa el gasto para contrarestar la falta de demanda y así generar empleo, pero además, reduce los impuestos para aumentar la renta disponible e incentivar el consumo.
- Llevar a cabo una política monetaria para disminuir el valor del dinero, es decir, incrementar la cantidad de dinero en circulación y disminuir las tasas de interés para incentivar el consumo y la inversión. Al disminuir las tasas de interés, los ahorradores prefieren invertir o gastar su dinero.