Hace algún tiempo que se olvidó el problema de que los bancos centrales, y en particular el banco central europeo puede quebrar. Esto es necesario para tratar de mantener la ilusión de que el banco central no tiene límites a la hora de actuar, lo cual es un requisito necesario hoy en día para tratar de mantener todo el sistema en pie.
Sin embargo con frecuencia nos olvidamos que los Bancos Centrales, tienen unos límites mucho más lejanos que cualquier entidad que se nos pueda ocurrir, pero lo importante es que tiene límites. Este es un grave error, que se repite ya que cuando se ha decidido endeudar a los estados para salvar a la banca, todo el mundo asumía que tampoco habría límites, lo cual ha quedado dramáticamente desmentido por la realidad.
Para pensar en los limites, tendremos que recordar que los Bancos Centrales, son dos cosas a la vez, bancos y a su vez instrumentos públicos. Esta combinación de factores es la fuente de su poder, pero también es la fuente de las limitaciones de las entidades.
Como los bancos, los bancos centrales, tienen sus cuentas que no son demasiado diferentes a la del resto de los bancos y empresas que existen. Evidentemente no son lo mismo y no se pueden leer de la misma forma, pero tienen unas cuentas, un patrimonio y una situación contable. Incluso tienen unas cuentas anuales que de vez en cuando deberíamos ver.
En estas cuentas, tenemos un activo y un pasivo, y lo que es más importante. Unas cuentas de ingresos y gastos que nos llevan a que puedan tener pérdidas o beneficios. Según sus cuentas a 31 de diciembre de 2011, dispone de un capital y reservas de casi 6.500 millones, unas provisiones de 6.400 millones, unas cuentas de revalorización por importe de 24.000 millones de euros y unos beneficios de 725 millones. Estos son los fondos propios que tiene el BCE y que en teoría son su patrimonio.
En el sentido de que tenga pérdidas o quebrantos en sus activos, o que aparezcan deudas nuevas, tendremos una situación de quiebra. En este sentido, consta una anotación en las cuentas (página 213 de las cuentas y 214 del pdf) del Banco Central Europeo:
“Los valores adquiridos en el marco del programa para los mercados de valores y de los programas de adquisiciones de bonos garantizados se clasifican como mantenidos hasta su vencimiento y se valoran por el coste amortizado, minorado por las pérdidas por deterioro (véase «Valores» en el apartado sobre normativa contable). Se realizaron pruebas anuales de deterioro sobre la base de la información disponible y de la estimación a final de 2011 de las cantidades recuperables.
En este contexto, el Consejo de Gobierno consideró el impacto de la participación del sector privado en la iniciativa presentada en 2011 (PSI, en sus siglas en inglés), que propuso una reestructuración de parte de la deuda emitida por la República Helénica a fin de garantizar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo. Parte de las tenencias del BCE en el marco del programa para los mercados de valores corresponde a valores de deuda emitidos por la República Helénica. No obstante, teniendo en cuenta que la iniciativa fue creada para una reestructuración voluntaria de la deuda mantenida por el sector privado, no se esperaba que conllevara modificaciones de los flujos de efectivo contractuales asociados a las tenencias del BCE de dichos valores.
A 31 de diciembre de 2011, el Consejo de Gobierno consideró que no existían evidencias para suponer que la iniciativa no se aplicaría con éxito y, por tanto, no se registraron pérdidas por deterioro a final del ejercicio.
Además, no se registraron pérdidas por deterioro respecto del resto de valores adquiridos en el marco del programa para los mercados de valores ni de los valores adquiridos en el marco de los dos programas de adquisiciones de bonos garantizados.
El Consejo de Gobierno evalúa periódicamente el riesgo financiero asociado a los valores mantenidos en el marco del programa para los mercados de valores y de los dos programas para la adquisición de bonos garantizados.”
Lo que significa básicamente esto es que directamente las cuentas y el patrimonio del Banco Central Europeo parten de una premisa, que como poco es cuestionable, ya que depende de la NO EXISTENCIA de evidencias que permitan suponer que las iniciativas con Grecia se aplicarán con éxito. Lo que no se acaba de entender muy bien, es el mecanismo por el que se compagina esta declaración con el hecho de que la deuda Griega, garantizada por las entidades Griegas no es aceptada como colateral. Si no existen evidencias de fracaso, ¿Por qué no se aceptan?. Si existen evidencias de fracaso, ¿Por qué no se reconoce la pérdida?.
Si Grecia impaga la deuda con el Banco Central Europeo, (que será probablemente lo último que haga), las pérdidas derivadas de este acontecimiento llevarían a que el Banco Central Europeo se quedase sin recursos. De la misma forma que si el precio del oro se reduce, o si se desploman las inversiones en los activos financieros que tiene.
En relación a esto debemos tener en cuenta que en la reunión de septiembre de 2012,
La gran ventaja de los bancos centrales es la gran capacidad que tiene para alterar los precios de los activos en base a una diferencia con el resto de entidades (incluido gobierno) que operan en el mercado financiero. Se puede seguir operando y manteniendo una situación completamente ficticia, todo el tiempo que sea necesario mientras se obtengan fondos para seguir operando. Como los bancos centrales tienen la potestad de emitir dinero continuamente pueden mantener la inversión en los activos, (pueden comprar activos y por tanto mantener los precios de estos y en consecuencia el equilibrio patrimonial), durante un tiempo mucho más largo que cualquier otra entidad.
Sin embargo, en el proceso de emisión de dinero, que genera un préstamo a las entidades financieras (un activo), a la vez que un pasivo derivado de la cantidad de dinero en circulación, (el banco central responde del dinero emitido que en este caso funciona como un titulo de valor), nos encontramos con un problema fundamental, que es el hecho de que el riesgo de la entidad se incrementa, ya que si bien las operaciones monetarias expanden el activo y el pasivo, el riesgo se incrementa, sobre todo cuando se relajan los colaterales exigidos, (la otra de las medidas adoptadas en la reunión de septiembre del BCE).
Por tanto, el BCE tiene un arma que no tiene el resto de los agentes, pero cuyo uso entraña un riesgo salvaje de tal forma que se ha introducido una bomba en el corazón. Si las medidas funcionan, podrá salir bien, pero si lo que se hace es inflar una burbuja, (o varias que es lo que se ha hecho), lo que se consigue es una patada hacía adelante.
Por supuesto, luego tendrían la posibilidad que tiene cualquier entidad, que es la de aumentar capital, (en este caso aportarían los bancos centrales), pero en este momento entraríamos en el campo de la política y el campo financiero. ¿Tendría el BCE capacidad política para incrementar su capital varias veces en un entorno en el que las condiciones de los “accionistas”, las sociales y las económicas se deterioran?.
Y lo más importante, el euro y el BCE van de la mano, de forma que las dudas sobre el euro, afectan a las cuentas del BCE, (no habrá problema mientras no se mire o estudie), pero a su vez las dudas sobre el BCE afectarán al euro, en un círculo vicioso en el que todo romperá, como siempre, cuando la gente se pregunte.