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En un post de una de estas personas de las que no podría decir si estamos ante sociópatas, ignorantes o una combinación de estas cosas, me encuentro con un argumento perverso y muy curioso. Estamos hablando de la conveniencia de que en la sanidad existan beneficios, ya que los beneficios son el indicativo del uso de los recursos económicos a nuestra disposición.

Es decir, el razonamiento es muy simple; el mercado es el mejor sistema de asignación de los recursos, por lo que la existencia de beneficios es el mejor indicativo de que la asignación de estos activos se está haciendo de la mejor forma posible. El argumento que se usa es que cuando una empresa no logra vender sus productos a un precio que le compense, esto significa que deberá dedicarse a otra cosa, porque la sociedad no valora esto lo suficiente. En el caso de que existan beneficios, lo que significa es que la empresa de referencia logra vender sus productos a un precio superior a los costes, lo que significa que la valoración de dicho servicio es mayor que sus costes, y por lo tanto manifiesta una gran eficiencia.

Por lo tanto, la relación está muy clara; cuanto mayores beneficios existan en la economía, mayor será la eficiencia en la asignación de recursos. Como siempre, muy intuitivo todo y brillante argumento que parece totalmente inatacable; como siempre una grave trampa queda encerrado en un argumento que es todo un atentado intelectual tanto a lo que se supone que es una teoría económica básica, como a lo que se  supone que es un punto de vista de alguien que se defina como liberal.

Y explico la burrada. Como todos sabemos existen varios sistemas de asignación de los recursos a las distintas actividades. Es decir, en definitiva, de tratar de determinar cuánto se produce de cada bien y con qué factores se produce, (que recursos se usan). Esto lo podemos hacer mediante el mercado o mediante la planificación, lo que daría lugar a dos sistemas que serían los de economía de mercado, (normalmente identificado con sistema capitalista) y los de economía planificada, (normalmente identificados con sistemas comunistas o socialistas).

En los sistemas de economía planificada, los recursos se usan de acuerdo a una planificación determinada, en la que no existe una valoración en un mercado; mientras que en el sistema de economía de mercado, el sistema de mercado, tanto las decisiones de lo que se produce, como del “como se produce”, se toman en base, efectivamente a un proceso de mercado. Es decir, si la sociedad quiere más coches, se demandarán más coches, lo cual provocará que suban los precios de los coches, lo que a su vez hará bajar la demanda mientras que nuevas empresas entrarán a producir coches, hasta que se iguale la oferta y la demanda. Si en este punto resulta que se quieren menos coches, lo que ocurrirá es que se reducirá la demanda de coches, por lo tanto los precios caerán, lo cual significará que se reducirá la oferta y se incrementará la demanda en otro punto más bajo. En definitiva, estamos hablando de que la libertad de movimiento de la demanda y la oferta,  provocará movimientos continuos que ajustarán los recursos a lo que la sociedad quiere.

Pero hasta ahora no he hablado de beneficios; ¿Por qué?. Pues por la sencilla razón de que la economía de mercado será tan eficiente como lo determinen ciertas premisas, que normalmente se denominan de competencia perfecta, (entradas y salidas de empresas de los sectores totalmente libres, que no exista poder de mercado por ninguna de las partes, libre elección de los demandantes, información completa disponible para todos los participantes del mercado…). Evidentemente el cumplimiento de estas condiciones es algo utópico, lo que desde luego no invalida de ninguna forma el esquema, (al final las premisas de todo son utópicas), sino que nos da un horizonte al que dirigirnos y un esquema de comparación; cuanto más se aproximen los mercados a su utopía, mejor será la eficiencia en la asignación de recursos.

Y en la situación utópica, se usarían todos los recursos disponibles, (entre otras cosas esto significaría que el paro sería cero) y lo más importante a efectos de esto es que  los beneficios serían siempre cero. Evidentemente, esto no significa que los beneficios sean cero, sino que el coste del capital será el mismo para todas y cada una de las actividades que se nos pueda ocurrir. Esto quiere decir que en una situación en la que tengamos una situación en la que una actividad que ofrezca una remuneración al capital mayor que en otras, esta acogerá más inversiones, (todo el mundo pretenderá ir a esta actividad) de forma que como habrá más inversiones, la rentabilidad caerá.

¿Qué ocurre cuando la situación no se corresponde con la utopía?. Pues que está claro que las condiciones se distancian de las que se establecen para competencia perfecta, (es decir, las ideales para cualquier persona que defienda la economía de mercado). En particular, cuando nos encontramos con la existencia de beneficios extraordinarios o cuando nos encontramos con elevados desempleos tenemos que tener en cuenta que algo está pasando, y lo curioso del caso es que cualquier defensor del libre mercado, con unos mínimos conocimientos de economía debería ponerse en alerta. Porque incluso en la teoría la existencia de grandes beneficios implica la existencia de ineficiencias en los mercados. ¿Tiene algún sentido que se busquen?.

Es más para aquellos que busquen tan sólo la existencia de los beneficios tendrán que tener en cuenta que normalmente vendrán de aspectos como la existencia de barreras a la entrada, la existencia de una asimetría en el poder entre consumidores y oferentes, existencia de monopolios u oligopolios o similares, aspectos que entre otros son extremadamente letales para la asignación eficiente de activos.

Es decir, no es que mayores beneficios puedan venir de factores que se cargan la eficiencia de los mercados, sino que normalmente significan esto exactamente, (y esto es especialmente acusado en la España de hace unos cuantos años, en los que los beneficios extraordinarios de varios sectores han venido precisamente de una desastrosa asignación de recursos). Por lo tanto buscar incrementar los beneficios para conseguir la eficiencia, cuando menos nos lleva a una situación difícilmente defendible, (por mucho que los que consigan estos beneficios, a pesar de que tengan siempre en la boca lo del libre mercado, luego en realidad ejercen bastante poco).

Es también por esta razón por la que muchos creemos que el libre mercado es la mejor opción, salvo cuando existen problemas que nos llevan a una situación en la que es peor. ¿Qué significa esto?. Pues simple y llanamente que existen sectores en los que el libre mercado es la mejor de las opciones, mientras que existen otros sectores donde es la peor. Un monopolio natural, jamás podrá actuar en condiciones de competencia perfecta, nos pongamos como pongamos, y esto por mucho que luego se hable de mercado es muy básico.

En otras palabras, cuando pregunten a alguien: ¿es mejor que la asignación de recursos la haga el mercado u otra forma (y no necesariamente planificación centralizada)?; tengan en cuenta que si le contestan no estarán hablando con un economista, (por mucho que se lo jure o que sea profesor en algún sitio). Estarán hablando con un vende-humos que se habrá olvidado de preguntarle: ¿A qué te refieres?, ¿en qué sector?.

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  1. #11
    29/12/12 14:06

    Generalmente tiene que haber beneficios , pero sólo los beneficios no garantizan una asignación eficiente de los activos.

    En una empresa los beneficios son la legítima retribución a los propietarios que arriesgaron , pero tambien los trabajadores deben tener posibilidades reales de mejorar su bienestar fruto del trabajo ejecutado , están los clientes esperando productos que satisfagan sus necesidades reales , los proveedores deben tener igualdad de oportunidades para competir y por último está la sociedad en su conjunto ante la cual la empresa está obligada a devolver más recursos de los que ha utilizado para su ejecución, no sólo via impuestos sino tambien en cuanto medio ambiente.

    Si los beneficios surgen después de cumplir con los 5 actores bienvenidos , en caso contrario acabaremos con problemas.....con muchos problemas.......y ejemplos tenemos a patadas.......tanto de buenos/malos sectores y/o buenas/malas empresas.

  2. en respuesta a troyano01
    -
    #10
    10/12/12 23:56

    Las empress de distriucion de alimentos, demasiado concentradas, producen un increible incremento de precios, al hacer imperfecto un mercado que podria ser bastante mejor, ya que hay una miriada de productores y consumidores, y solo unas pocas distribuidoras. Lo que haria falta es que se limitase la concentración y aumentase el numero de distribuidoras, pues son las que se llevan el beneficio hinchando precios.

    Igual pasa en el mercado laboral con las ETT, en donde concentran la ofreta de trabajo, consigne pagar 10.000 €/año a los trabajadores, vendiendo su trabajo por 40.000 €.

    Y este es el mismo esquema que pretenden instaurar en la sanidad, crear intermediarios entre el personal médico y los pacientes, convirtiendo a los primeros en trabajadores y a los segundos en clientes.

    Aquí no se critica a ultranza el liberalismo, efectivamente, se critica el "liberalismo a ultranza" pues donde tu solo ves como posibilidades mercado 100% estado 0% algunos vemos que cabe cualquier posibilidad con mercado =x, estado=(100-x) donde habria que buscar el x para optimizar el sistema.

    Es decir, y perdona que te lo diga, pero tu idea peca de simplona.

  3. en respuesta a troyano01
    -
    #9
    10/12/12 23:44

    Supongamos que tuviésemos un sistema realmente liberal, sin ningún tipo de regulación ni privilegios. La riqueza que acumulasen los mas ricos les haría ser mas escuchados por los gobiernos, y al tener mas influencia en ellos, por su mayor accesibilidad, lo usarían en su beneficio, con lo que el sistema realmente liberal y sin privilegios iria gradualmente generando privilegios y regulaciones en favor de los mas ricos, algo mas o menos, como lo que tenemos. ¿o te crees que la regulación y privilegios a favor de las grandes empresas y fortunas sale de la nada?

    Los oligopólicos tienen el problema de que concentran mucho poder en pocas manos. Poner de acuerdo a muchos es difícil, poner de acuerdo a pocos es fácil, y mas si es ponerlos de acuerdo en robar a quienes no se pueden defender. Por eso hace falta una buena regulación, no la porquería de regulación que tenemos en España, que en lugar de protegernos a los consumidores de los oligopólicos , protege a los oligopólicos de los consumidores.

  4. #8
    10/12/12 23:29

    Pues con esto de que el beneficio es un coste del capital.... el siguiente paso será decir que hay que eliminar el Impuesto de Sociedades, ya que es un impuesto inútil al tener las empresas sólo costes y nada de beneficio.

    No sé, me da la impresión que se trata de dar la vuelta a todo diciendo que lo negro es blanco para justificar lo bueno que es que las empresas cada vez ganen más dinero y los ciudadanos cada vez "trabajemos más y ganemos menos" y además tengamos que pagar más deudas que no son nuestras... las de la banca, las de las eléctricas... y dentro de poco también una deuda acumulada por un nuevo déficit de tarifa inventado de la educación y la sanidad privatizadas.

    Cuando se dice que la eficiencia de las empresas se encuentra en el beneficio, intentando extender el concepto de eficiencia a toda la economía, se pone de manifiesto una visión gravemente errónea y encorsetada de la economía. Parece que lo único importante es que las empresas consigan el máximo lucro posible de una sociedad que es utilizada como mero recurso productivo y consumista a cambio de un salario ajustado y a la baja.

    Y la economía no es sólo el punto de vista encorsetado del mundo empresarial, ya que si así fuera y se dejara el libre mercado sin regulación ni intervención todavía estaríamos viendo empresas tirando los residuos contaminantes al río, o empresas que tratan de influir en los gobiernos para que ayude a limitar la competencia (con barreras de entrada, protección a sus productos, pactos de precio, mercados cautivos), o empresas que defraudan al fisco o que evaden capitales a paraísos fiscales, o que estafan a sus clientes, o que deslocalizan sus fábricas para irse a países subdesarrollados donde se explota a la mano de obra incluso infantil....

    Bueno, si todavía vemos esto será porque la responsabilidad de las empresas tiende a ser nula y la regulación del Estado es insuficiente.

    La naturaleza de las empresas en el modelo económico actual es la obtención del máximo beneficio cueste los daños colaterales materiales, naturales y humanos que cuesten... con el único límite de una eficaz regulación e intervención de los Estados.

    La ausencia de responsabilidad social de las empresas en un libre mercado en el que existe un gran desequilibrio de fuerzas entre empresas y trabajadores-consumidores... sería catastrófica y nos llevaría de forma acelerada al mundo orwelliano.

  5. en respuesta a troyano01
    -
    #7
    10/12/12 15:52

    Yo creo que la economía debe estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía.
    Pienso que hay sectores que no son susceptibles de privatizarse por la naturaleza del bien. No es lo mismo un diamante que un kg de arroz. La energía por ejemplo, privatizamos la luz porqué decían que la privatización de ese sector sería positiva, pues los recibos de la luz bajarían y todos ganaríamos con ello, que España sería más competitiva, pues bien. Se privatizó ese sector y la experiencia ha demostrado que el antiguo monopolio estatal se ha convertido en un oligopolio de 2 o tres empresas que se encargan de ir subiendo el precio de la luz regularmente. Ha sido un fracaso, eso es evidente. ¿Ante esto, que tenemos que hacer? Creo que hay dos grandes opciones:

    1. Desmenbrar esas empresas en empresas mucho más pequeñas e intentar introducir algo de competencia en el sector cambiando la regulación actual que permite el oligopolio.

    2. Renacionalizar el sector y pasar de la situación actual de oligopolio a un monopolio público. En mi opinión, y dado la necesidad de ingresos del Estado y la necesidad que tiene de controlar la carestía de la vida. Esa sería actualmente la mejor opción, por supuesto, la nacionalización debería realizarse sin compensar a los accionistas y deteniendo, juzgando y encarcelando (Si fueran considerados culpables) a los directivos implicados en esa estafa a los españoles (Si la hubiere)Posteriormente, una vez superada la crisis, se podría hablar de volver a privatizar o no el sector, siempre y cuando se tratase de simular una situación de competencia perfecta.

    Respecto a las grandes superficies y a la gran distribución, hace falta regular de otra manera el sector. No puede ser que destruyamos el agro español, por importar productos del Tercer Mundo a bajo precio, o incluso productos más baratos por dumping y que luego vendamos quintuplicando los precios para el consumidor aquí. En la gran distribución y en la AgroIndustria hay una asimetría brutal. El poder de la distribución es brutal, impone precios por debajo de costes a los productores nacionales. La agricultura es un sector estratégico. Una vez arrancado un olivo, ¿cuanto tiempo puede tardar en volver a producir? La respuesta es 5 años. Y la pregunta que debemos hacernos es: ¿Podemos estar cinco años sin aceite? Y no se trata de eficiencia, se trata de que en el Tercer Mundo no se cumplen los estándares de calidad en pesticidas y que se aprovechan de las normativas inexistentes en materia laboral, o de las ayudas estatales locales para competir en los mercados internacionales. No se trata de relojes chinos digitales baratos, se trata de trigo o de pan. Se trata de tener algo que llevarte a la boca.

    El liberalismo a ultranza es una entelequia, una mentira y una burla a cualquiera que esté medianamente informado. Hay regulación, una regulación que protege a toda una serie de grandes actores en diferentes mercados y que penaliza al resto. La regulación debe cambiarse, cuando deba para favorecer escenarios parecidos al ideal de competencia perfecta, y cuando no, pues debe dejar paso a la nacionalización del sector.

    Lo que tenemos hoy es comunismo para los más ricos y capitalismo salvaje para el resto.

    En el caso de la gran distribución yo actuaria poniendo aranceles sobre las importaciones, encareciendo el transporte de mercancías nacional y rompiendo la red de distribución en pedazos, obligando a esas empresas a perder gran parte del poder de negociación que tienen en el mercado. Para ello, suprimiría el despido improcedente, la figura del autónomo en el transporte, reduciría la cadena de subcontratación y pondría tasas especiales para encarecer productos agrícolas fuera de temporada. Y si no les gusta el panorama en España, que se vuelvan a sus países, que ya surgirán otras empresas españolas que se comerán su parte del pastel.

  6. en respuesta a troyano01
    -
    #6
    10/12/12 13:59

    Una cosa es comercializar al público cierto tipo de alimentos, y otra es que los alimentos coticen en bolsa, de forma que un tío sentado en Malmöe pueda decidir si condena al hambre a una franja de terreno en Etiopía.

    Y si debiera haber una cadena de supermercados públicos, o algo que se pueda llamar así... yo soy de la opinión de que un mínimo tendría que ofrecer el Estado y no descansar en los bancos de alimentos ni Cáritas; podría o no hacer competencia a estos supermercados, en la forma de comercializar lo que ellos tiran o desechan, para que la gente no hurgue en los contenedores de la puerta de los mismos. Estamos rescatando/manteniendo con vida bancos y empresas energéticas (entre otros) y no tenemos uebos para alimentar ancianos. ¿Es esto una sociedad? No ya si es justa o no, es si simplemente se puede llamar sociedad.

  7. en respuesta a Sasha
    -
    #5
    troyano01
    10/12/12 13:51

    desde luego todos esos ejemplos de sectores que los politicos hablablan de liberalizar, como bien dices al final han terminado privilegiados en mayor o menor medida. Desde luego que no tanto como ciertos sectores publicos pero no se quedan cortos.

    Bueno, me imagino que siguiendo tu razonamiento habra que convertir en publicas las empresas de distribucion de alimentos, tipo mercadona, carrefour, y demas ya que se estan lucrando con nada mas y nada menos que con la comida y el hambre de la gente, terrible!!! aberrante!!!!! pesimo!!!! ... :-)

    Por tanto cuando criticas el liberalismo a ultranza, donde lo ves??? yo precisamente lo que veo es cada vez mas intervencion estatal y la defensa del mismo por ciertos sectores. Y esto si que nos acerca al comunismo.

  8. en respuesta a troyano01
    -
    #4
    10/12/12 13:41

    A los que me he referido, tras las liberalización de sus sectores, vienen a ser los de combustibles, energía y telefonía. En todos los medios se habla de cómo están manejándose estos negocios entre cuatro o cinco empresas... alguna de ellas incluso en dos de esos frentes. Los oligopolios a veces desembocan en cárteles, por cierto. Y no suele ser público esto, pero se acaba sospechando (y a veces sabiendo).

    Los oligopolios en sanidad y educación no los veo malos, no. Los veo como algo pésimo, una aberración, algo contra natura. Lucrarse a costa de la salud y de la educación, aplicándoles valores puramente mercantiles, en los que según una empresa tenga beneficios se abra, merme o cierre un hospital, o que si no hay ingresos suficientes en una población pequeña para mantener un instituto éste se cierre y los alumnos allá h0st1@s, me parece igual de depravado que la pederastia.

    Por no hablar de que los alimentos coticen en bolsa.

    El capitalismo y el liberalismo a ultranza han llegado a un límite en el que si se produce una injusticia puede acabar en su fin... o reviviendo el comunismo. Que nadie se queje si esto revive con fuerza, porque no será una elección: será una consecuencia de la codicia de los mercados.

  9. en respuesta a Sasha
    -
    #3
    troyano01
    10/12/12 13:16

    Leyendote da la sensacion que ves esos oligopolios como algo malo. Personalmente coincido contigo si son creados y protegidos mediante regulacion y privilegios.

    Uno de esos monopolios u oligopolios, creados y protegidos artificialmente mediantes regulaciones son la sanidad y la educacion.

    Curioso criticar los privilegios en algunos sectores para luego terminar apoyando los privilegios de otros.

  10. #2
    troyano01
    10/12/12 13:10

    Me imagino que te refieres al articulo de Juan Ramon Rallo.

    Lo dejo aqui por si a alguien le interesa leerlo:

    Por una sanidad lucrativa

  11. #1
    10/12/12 10:46

    El libre mercado puede ser la mejor opción en general, pero no en España.

    Cuando se habla de 'liberalizar' un sector, por arte de magia acaba no liberalizado, sino oligarquizado (u oligopolizado). Es decir, en manos de pocos que deciden lo de todos.

    Desde luego, nunca lo será en materias de sanidad y educación. El problema es quien no lo ve claro.... porque nunca lo ha pensado ni lo ha analizado; todo lo más, descansa en la opinión de ciertos expertos a sueldo de. Y por eso, ahora mismo (en este exacto momento, ver fecha de publicación) no tiene que pagar por operarse de un orzuelo venido a más, pero cuando le toque pagar, ya será tarde para todo salvo para preguntarse 'por qué tengo que pagar ahora si antes de ayer no pagué'.

    Es el atocinamiento de la sociedad lo que la pervierte. Porque después de esta pregunta se contestará él diciendo 'bueno, si no queda más remedio...'.


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