Todos los impactos que están asumiendo los ciudadanos, que suponen un mayor coste por los productos y servicios básicos, con una mayor precariedad y menores ingresos , en el caso de que los tengan, nos están destrozando. Esto es un hecho que puede corroborar cualquier empresa que intente vender algo a lo que se venía llamando clase media.
No ha habido ningún caso en la historia de un desarrollo económico sin la creación de una clase media con cierto poder. Esto es otro hecho. Pero a pesar de todo esto, resulta que cuando se habla de recuperar la clase media, invariablemente recibo una frase: ¿Cómo van a subir los sueldos las empresas?, ¿Cómo no van a bajarlos?; y desde luego hay otra serie de frases que no se pronuncian, pero que están en todos los círculos donde se toman las decisiones, incluido el tribunal supremo que cuando falla que las clausulas suelo eran ilegales, pero que reconoce que no se devuelva el resultado del abuso a lo largo de estos años. ¿Cómo se van a permitir las entidades y empresas restituir los abusos o incluso dejar de abusar?.
Pues en estas estamos; lo que ocurre es que en definitiva falta una visión de economista. Es así de sencillo. El problema es que la visión viene desde el punto de vista de las empresas, en un esquema que en realidad es sencillo. Para cada empresa, la demanda es un concepto exógeno sobre el que no puede influir; es decir, en un momento dado existen unos clientes determinados, con unos gustos, unos intereses, una renta y unas condiciones determinadas. Es obvio que la situación de los clientes hoy es desastrosa, y cualquier estudio de mercado lo dirá. En esta situación, es evidente que hay que hacer recortes y bajar empleo y sueldos. El problema es que cada empresa ve lo mismo, de tal forma que en las asociaciones de empresarios o en los grupos de influencia, se defiende lo que ve cada una de las empresas; y como el gobierno sólo atiende a estos grupos, pues la conclusión está clara.
Sin embargo, cuando hablamos de un sistema en su conjunto, la realidad es que las condiciones de la clase media no son algo ajeno, sino que es algo que viernes tras viernes, se viene deteriorando por las medidas que se imponen precisamente por una situación que viene de que la clase media está destrozada. Es esta visión parcial la que hace que no se puedan ver soluciones.
De la misma forma, los ciudadanos deberíamos consumir, para generar actividad económica, pero en estas circunstancias esta decisión es para cada uno de nosotros una irresponsabilidad, y en realidad lo que hay que hacer es cerrar el grifo; Como no consumimos, las empresas no venden, de tal forma que despiden y bajan sueldos, de tal forma que entramos en el mismo juego. Resulta que luego nos dicen que tenemos problemas de natalidad, y que deberíamos solucionarlo, pero luego está claro que tener hijos hoy es un riesgo inasumible para muchos y algo imposible para la generación que debería estar teniendo hijos. Todo ello siempre en estas circunstancias.
Por lo tanto, en estas circunstancias, está claro que las empresas no pueden pagar sueldos, no pueden contratar, los consumidores no pueden consumir, los bancos no pueden dar créditos, no se puede sostener el estado… Por esto mismo, lo que es muy obvio es que la única opción de salida de esta situación pasa precisamente por cambiar las circunstancias. Es así de simple.
Cuando se valore cualquier medida, o si estamos saliendo de la crisis o si nos estamos recuperando, lo que hay que hacer es valorar si estamos cambiando las circunstancias o no. Así de sencillo.
Y ya que estamos, me gustaría recordar el post de 2011, en el que trataba de poner, aunque sea en forma de cierto recopilatorio, los aspectos macro necesarios, (que no suficientes), para salir de esta situación.