Parece que ya está bastante avanzado el rescate a las concesionarias de autopistas, en lo que se sigue definiendo, (¡manda huevos!), como un modelo concesional de éxito. Pero sin embargo, parece que existe un escollo que pone el ministerio de hacienda. Resulta que el estado va a asumir la deuda de las concesionarias privadas, pero como no se quiere que esta deuda compute a efectos de deuda y (¿deficit?), se está buscando la forma. La primera lección es que a pesar de que es habitual la asunción de deudas de otros por el estado, también lo es la búsqueda de fórmulas para que no compute, y luego es generalizada la sorpresa cuando la deuda real es mayor que la que aparece. Curioso, ¿no?.
La segunda lección es que habitualmente se hablaba de computo a efectos de deuda, pero ahora se habla a efectos de déficit; pero…¿no habíamos quedado en que no íbamos a poner un euro?. Si nos atenemos a las declaraciones de Fomento, no habría problema alguno con el déficit público, ya que si no tienen coste para el contribuyente. En fin, o están inventándose un problema que no existe o han mentido.
Pero lo más curioso es que el problema del criterio viene derivado de la necesidad de que más del 51% de los ingresos de las concesionarias vengan de los peajes. Pero, ¿Cómo va a ser este el problema de las concesionarias si resulta que otra vez nos encontramos con el cuento de fomento de que el estado no va a introducir ni un euro en las concesionarias?. Es sencillo; si resulta que las compañías cobran de peajes una cantidad, y no cobran importe alguno adicional, (porque resulta que no pagamos), ¿Cómo nos vamos a encontrar con este problema?. O sea que incluso en las planificaciones estamos contemplando pagos y lo que es más importante; dado que se espera que el hecho de que los peajes no puedan superar el 51% es un problema, se espera que los ingresos que no vengan de peajes sean mayor que lo que cobran de su servicio.
Por supuesto que tiene todo el sentido esto, ya que resulta que el problema que tienen las concesionarias de autopistas es que no cubren los gastos con los peajes; por tanto, sea quien sea el dueño de una empresa de este estilo, estas entidades estarán quebradas a menos que incrementen los ingresos. Por tanto, es totalmente obvio que habrá que “obligarnos” a pagar los peajes, (imponiendo pagos en autovías, reducciones de límites de velocidad en carreteras, reducción del mantenimiento de estas, …), y si este tipo de “obligaciones” que no chirrían ante los defensores del libremercado, (nótese la ironía entre obligaciones y libertad), pues habrá que acudir a otras obligaciones más tangibles, como se estudia en Galicia, donde la Xunta va a pagar directamente un peaje en la sombra más alto que el inicial para pagar las autovías.
Y ya que estamos en lecciones sobre libremercado, a ver como se explica la tontería esta de que las pérdidas las pague el estado rompiendo el esquema básico de riesgos-beneficios; y por supuesto otra lección que podemos comprobar ahora mismo; la opción más barata y más eficiente, sea cual sea, es darle el dinero a unos cuantos y cuando hay que pagar, lo que ha ocurrido, absolutamente siempre, es que ha ocurrido algo impredecible, (que no debe ser lo definido ni como riesgo ni como incertidumbre), ajeno a todo el mundo que provoca que el estado tenga que pagar una burrada.
Y luego, aún por encima se confirma todo este diagnóstico porque es evidente que el que cobra obtiene beneficios, mientras que el paga se queda arruinado, ergo habrá que cargarse la sanidad y las pensiones….